CORRUPCION Y CONFLICTO
Enviado por JUANPABLO162011 • 14 de Septiembre de 2012 • 702 Palabras (3 Páginas) • 413 Visitas
CORRUPCIÓN Y CONFLICTO
Cuando un individuo traiciona la confianza que le es encomendada poniendo al servicio
de sus más bajos, aberrantes y cochinos apetitos su propia conciencia y libertad
demostrando desconocer astuta, villana y miserablemente la ética tácita en cualquier
tipo de compromiso para convertir sus propios intereses en una caries social
manifestada en acciones retrógradas inspiradas regularmente en la lógica de los demás;
indudablemente ha entrado en la fila de los corruptos. Es un falso portador de ideales,
un anémico moral incapaz de impulsar una cultura. Peste detestable que bajo unos
principios desteñidos de naturaleza moral es capaz de multiplicarse tan velozmente
como un virus y crear un endemismo aniquilador de las buenas costumbres, de las
buenas políticas; de las buenas razones para ser justos. Constituyen quizá la peor
pesadilla para las instituciones, son como la cicuta para las sociedades que sueñan con
encausar unos valores humanos sólidos fundamentados en principios de lealtad, orden y
justicia. Frutos podridos que no necesitan ser tocados para advertir su estado y mal olor,
gorgojos aniquiladores de cuanta buena semilla ideológica se siembra. Siempre atacan
con tal cinismo que aún sospechando de sí mismos insisten en juzgar la confianza en
otros. Sí, son ellos, los de pensamiento formulado y coartado, los que siempre estarán
atados al crédito de sus culpas, los que huirán a la luz del sol para no despertar en la
mañana, los que lavarán sus manos continuamente con el sudor de la intranquilidad que
les crea la ascosidad de sus actos. Insectos que ocultan su ineficiencia detrás de un
aleteo ágil activado por el miedo a caer. No contemplan el éxito como un derecho que
se conquista si no como una obligación que se asalta. Cuando se citan a negociar lo
ajeno son tan puntuales como la mosca al excremento, como la hipocresía a la falsedad.
La suerte de los corruptos siempre estará sujeta al fraude de sus reflexiones y a la
mezquindad de sus proyectos. Suelen saber instaurar con el aliento de una humildad
postiza el imperio de su farsa y el estatuto de una pertenencia voraz y estúpida de lo
ajeno. Unos impulsan con gran astucia la legitimidad de sus acciones con el respaldo de
una extraña inmunidad mientras que otros organizan y profesan la autenticidad de unos
derechos sujetos a una lógica desteñida, cínica y sigilosa que estimula una percepción
deforme y corroída de la libertad para obtener un beneficio. Jamás admiten la turbiedad
de sus actos con la misma fortaleza y decisión con que los ejecutan porque esto seria ir
en contra de la estupidez e inexactitud de sus ideales y propósitos. Saben prostituir sus
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