CREDO PEDAGÓGICO
Enviado por vannyreggae • 1 de Abril de 2014 • 3.694 Palabras (15 Páginas) • 227 Visitas
Psicología Educativa - Prof. Félix Temporetti - Carrera de Psicopedagogía. UNSAM. Rosario
MI CREDO PEDAGÓGICO
TEORÍA DE LA EDUCACIÓN Y SOCIEDAD
JOHN DEWEY
CENTRO EDITOR DE AMÉRICA LATINA. BUENOS AIRES, 1977
Trad. LORENZO LUZURIAGA [1]
Índice
Artículo 1º Lo que es la educación
Artículo 2º Lo que es la escuela
Artículo 3º Las materias de enseñanza
Artículo 4º La naturaleza del método
Artículo 5º La escuela y el progreso social
Artículo 1º: Lo que es la educación
Creo que:
Toda educación procede por la participación del individuo en la conciencia social de
la raza. Este proceso comienza inconscientemente casi desde el nacimiento, y está
continuamente formando las capacidades del individuo, saturando su conciencia,
formando sus hábitos, educando sus ideas y despertando sus sentimientos y emociones.
Mediante esta educación inconsciente, el individuo llega gradualmente a participar en los
recursos intelectuales y morales que la humanidad ha logrado acumular. Aquél se
convierte así en un heredero del capital formado por la civilización. La educación más
formal y técnica del mundo no puede alejarse con seguridad de este proceso natural.
Únicamente puede organizarlo o diferenciarlo en alguna dirección particular.
La única educación verdadera se realiza estimulando la capacidad del niño por las
exigencias de las situaciones sociales en que se halla. Mediante estas exigencias es
estimulado a actuar como miembro de una unidad, a emerger de su estrechez originaria
de acción y de sentimiento y a considerarse él mismo desde el punto de vista del
bienestar del grupo a que pertenece. Mediante las reacciones de los demás a sus propias
actividades llega a conocer lo que éstas significan en términos sociales. El valor que ellas
tienen se refleja en él. Por ejemplo, mediante las reacciones a los balbuceos instintivos
del niño, éste llega a conocer lo que esos balbuceos significan; éstos se transforman en
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lenguaje articulado, y así el niño es introducido en la riqueza acumulada de ideas y
emociones que se hallan concentradas en el lenguaje.
Este proceso educativo tiene dos aspectos: uno psicológico y otro social, y ninguno
de ellos puede subordinarse al otro o descuidarse sin producir malas consecuencias. De
estos dos aspectos, el psicológico es el básico. Los instintos y capacidades del niño
proporcionan el material y constituyen el punto de partida para toda educación. Excepto
cuando los esfuerzos del educador se relacionan con alguna actividad que el niño realiza
por propia iniciativa, independiente del educador, la educación queda reducida a una
presión ejercida desde afuera. Ésta puede, ciertamente, dar algunos resultados externos,
pero no puede llamarse verdaderamente educativa. Sin un conocimiento de la estructura
psicológica y de las actividades del individuo, el proceso educativo será por tanto azaroso
y arbitrario. Si acierta a coincidir con la actividad del niño puede llegar a un resultado; si
no, se producirá una fricción, desintegración o detención de la naturaleza del niño.
El conocimiento de las condiciones sociales, del estado actual de la civilización, es
necesario para poder interpretar adecuadamente las capacidades del niño. El niño tiene
sus propios instintos y tendencias; pero no sabe lo que significan hasta que podamos
traducírselos en sus equivalentes sociales. Tenemos también que poderlos proyectar en
el futuro para comprender su resultado y su finalidad. En el ejemplo antes usado, la
capacidad para ver en los balbuceos del niño la promesa y la potencia de una futura
interrelación y conversación es lo que permite tratar debidamente ese instinto.
Los aspectos psicológico y social están relacionados orgánicamente, y la educación
no puede ser considerada como un compromiso entre ambos o como una superposición
del uno sobre el otro. Se nos dice que la definición psicológica de la educación es estéril y
formal; que nos da solamente la idea de un desarrollo de todas las capacidades mentales
sin proporcionarnos ideas del uso a que han de destinarse esas capacidades. Por otra
parte, se aduce que la definición social de la educación, considerándola como la
adaptación a la civilización, hace de ella un proceso forzado y externo, que tiene por
resultado la subordinación de la libertad del individuo a un estado social y político
preconcebido.
Cada una de estas objeciones es verdadera cuando se presenta cada uno de los
aspectos separados del otro. Para saber lo que realmente es una capacidad debemos
conocer cuál es su finalidad, uso o función, y esto no podemos saberlo sino en el caso de
concebir al individuo como ser activo en las relaciones sociales. Pero, por otra parte, la
única adecuación posible que podemos dar al niño, en las condiciones existentes, es la
que surja de ponerle en plena posesión de todas sus capacidades. Con el advenimiento
de la democracia y de las condiciones industriales modernas es imposible predecir de un
modo definitivo lo que será la civilización dentro de veinte años. Por tanto, es imposible
preparar al niño para una serie precisa de condiciones. Prepararle para la vida ulterior
significa prepararle de suerte que tenga el pleno y rápido uso de todas sus capacidades;
que sus ojos, oídos y manos puedan ser instrumentos prontos al mandato, que su juicio
pueda ser capaz de aprehender las condiciones en las que ha de trabajar, y que sus
fuerzas de ejecución sean preparadas para actuar económica y eficientemente. Es
imposible alcanzar esta especie de adecuación si no es teniendo constantemente en
cuenta las capacidades, gustos e intereses propios del individuo, es decir, si no se
traduce la educación continuamente en términos psicológicos.
En suma, creo que el individuo que ha de ser educado es un individuo social y que
la sociedad es una unión orgánica de individuos. Si eliminamos del niño el factor social
nos quedamos sólo con una abstracción; si eliminamos de la sociedad el factor individual
nos quedamos sólo con una masa inerte y muerta. La educación, por tanto, debe
comenzar con un conocimiento psicológico de las
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