"Cartas A Un Estudiante De Derecho. Miguel Carbonell".
Enviado por tundra • 10 de Julio de 2015 • 349 Palabras (2 Páginas) • 2.436 Visitas
“Cartas a un Estudiante de Derecho. Miguel Carbonell”.
Comienza dándonos las pautas de lo que sería el estudio adecuado que debe llevar el aspirante de derecho, hábitos y responsabilidades.
Impulsa al alumno de un diferente ángulo, que no ocupa un docente en la facultad. Esto es casi una charla de café con una persona que ha logrado destacar en este campo. Es una obra que ayuda a refinar con practicidad el conocimiento ya adquirido al momento.
En dieciséis capítulos (“cartas”), Carbonell desarrolla una serie de consejos, sugerencias y directrices que son útiles para quienes siguen la carrera de derecho y, en general, para cualquier estudiante de ciencias sociales y de humanidades. Lo que indica en cuanto a la complementación de las lecturas escolares que todo estudiante debe procurar, la forma de leer, la utilización de las herramientas tecnológicas, el apoyo en la literatura y en la cinematografía para ensanchar el horizonte cultural, y la prioridad del análisis sobre la memorización, son un conjunto de reflexiones aprovechables por parte de cualquiera que curse una disciplina humanística o científica social.
La trama de esta obra es facilitar el rápido y eficaz aprendizaje de todas estas facultades básicas en el campo de derecho. El estado del poder de una nación repartido en varios organismos es el tipo de legislación que lleva esta misma, y el conocimiento de su función equivale a considerar conjunto de reglas necesario que debemos seguir para no transgredir el código de una nación o la integridad de un individuo, a la hora de ejercer y cuidar nuestros derechos.
A principio de la obra también menciona acerca de la motivación de cada uno por estudiar derecho. Hay buenas razones que convierten la profesión de un abogado en una buena profesión, como también hay malos motivos. El ingreso y remuneración que se perciben desde esta posición no son bajos, y es una tendencia grande, como la de la política a caer en la corrupción. Pero el buen ejercicio de esta puede ser un buen impulsor para el desarrollo de una sociedad. Más que económica, industrial y políticamente, a un desarrollo humanista, moral, social.
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