Chile, un país cortoplacista

Chile , un país cortoplacista.

Chile es un país en vías de desarrollo  que  busca  independencia energética, con el propósito de  disminuir del consumo de combustibles importados  y   los efectos negativos sobre el medio ambiente generados  con su uso , es por ello  que se ha indagado en  alternativas energéticas que sean factibles de implementar ,  limpias y renovables. En Chile, la producción de combustibles no supera un 4% de lo que  se consume , haciéndonos dependientes de la disponibilidad y  la  variabilidad de los precios en los mercados internacionales.

Por otra parte, el  principal desafío radica en que la demanda eléctrica del Sistema Interconectado Central (SIC ,  que abastece las zonas centro y sur del país) acorde a las proyecciones  se duplicará en los próximos 10 años y se triplicará en los próximos 20. En este contexto y como parte de la solución se han construido a lo largo del país 33 centrales hidroeléctricas,  y que seguirán  implementando como medidas de resolución, tal como el proyecto  HidroAysen que abastecería con 2.400MW de electricidad.

Las hidroeléctricas  son una alternativa energética inviable  a  largo plazo, ya que generan un gran daño económico , ambiental y social. Se sabe que las centrales hidroeléctricas de embalse emiten diez veces más  metano y CO2 que cualquier central termoeléctrica   a causa de la putrefacción de bosque y del subsuelo inundados, fomentando de esta manera  el efecto invernadero, así lo plantea también International Rivers.

Por otro lado , instalar una represa conlleva la muerte y extinción de un gran número de especies que viven en el rio que será trabajado. Un estudio  sobre los beneficios de la instalación de una central hidroeléctrica, elaborado por la Comisión Mundial sobre Represas financiada por el Banco Mundial concluyó que “en demasiados casos conlleva un precio inaceptable y a menudo ha sido pagado- particularmente en términos sociales y ambientales— por las personas desplazadas, por las comunidades aguas abajo, por los contribuyentes y por el medio ambiente”.

En simples palabras ,se está destruyendo nuestro hábitat    afectando  el  desarrollo  económico de los chilenos  (turismo, agricultura)   y a las futuras generaciones , con el fin de satisfacer la demanda de energía en un corto plazo. Esta demanda se debe principalmente a las grandes empresas dedicadas al rubro de la Minería,  consumidoras número uno,  y no al consumo residencial que asciende a un 16%  según el Banco Central .

A pesar de que  se dice que las centrales hidroeléctricas  poseen un promedio de vida útil de 50 años,  ese  rango de años  y el potencial de  las represas es variable ante periodos los de sequía , lo que se condice con lo manifestado por el Ex Ministro de Energía Marcelo Tokman, "la energía hidroeléctrica nos deja muy vulnerables frente a tiempos de sequía, más aún si consideramos que la tendencia general va hacia una disminución del caudal de nuestros ríos".

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