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Ciudad Y Cultura Ciudadana


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  2.791 Palabras (12 Páginas)  •  447 Visitas

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Ciudad y cultura ciudadana

PEDRO RICARDO OROZCO OROZCO, Pbro.

Foro "Pensar la ciudad: un encuentro para construir".

Montería

Para comprender la riqueza del título asignado para esta conferencia, "Ciudad y cultura ciudadana", quisiera explicar cada término para cimentar las ideas expuestas a lo largo de la presentación de la misma. Planteo como metodología, refontalizar cada palabra, es decir, volver a las fuentes históricas para encontrar su significado preciso y original.

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El término Ciudad nos transporta a las expresiones "urbs", "polis" y "cívitas" de las antiguas civilizaciones griegas y romanas. Para los grandes filósofos de Atenas y de Roma, la ciudad se concebía como la cima de la civilización y del progreso cultural. Cabe traer a la memoria a dos grandes pilares: Aristóteles afirmaba que "la ciudad ha sido creada en primer lugar para hacer a los hombres verdaderamente hombres, y la ciudad existe para hacerlos felices. El hombre, que inicia su período de desarrollo en la familia, encuentra sólo en la ciudad su madurez: el hombre es por tanto un animal político" (Primer libro de la Política). Cicerón razonaba de la misma manera: "los hombres dejaron poco a poco la barbarie, descubrieron el arte de la vida comunitaria y crearon las primeras ciudades en donde aprendieron la civilización y cultivaron las artes liberales; encuentra el hombre en la cívitas o ciudad un verdadero sentido de grandeza". Tanto para los griegos como para los romanos la idea de ciudad los llevaba a una conciencia colectiva de unidad, en la que los intereses particulares quedaban supeditados por los comunitarios; era entonces una empresa común donde existe un pacto de ayuda mutua. Esta conciencia los llevaba a formarse en el sentido de pertenencia, a mejorar sus condiciones de vida y así alcanzar un nivel superior de desarrollo contrapuesto a las aldeas o al campo. La polis tiene como fin la supervivencia, propia de los pueblos y también la convivencia humana y el perfeccionamiento humano.

Siguiendo en el itinerario histórico nos encontramos ahora en el Renacimiento, con el primer sociólogo urbano, J. Botero (1546-1617) en su libro "De la causas de la grandeza y de la magnificencia de las ciudades" escribe: "Se llama ciudad a una reunión de hombres que se juntan para vivir felices, y se llama grandeza de una ciudad no ya a la dimensión del lugar, sino a la multitud de sus habitantes". Cabe señalar que el fin de la ciudad es la felicidad.

La ciudad en su noble ideal se concibe hoy en día como un símbolo, una representación colectiva que evoca las aspiraciones o las ansiedades del hombre. No puedo ignorar o desconocer el planteamiento de algunos pensadores contemporáneos que conciben la ciudad como el símbolo de la decadencia de los grupos humanos, como el lugar de la degradación del hombre. Por ejemplo, William Cowber, poeta inglés expresa en uno de sus versos:"Dios hizo el campo, el hombre inventó la ciudad". Este foro no va por esta corriente, así lo manifiestan los organizadores en sus objetivos: busca exaltar la ciudad, llevarla al nivel que quiso ser desde su génesis u origen.

Continuando con esta exploración conceptual, nos encontramos ahora con el término Cultura, esta palabra proviene del verbo latino colo, colere, cultum = cultivar) significa etimológicamente cultivo. En la Grecia antigua, el término correspondiente a cultura era "paideia" (crianza de un niño; instrucción, educación perfecta), al paso que, en la Roma de Cicerón, se usaba la palabra "humanitas" (naturaleza humana; dignidad humana, educación refinada).

Ateniéndonos a su definición verbal-etimológica, es, pues, educación, formación, desarrollo o perfeccionamiento de las facultades intelectuales y morales del hombre; y en su reflejo objetivo, cultura es el mundo propio del hombre, en oposición al mundo natural, que existiría igualmente aun sin el hombre.

Desde este ángulo, se nutre la Conferencia Mundial sobre Política Cultural, realizada en México en 1.982, cuando ve la Cultura como "el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las Artes y las Letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias"[1].

Derivado de esto, y en términos casi similares, la Ley 397 de 1.997, de Colombia (Ley General de Cultura) Título I, Artículo 1°, numeral 1, define:

"Cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que comprende, más allá de las artes y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias".[2]

En otras palabras, cultura es todo lo que hacemos, es todo lo aprendido a través de la socialización, es el comportamiento que se refleja a través de las tradiciones, costumbres, idiosincrasia, etc. y que surge en la medida que las sociedades evolucionan; por lo tanto, es una expresión cambiante, a la vez que es interdependiente, es un reflejo de la estructura económica y permite a los individuos miembros de una sociedad diferenciarse de los ajenos, identificarse con los propios, llevando de esa manera a la formación de una conciencia individual y social. Es la manera total de vivir de un pueblo, el legado que el individuo recibe de un grupo.

Resumiendo todo lo anterior, la cultura es un lugar de encuentro que permite el diálogo con la diversidad, es, a su vez, un espacio de búsquedas colectivas y la formulación de un proyecto futuro para los grupos humanos.

Hemos examinado hasta aquí, los conceptos de ciudad y cultura, abordemos en este momento el término Ciudadano. En Roma al ciudadano individual lo llamaban civis (plural cives). Tal como de cívitas hemos derivado ciudad, el término civis no dejó herencia en nuestra lengua sino a través de su adjetivo derivado civilis (civil). Tenía la consideración de civis todo hombre o mujer que vivía al amparo del derecho de ciudadanía romana. Para mejor entender, ciudadano es que pertenece a la ciudad.

Pero aún se encierra otro misterio en el origen y estructura de esta palabra: en latín la ciudadanía (la cívitas) es un nombre colectivo, y seguro que como tal se concibió, pero desde la individualidad, que nunca fue Roma sospechosa de comunismos ni colectivismos.

Por eso vienen los propios etimologistas romanos a advertirnos (esa fue su convicción) que civis procede del verbo cieo, ciere, civi, citum que en sustancia significa convocar, poner en movimiento, agrupar, poner en marcha, impeler… En fin,

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