Autos Chocolates

INTRODUCCION

Desde hace varias décadas en México se ha venido presentando una compleja situación en relación al ingreso ilegal de automóviles a Territorio Nacional procedentes de los Estados Unidos Americanos y Canadá principalmente y algunos otros por la frontera Sur. De acuerdo a información proporcionada por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos (AMDA), cada año ingresan a México alrededor de 725,000 vehículos, de los cuales un 25% no regresa a su lugar de Origen.

Ante la magnitud del problema, algunas organizaciones campesinas vieron la oportunidad de apoyar la demanda de miles de personas, cuyo patrimonio estaba en riesgo por la posibilidad de que las autoridades federales les decomisaran sus automóviles. Fue pensando este sector que originalmente se autorizó la legalización de autos ilegales como muestra de apoyo a los campesinos. Dichas asociaciones, realizaban actividades de gestión y tomaban medidas de presión para proteger los intereses de los propietarios de vehículos.

El Gobierno de México ha permitido que este problema, lejos de solucionarlo, haya ido creciendo en dimensiones desmedidas. Empezó primero en la zona fronteriza y con el paso del tiempo se fue extendiendo a todo el Territorio Nacional.

A raíz de esta situación, desde el año 1978 ha habido diversos programas de Regularización de vehículos de procedencia extranjera, los cuáles su objetivo primordial o excusa principal era ayudar a la gente más necesitada del país, principalmente los campesinos; para que ellos pudieran transportar sus productos y materias, y así fomentar el trabajo en el campo. Para esta época los vehículos que se podían legalizar eran básicamente pick ups y camiones de carga de hasta 3 ton.

El gran problema surgió cuando en 2001 a través de la Ley y Reglamento para la Inscripción de Vehículos de procedencia extranjera, se permite la regularización de vehículos de otros tipos, tales como vagonetas, camiones de uso público y camiones de carga. En este punto fue que las empresas automotrices empezaron a reclamar al Gobierno la creciente entrada de vehículos ilegales al país, pues sus ventas se vieron disminuidas.

Lo que dichas empresas alegaban es que los vehículos que entran ilegalmente por los diferentes accesos a México, son unidades consideradas chatarra en sus países de origen y son considerados inservibles por eso tienen bajo costo que resulta ser accesible para los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos.

Desde el año 2004 al 2010 han ingresado al país por distintas vías poco más de 6.3 millones de automotores, solo en 2011 se esperaba una entrada de entre 900,000 y 1,000,000 de los cuales el 75% ingresaría por la frontera norte y el resto por la frontera sur. La mayoría de los vehículos ingresan a territorio nacional bajo un régimen de importación temporal, sin embargo estos permanecen definitivamente en el país, convirtiéndose

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