CONCEPCIÓN DEL MUNDO Y EL HOMBRE

CONCEPCIÓN DEL MUNDO Y EL HOMBRE

“La concepción del mundo del indígena era opuesta al optimismo vital del renacimiento, estaba fundada en la idea de la fatalidad y de la cíclicas catástrofes universales. Cuando menos en la teología azteca así era. Según ésta, el universo ha sido ya destruido cuatro veces por los tigres, por los vientos, por las lluvias de fuego, por el agua. Con cada universo nacía un nuevo sol, pero éste necesitaba de sacrificios para poder vivir y fortalecerse. La vida se nutría de la muerte en un ciclo de inacabable nacimientos, batallas entre hombres y entre dioses y sangrientas inmolaciones. Todo ello encerrado en inalterable fatalidad.”

Se dice que, en cierta forma, esta concepción del mundo del indígena hizo viable la conquista que incluso fue prevista por él mismo. Moctezuma sostenía la profecía del retorno de Quetzalcóatl y ese peso lo abatió, como a todo su pueblo, que fue derrotado en buena medida por su propio fatalismo.

Por lo que respecta a la concepción del hombre que vive y sufre en el tlaltícpac, también refleja un hábito pesimista. Según León Portilla, el hombre es concebido como “el posible dueño de un rostro y un corazón”. El rostro parece significar la fisonomía moral del ser humano, mientras que el corazón alude a los buenos sentimientos. El encargado de guiar al hombre a la conquista de estas dos instancias es el tlamatini; se dice que él es quien da a los corazones una raíz firme como la piedra o como el tronco de un árbol. Aquí se revelan las ideas educativas del pensamiento náhuatl. Un hombre formado con sólidos principios.

La tierra fue creada de una especie de pez-cocodrilo llamado Cipactli. La mitad superior de la esfera serán los niveles o escaños celestes, en tanto que la parte inferior será el inframundo. Los niveles celestes son trece y, de acuerdo con el Códice Vaticano A, se considera que en el primero de ellos se encuentran la Luna y las nubes; el segundo es el citlalco o lugar de las estrellas; el tercero es el lugar por donde pasa diariamente el Sol; en el cuarto nivel está Venus y, según otra versión, en él se localiza Uixtocíhuatl, deidad de las aguas salobres, hermana de los tlaloques. El quinto cielo es aquel por donde pasan los cometas o donde se encuentra el giro; los cielos sexto y séptimo se representaban con colores, mientras que el octavo sería el lugar donde se forman las tempestades o lugar que tiene esquinas de lajas de obsidiana; del noveno en adelante eran lugares de los dioses, y el treceavo era el Omeyocan, en donde habitaba la dualidad por excelencia

Se hablaba de Dioses que eran alimentados con sacrificios, algunos de estos humanos, todo dependía de eso.

Se creía en todo tipo de historias, mitos y leyendas; que al fin yo imagino que debe haber algún buen motivo para su existencia.

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