COMO HA AVANZADO EL MALTRATO INFANTIL EN NUESTROS TIEMPOS

Desde los principios de la humanidad hasta nuestros tiempos se conoce que el maltrato infantil ha existido en todo el mundo. Actualmente vivimos inmersos en un ambiente lleno de violencia, situación de la que desafortunadamente no escapan los niños. Este fenómeno ha llegado a ser un problema que se incrementa en forma alarmante. Algunos hemos sido testigos, cómplices o bien víctimas de esta problemática. El presente ensayo nos mostrará las consecuencias que se producen al maltratar a un infante y las cuales a su vez, serán los factores que pueden incrementar el riesgo de esta agresión por parte de los padres esto con la finalidad de preguntarnos ¿ignoramos el maltrato físico infantil de las personas que nos rodean?.

        La Comisión Nacional de Derechos Humanos lo define como todo acto u omisión encaminada a hacer daño aun sin la intención pero que perjudique el desarrollo normal del menor. El DIF define a los maltratados como los menores de edad que enfrentan y sufren ocasional o habitualmente, violencia física, emocional o ambas, ejecutadas por actos de acción y omisión, pero siempre en forma intencional, no accidental, por padres, tutores, custodios o personas responsables de ellos. Los conceptos anteriores pueden ser comprendidos fácilmente por los padres de familia y de esta manera percatarse que en algún momento pueden entrar en el supuesto de esta problemática.

        El Dr. Loredo menciona en su obra que el maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener consecuencias a largo plazo. Este abuso físico causa estrés y se asocia con trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo del sistema nervioso. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales físicos y mentales, tales como: actos de violencia (como víctimas o perpetradores), depresión, consumo de tabaco, obesidad, embarazos no deseados, consumo indebido de alcohol y drogas, entre otras. Las características anteriores las podemos ver fácilmente en nuestra sociedad, podemos asociar estas conductas con niños que sufren de maltrato infantil, incluso pueden ser vecinos o hasta nuestros mismos familiares.

Todos conocemos al menos a alguien con alguna o varias conductas de este tipo. Fundación Televisa en un artículo de internet publica las investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de las Mujeres donde nos muestra el índice de maltrato infantil físico en niños es de un 22.3% hasta el 30.9% y en las niñas el índice es de un 20% a un 25%, en ambos casos prevalece que los menores viven con familiares distintos al padre y a la madre. Los porcentajes son muy altos, a pesar de que en la actualidad contamos con numerosa información a la mano y asociaciones en contra de este fenómeno.

        Es muy común encontrarse en alguna situación de maltrato infantil, en algún parque, supermercado, en el cine, por la calle, en casa de amigos o familiares, entre otros lugares; entonces surge una pregunta ¿cuál es nuestra reacción al respecto?, Si es algún desconocido en algún lugar público, nos acercamos y preguntamos la razón por la cual está maltratando al menor, lo invitamos a ya no llevar a cabo esa actividad explicando las consecuencias físicas y emocionales que le puede ocasionar al menor, o bien si es algún conocido ya sea en casa de un amigo o familiar nuestra reacción es totalmente más dura en virtud de que ya existe una confianza de por medio, y le exigimos que lo deje de hacer ya que es una práctica muy dañina para el infante y penada por la ley; ¿Es esa nuestra reacción a esos hechos?. Lamentablemente no. La mayoría de las veces ignoramos el problema, ya sea por costumbre, miedo a dar nuestra opinión o hasta por el miedo de también ser agredidos física o emocionalmente por la persona.

        En nuestra legislación existe la Ley de Atención y Prevención de la Violencia Familiar para el Estado de Baja California la cual tiene por objeto salvaguardar la integridad física, psicológica, sexual y económica de los miembros de la familia, mediante la atención y prevención de la violencia familiar en el estado. En esta ley nos define en su artículo 2 la violencia familiar y a su vez nos enseña la clasificación de los maltratos que pueden ejercer los padres de familia que pueden ser el físico, psicológico, sexual y económico. El código penal del estado en su artículo 242 BIS, impone la sanción de seis meses a cuatro años de prisión y una multa de veinticuatro a trescientos días a la persona que dolosamente ejerza violencia física y moral. En la constitución de nuestro estado se declaran los derechos de las personas menores a dieciocho años de edad en el cual aparece como derecho el ser protegido contra cualquier forma de abuso o maltrato y para ello el estado velará y cumplirá con este propósito. A pesar de que tenemos en la actualidad legislación que previene y ataca esta problemática la mayoría de la sociedad, y me incluyo, desconocemos totalmente como defender a los menores que sufren de maltrato infantil.

        Conocemos las consecuencias, las vemos a diario, en ocasiones tenemos a la vista a la víctima y hasta tenemos alguna relación con ella y no hacemos nada, todo lo contrario ignoramos el problema y aun sabiendo las consecuencias tan graves que le podemos ocasionar al menor nuestra reacción es nula.

        Silvia Solis en un reportaje publicado en el periódico La Jornada menciona que en México, el maltrato infantil es socialmente tolerado, lo que coloca a más de 39 millones de niños y adolescentes (35% de la población del país con menos de 18 años) en situación de vulnerabilidad. En los hogares donde se debería de proveer seguridad emocional, alimentaria, jurídica y económica a los menores, constituyen el escenario principal de la violencia referida, sobre todo física.        

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