Carta De Un Drogadicto A Sus Padres

Queridos padres les escribo aquí desde estas 4 paredes blancas desde esta sucia celda donde estoy pagando el precio de mi torpeza, el precio de mi debilidad, saben…

Pensaba porque llegar a este extremo, ¿por que robar? ¿por qué matar?, solo para conseguirme maldito veneno esas malditas drogas que me están matando y que no las puedo dejar, quisiera pedirles perdón, pedirles perdón, por favor como quieren que les pida perdón a ustedes, a ustedes que jamás tuvieron tiempo para mi, ustedes que jamás tuvieron tiempo para verme, tiempo para abrazarme, no se, para decirme que me querían, si por lo contrario, lo único que están haciendo ustedes conmigo fue golpearme, fue maltratarme, gracias a ustedes estoy aquí, gracias a su falta de amor, de cariño estoy aquí soy un maldito delincuente, un maldito acecino, y aun así quieren que yo les pida perdón, ¿Cómo les voy a pedir perdón? Y menos que a nadie papá, a ti papá que una vez aquí encerrado me llamas cobarde, ¿te paras en frente de mí qué me dices? Yo, yo que me sobe el lomo trabajando por ti, te compre todo lo que tú querías, te lo di todo, y mira como me pagas, eres un mal hijo, eres un cobarde, me avergüenzo de ser tu padre, ojala te quedes aquí encerrado para siempre, pero que sínico eres papá, de verdad que sínico eres, tú me llamas cobarde a mí, papá por favor tu que las pocas veces que te vi estabas borracho, embriagándote en una maldita cantina, ahí encerrado embruteciéndote con alcohol bebías hasta que no podías mas, te divertías con mujeres, gastándote con ellas el poco dinero que nos hacía falta a nosotros para poder vivir y ahora vienes aquí para llamarme cobarde dime papá a parte de tu dinero, ¿Qué nos diste? A parte de tu cochino dinero papá, dime papá ¿Qué nos diste? Por nuestra necesidad y tu dinero, nos isiste vivir a diario con miedo, con angustia, con temor, con la angustia de saber si vas a llegar borracho o no, con el miedo de saber si vas a llegar a golpearnos o no, siempre tomabas papá, no me digas que no te acuerdas, por favor si siempre llegabas a las 2 ó 3 de la mañana venias tan borracho que ni de pie te podías poner ¿te acuerdas?, a pero eso si el señor llegaba aventando todo gritando y diciendo ¿Qué? ¿Qué en esta maldita casa no hay nadie que me atienda? ¿Para eso trabajo todo el tiempo?, ¿para qué ni el perro me salga a recibir? Maldita sea ¡quiero verlos a todos aquí y ahorita! Y yo papá yo te juro que escuchaba todo y comenzaba a temblar, a llorar, recuerdo que llegabas a la recamara de mamá y la veías dormida y sin piedad la tomabas de los cabellos la comenzabas a jalonear, a golpear, mi madre espantada, te suplicaba y te decía “mi amor, no me pegues por favor, los niños están durmiendo, los vas a espantar, vámonos a dormir” pero no verdad, ¿Cómo al macho de la casa le iban que decir lo que tenía que hacer? Me acuerdo que no hacías caso de aceptar que estabas mal, ¿sabes que hacías papá? Que también le pegabas

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