Burgueses Y Proletarios. Partido Comunista

EL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA

I. BURGUESES Y PROLETARIOS

En 1847, Londres, La Liga de Los Comunistas, asociación obrera internacional, encomendó a Marx y Engels la elaboración de un programa, a la vez teórico y práctico, bajo la premisa de sacar de la oscuridad el pensamiento comunista, que hasta ese entonces solo podía subsistir de manera clandestina, para ser difundido en varios países de Europa y América del Norte. Siendo este el origen del “Manifiesto Comunista”

En el primer capítulo se nos indica que la historia de la humanidad no es otra cosa sino una lucha de clases.

A lo largo de los tiempos, la sociedad ha estado dividida en una exclusiva jerarquía social de grados y posiciones: opresores y oprimidos; que con cada batalla ganada conducen a la siguiente etapa de transformación en el régimen social.

Entendemos por Clase Opresora (Burguesía) a los propietarios de los medios de producción social, y por Clase Oprimida (Proletariado) a aquellos que por no poseer medios de producción propios se ven obligados a vender su fuerza de trabajo.

Queda claro que la Burguesía ha sido el pilar del cambio revolucionario pues donde quiera que se haya instaurado, ha sido capaz de destrozar las correlaciones feudales, patriarcales, idílicas; rompiendo con las relaciones que unían al hombre con sus “superiores naturales” hasta reducirlas a un simple vínculo de interés, convirtiendo incluso a aquellos profesionistas venerables y dignos de respeto, en asalariados; quebrantando el sentimentalismo y dejando expuesta la realidad de las relaciones familiares.

La burguesía no podría existir de no revolucionar incesantemente los instrumentos de producción, y por ende, las relaciones de producción y con ello, todas las relaciones sociales. Esto lo podemos percibir con la manera en que la población se va incrementando mayormente en las ciudades en comparación con la del campo.

Ha aglomerado la población, centralizado los medios de producción y concentrado la propiedad en manos de unos cuantos; por consecuencia obligada, ha llevado a la centralización política.

Movida por la necesidad de expansión y salida de sus productos, la burguesía va poblando el mundo entero, anidando y creando vínculos en todas partes y en su poco tiempo de existencia, hace apenas un siglo, ha dado pie a la creación de energías productivas más abundantes y grandiosas que todas las generaciones pasadas.

Hemos visto que los medios de producción y cambio, sobre los cuales se ha erigido la burguesía moderna, tienen sus bases en el feudalismo. Cuando estos medios alcanzaron cierto grado de desarrollo, las condiciones en que la sociedad feudal producía y cambiaba, la organización de la agricultura y la industria manufacturera cesaron de corresponder a las fuerzas productivas ya desarrolladas, obstruyéndolas en vez de impulsarlas, por lo cual era necesario sustituirlas.

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