“CADA HOMBRE ES SOBRE TODO UNA IDENTIDAD IRREPETIBLE” MILLER 1950

“CADA HOMBRE ES SOBRE TODO UNA IDENTIDAD IRREPETIBLE” MILLER 1950

Cuando se habla de la identidad que nos diferencia los unos de los otros tenemos que tener en cuenta que como seres humanos somos individuos únicos e irrepetibles. Nada más sorprendente para quienes consideran con mirada filosófica los asuntos humanos que la facilidad con que los muchos aceptan la de idea de como los seres humanos estamos en una constante búsqueda de nosotros mismos y de la estabilidad tanto física, psicológica, emocional, social. Si nos preguntamos por qué medio se produce está búsqueda, hallamos que, pues en pocas palabras en nuestro bienestar humano quien motiva esto. El  ser humano vale por si mismo.

La persona al nacer, trae consigo rasgos biológicos que nos hacen diferentes el uno del otro, como por ejemplo el color de piel, de ojos, de pelo, etc. Pero existe una parte en nuestro interior que no es visible, que también nos hace diferentes del resto, la identidad propia, nuestra naturaleza interior, que nos entrega una forma propia de ver y actuar en el desarrollo de nuestras vidas. Como seres humanos somos iguales, pero con muchas diferencias que nos hacen tener una esencia propia de cada uno.

“A diferencia de todos los demás entes singulares, la persona humana es un individuo único, irrepetible e insustituible”. ^[1]

Dicho de otro modo, la vida de la persona humana tiene siempre algo de misterioso, y es una vida especialísima, de una singularidad y dignidad incomparables (la filosofía perenne habla de su grado superior de unidad, interioridad y autarquía o autonomía, con respecto a la del vegetal y la del animal no racional).

Miller, se refirió muchas veces al sujeto cognitivo: “Cada hombre, es por sobre todo, una identidad irrepetible”. ^[2]

En 1956, este investigador de los más lúcidos e intuitivos de la Psicología norteamericana, tenía la gran inquietud de una posible limitación del sistema humano de procesamiento de la información, es decir, hacía referencia al paradigma psicológico donde se considera al propio sujeto humano como un sistema de procesamiento de la información.

Con esto podemos notar que cada persona tiene su propia identidad. Con el correr del tiempo, la persona va creciendo, y consigo lleva ciertos derechos y obligaciones que debe cumplir. Esto también forma parte de las diferencias que existen entre las personas, las cuales al momento de vivir tienen distintas obligaciones y distintos derechos que van afectando la forma de desarrollarse como individuo. Cuando llevamos pocos años de vida nuestras obligaciones son mínimas, es más, por la poca capacidad de asimilar lo que en realidad estamos realizando, no tomamos en cuenta las consecuencias que nuestros actos pueden traer, por ende, no tenemos la más remota idea de lo que significa tener derechos y obligaciones. Ya con el correr de los años vamos madurando, y esto conlleva que poco a poco vamos adquiriendo distintas obligaciones y derechos como persona, lo que nos va formando una personalidad distinta unos de otros.

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