Brecha generacional en universidades.

Desde que recuerdo mi familia siempre ha mencionado que tengo una mente privilegiada y debería de explotarla. Por cuestiones de rebeldía, a no encontrar otra descripción más exacta, no termine ni la preparatoria. Me inunde en el mercado laboral consiguiendo trabajos de un nivel mediocre a algo aceptable, aprendí mucho en mis trabajos, eso no lo niego, sin embargo jamás tuve el desarrollo que quise. Para septiembre de 2013 me despiden de mi trabajo por no tener la calificación necesaria para el puesto desempeñado. Desde entonces deambule en entrevistas por no encontrar la ocupación adecuada.

En julio de 2014 tome una decisión, iniciar a estudiar una carrera universitaria. No encontraba un buen trabajo siempre me faltaba El Papel. Me certifiqué de la preparatoria con el acuerdo 286 de la SEP e hice los trámites necesarios a la Universidad de Guadalajara. Salen mis resultados y soy aceptado mi horario es complejo me toca asistir de 13:00 a 22:00 horas, hago la mochila y estoy listo para mi primer día de clases. Todo es perfecto sólo que, tengo 26 años.

Mi primer día de clases

En mi primer día de clases todo fue de raro a complicado. Desde el hecho de transportarme hasta allá es complicado, vivo en una zona muy apartada de la ciudad donde el transporte es más que deficiente. Tengo coche sin embargo transportarme todos los días hasta CUCEA es un gasto considerable tomando en cuenta el precio de la gasolina. Opto por hacer un viaje en dos partes, una en mi coche hasta un punto medio, la casa de mi abuela, y el resto en transporte público.

El centro universitario es grande, más grande de lo que llegue a creer y desde el primer día me toco correr desde el CERI hasta el edificio H, recorrer todo el campus en diagonal subir y bajar escaleras. Necesitas mucha condición física. Soy fumador desde hace tiempo, eso no hace más que acrecentar la carrera por todo el centro, no hay áreas para fumadores, tienes que salir obligadamente. Corre, ya vas tarde para tu clase de matemáticas.

Soy una persona solitaria, o por lo menos disfruto mi soledad, eso no es bueno te ven como bicho raro. Siempre saludo, un buena tarde un buen día no se le niega a nadie, pero al entablar una conversación soy muy cerrado, me cuesta trabajo decir, cómo te llamas. Me considero de esas personas que dicen “Yo vengo a estudiar o trabajar no a hacer amigos”. Mis dificultades para hacer amigos vienen en primer lugar de mis prejuicios, no lo niego, y de la brecha generacional.

Brecha generacional

La mayoría de mis compañeros de clase no alcanzan los 20 años de edad, eso representa una diferencia de seis años por lo menos. A ellos no les toco aprenderse el nombre de Ernesto Zedillo, conectarse a internet por teléfono y ni conocer los helados Bing. Eso aunque parezca absurdo crea una diferencia de percepción del mundo. Me considero una persona liberal con algunos matices de conservador, mi mamá también se considera liberal yo digo que es conservadora; ello me haría pensar que la siguiente generación, digamos mis compañeros de aula, serán más liberales que yo. Sorpresa, son más conservadores que un Panista saliendo de misa de la Catedral. Ese es un problema enorme ya que al hablarles de ciertos temas se espantan y me juzgan. Dónde quedo la sociedad moderna, no lo sé.

Nuestros planes de estudio también fueron diferentes, yo recuerdo que vi decenas de materias importantísimas,

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