Como se da la Seguridad Global y Local Dos Visiones en Pugna

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SEGURIDAD EN DEMOCRACIA

UN RETO A LA VIOLENCIA EN AMÉRICA LATINA

Alejo Vargas Velásquez (coordinador)

ENSAYO SOBRE  LA SEGURIDAD GLOBAL  Y LOCAL:

DOS VISIONES EN PUGNA

Pablo Emilio Angarita Cañas

Especialización: Derecho Procesal Civil

Asignatura: Seminario Mundialización de las Conflictividades y Derecho                                  

Profesor: José Vicente Tavares Dos Santos

Cursante: Jorge L. Sabino R. C.I: V-17.269.534

Caracas, 2 de septiembre de 2013

En el complejo tema de los derechos humanos recogidos en innumerables  tratados internacionales existe un derecho que se ve incluido en todos ellos, hablamos del derecho a la seguridad, el cual en su sentido general, supone la ausencia de todo peligro o amenaza real que puede tener una persona. Sin embargo, sabemos que a lo largo de la historia humana, ninguna sociedad ha vivido en total seguridad, lo cual ha sido del provecho de  los factores de poder para aplicar dosis de miedo y temor como mecanismo de control social, manteniendo a sus habitantes totalmente dominados y poder así cumplir sus propios intereses.

El problema se presente cuando la inseguridad supera con creces lo que el Estado o los factores de poder  podían controlar,  llegando incluso a niveles por encima del ámbito local.  A estas alturas la continuación de una política dominante fundada en el temor resultaría inútil, pues  la misma sería el mecanismo menos indicado para que las personas puedan cambiar las cosas. Todo lo contrario, nos dejaría más pasivos de como estamos.

Es por eso que, como acertadamente indica Angarita Cañas, un actuar coercitivo del Estado debe apoyarse en el acuerdo ideológico y cultural de la sociedad, y será luego de ese consenso Estado- Sociedad, que habrá una aceptación del orden establecido por parte dela misma, otorgándole una verdadera legitimación al grupo encargado de gobernar. Por tanto, la aplicación per se de la fuerza bruta como mecanismo regulador no es eficaz para combatir la inseguridad.

Ahora bien, cuando la ciudadanía y los organismos internacionales colaboran en el actuar del Estado para  erradicar la violencia y evitar la comisión de delitos y falta contras las personas y bienes, asegurando, en la medida de lo posible,  la convivencia pacífica, es cuando podemos entrar en el terreno de la seguridad ciudadana, la cual, en principio, varía de acuerdo con las características históricas-culturales de cada país. Sin embargo,  sabemos  que existen factores comunes que causan inseguridad independientemente del país. Así por ejemplo, el modelo socioeconómico neoliberal, cuya riqueza concentrada en pocas personas generan altos niveles de desempleo,  genera en cualquier país atentados contra la propiedad privada y otros delitos.  Igualmente  las  políticas aplicadas por los Estados, donde se privaticen servicios públicos afectando a los sectores más pobres de la población, generarían violencia.  A esto también podemos sumarle los grupos de justicia privada que surgen como consecuencia de la ineficacia e impunidad del sistema de justicia.

A nivel internacional, las ideas post-segunda guerra mundial crearon dos visiones de la seguridad en el mundo.  Una visión de seguridad garantista de los derechos humanos cuya máxima expresión se da en Paris en 1948 con la Declaración de los Derechos Humanos. La Segunda visión es lo contrario, estrictamente militarista e imperial  impuesta durante todo este tiempo por el Consejo de Seguridad de las Nacionales Unidas, cuyas potencias permanentes son las que verdaderamente deciden las políticas mundiales.

 A pesar de tal imposición,  lo cierto es que  a partir de los años 90 la visión de la seguridad ciudadana está comenzando a desligarse de la imperante concepción militarista, defensora de las grandes potencias en el escenario mundial, pasando a estar estrechamente vinculada a una visión  protectora de los derechos humanos que pretende dar una doctrina de seguridad humana basada en una visión integral aplicada en una sociedad que se rija por un modelo de desarrollo humano, donde el ser humano sea el sujeto y no el objeto del desarrollo y el crecimiento económico un medio y no  un fin,  debiendo realizarse tal desarrollo siempre con sujeción a los principios de igualdad, no discriminación y solidaridad. Bajo este modo, la seguridad ciudadana deja de tener un simple enfoque de protección militar para adquirir una mayor dimensión en lo personal, económico, alimenticio, salud, medio ambiente, comunitario y político. Algo totalmente deseado.

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