Becas Progresar, ¿más oportunidades para todos los que quieren estudiar?

 Becas Progresar, ¿más oportunidades para todos los que quieren estudiar?

Reinaldo Flavia

Estudiante de Lic. en Trabajo Social.

"Creemos que solo sembrando educación vamos a cosechar un mejor futuro. Nuestra meta es que todos los jóvenes quieran estudiar y que puedan hacerlo con más y mejores oportunidades"^[1] 

La cita epígrafe refiere a las palabras mencionadas por el Presidente Mauricio Macri tras el anuncio de las nuevas modificaciones que tuvo el programa PROGRESAR, entre las cuales se destacan el hecho de que un alumno terciario o universitario pasara de cobrar 900 pesos mensuales, durante toda la carrera, a 1.600 pesos durante los 10 meses que curse en primer año y hasta 2.300 pesos a medida que vaya avanzando en sus estudios.

Otra de las modificaciones se corresponde con la cantidad de cuotas otorgadas a los alumnos durante el año, las cuales pasaron de ser doce a diez.

Finalmente, aquellos estudiantes de nivel superior que quieran acceder a la beca deben contar con al menos el 50% de las materias aprobadas según su plan de estudio y su año de cursada impulsando, además, un estímulo a la excelencia para quienes aprueben todas las materias de su año y mantengan promedio superior a 8, los cuales recibirán al año siguiente un reconocimiento económico equivalente a 10 cuotas de la beca percibida^[2].

Hay quienes se encuentran en acuerdo con éstas modificaciones, ya que consideran que las mismas se adecúan a las exigencias de la economía actual, dado el contexto de inflación constante y porque consideran que los destinatarios de la beca deben ser aquellos que realmente se esfuercen en su trayectoria educativa y que tal esfuerzo se vea reflejado en la cantidad de asignaturas acreditadas.

Si bien, concuerdo con que era necesario un aumento en el monto de las cuotas percibidas, también considero que no todas las actualizaciones llevadas a cabo fueron positivas. Dado que si leemos reflexivamente la cita mencionada al inicio, me surgen interrogantes acerca de ¿basta únicamente con el “querer” estudiar o se requiere algo más?, ¿el esfuerzo solo se ve reflejado en la cantidad de materias aprobadas?, las innovaciones del programa ¿amplían las oportunidades de estudiar o amplían la brecha entre quienes quieren y pueden estudiar?

En la actualidad gran cantidad de estudiantes fueron dados de baja del programa debido a las nuevas exigencias a cumplir para acceder a la política social; y son éstas exigencias las que considero que van en detrimento de los estudiantes, por lo tanto son éstas a las que quiero poner en discusión.

Los datos proporcionados por el CEPA^[3] reflejan que hubo una reducción en la cantidad de destinatarios del programa si comparamos que de los 816.006 estudiantes que lo percibían en 2016, se pasó a 737.300 en el año 2017 ^[4].

Ahora bien, si anteriormente el requisito para acceder a la política era que el estudiante acredite su regularidad, es decir, que apruebe dos asignaturas por ciclo lectivo, en la actualidad, se exige al estudiantado la aprobación de un 50% de materias correspondientes al año lectivo que se encuentre cursando, esto me lleva a cuestionar, ¿acaso los formuladores de la política no pensaron en la posibilidad de que cada uno de los destinatarios se encuentran atravesados por diferentes realidades que condicionan sus posibilidades de cumplir con tales pretensiones?.

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