Comparación entre las mentalidades mexicana y húngara inspirada en "Máscaras mexicanas" de Octavio Paz

COMPARACIÓN ENTRE LAS MENTALIDADES MEXICANA Y HÚNGARA INSPIRADA EN “MÁSCARAS MEXICANAS” DE OCTAVIO PAZ

por Vilmos Nagy

estudio presentado al Premio Latinoamericano de 2017

introducción

Octavio Paz edita en el año 1950 su libro titulado El laberinto de la soledad, en el cual analiza los rasgos más característicos de la sociedad mexicana, busca los orígenes y las causas de su actitud e intenta dar una visión completa sobre la identidad mexicana de la época, haciendo, al mismo tiempo, una fuerte crítica social hacia su pueblo. Esta crítica social se enfatiza mucho en el ensayo titulado “Máscaras mexicanas”. En “Máscaras mexicanas” el autor habla de sinceridad y mentira, confianza y desconfianza, moral y honra, tradiciones, formalidades pero también perpectivas, entre muchas otras cosas. Leyendo su ensayo se perfila de manera muy nítida lo que pensaba Paz sobre el carácter mexicano en los años 50. Pero, ¿cómo ha cambiado esto hasta nuestros días en México? ¿Qué piensan los mismos mexicanos hoy en día acerca de las ideas de su gran Premio Nobel? ¿Cómo se refleja la situación en Hungría? Y, en general, cuáles son las mayores diferencias entre las mentalidades mexicana y húngara? ¿Nuestras maneras de ser se parecen más de lo que pensamos? Estas son las preguntas a las que busca responder, sin ánimo de exhaustividad, este estudio.

las bases del estudio

El estudio está basado en los resultados de un formulario realizado mediante Google que había sido elaborado por el autor del mismo, en español y en húngaro, y al cual contestaron voluntariamente en total unas 300 personas. Los participantes tuvieron que responder a una serie de preguntas sobre mentalidad que se basaban en las ideas que plantea Octavio Paz en su ensayo. No habían sido informados de que se trataba de una comparación de los modos de pensar húngaro y mexicano pero sí sabían que las ideas planteadas procedían de dicho autor. Las preguntas se referían tanto a lo que opinan las personas sobre la sociedad en la que viven como a sus propias opiniones. Se procuraba que el cuestionario elaborado en español lo rellenaran sólo personas de nacionalidad mexicana y la versión húngara, sólo húngaros, para que la visión obtenida acerca de las dos sociedades fuera lo más exacta posible. Ambos cuestionarios cuentan con un número de participantes (unos 50 en caso de los mexicanos y unos 250 entre húngaros) lo suficientemente alto para sacar unas conclusiones en general y comparar, a grandes rasgos, la manera de pensar de las dos sociedades. Sin embargo, cabe destacar que el estudio no está ni pretende llegar al nivel de un estudio sociológico profesional.

Otra faceta de la presente investigación la constituyen varias entrevistas hechas con personas mexicanas que llevan un tiempo viviendo en Hungría. Por suerte, se logró hablar con bastantes representantes de la comunidad mexicana en Hungría y en el proyecto participaron personas de diferentes edades y profesiones empezando por becarios de Stipendium Hungaricum hasta llegar a mexicanos y mexicanas casados con húngaros o húngaras y que llevan años asentados en Hungría. Durante las entrevistas se les preguntó, además de sus experiencias en Hungría y su opinión en general sobre el país, acerca de cuestiones tan concretas como la situación de la mujer en México y Hungría, así como el nivel de tolerancia hacia la homosexualidad en los dos países. Así pues, otro objetivo de este estudio es también investigar un poco en estos dos terrenos poniendo especial énfasis en la aceptación de los miembros de la comunidad LGTB en la sociedad mexicana y húngara, respectivamente.

Los dos cuestionarios fueron divulgados por Internet, así que es lógico que hayan llegado, sobre todo, a un público más joven. Más de la mitad de los que rellenaron los formularios era menor de 30 años. Más o menos dos terceras partes eran mujeres y en su mayoría no se consideraban estar en ningún lado del espectro político.

Uno de los métodos en cuanto a las encuestas fue la escala lineal de 1 a 5 en la que 5 significaba totalmente de acuerdo y 1 quería decir para nada de acuerdo. A lo largo de este estudio las respuestas de 4 y 5 se consideraron de acuerdo, las respuestas de 3 como opinión neutra y las respuestas de 1 y 2 como desacuerdo con la cuestiones planteadas en la preguntas. Entre 4 y 5 y 1 y 2 sólo se tomaba en consideración la diferencia si esta era especialmente marcada.

Otro método fue la elección múltiple donde los participantes tuvieron que elegir una de las opciones anteriormente definidas (por ejemplo, en el caso de definir la homosexualidad). Y, por último, en las definiciones de la hombría y feminidad los participantes tuvieron que redactar ellos mismos sus propias respuestas. Al final de las encuestas se les dejó una casilla para que pudieran dejar sus comentarios.  

Las entrevistas fueron totalmente voluntarias y consistían en una charla de unos 15-20 minutos donde, con la ayuda de preguntas, unos 10 miembros de la comunidad mexicana en Hungría explicaron su punto de vista acerca de de las cuestiones tratadas en este estudio. Tanto los entrvistados como los participantes de las encuestas señalaron que no les gustaría generalizar y que México es un país muy grande cuyos habitantes son difíciles de encasillar y en el que hay muchísima diversidad.

comentario de los resultados

sociedad

“...máscara el rostro, máscara la sonrisa” -afirma Octavio Paz en su ensayo y añade: “Su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y alusiones, de puntos suspensivos”. De estas afirmaciones se deduce claramente que el autor no consideraba que la sinceridad fuera precisamente una característica primordial de la sociedad mexicana a mediados del siglo pasado. Sin embargo, los encuestados que dieron su opinión en lo que concierne al tema no fueron tan tajantes. Sólo el 22% de los que respondieron cree que en la sociedad mexicana falta la sinceridad y el 30%  considera que sí es muy característica de los mexicanos. Aun así, la mayoría tuvo una opinión neutra al respecto y dijo que los mexicanos en general ni son muy sinceros ni muy falsos o hipócritas. Algo parecido se refleja en la pregunta que se refiere a si los mexicanos suelen disimular en su día a día, en sus relaciones sociales: casi la mitad de las opiniones es neutra aunque en este caso se puede observar cierta inclinación hacia las respuestas positivas (41%). El gran número de las respuestas neutras se debe atribuir –según muchos participantes lo han dejado claro en sus comentarios- a que a la gente no le gusta generalizar y les consta que en un país tan poblado, extenso y diverso como México los individuos no se pueden encasillar según criterios muy fijos. No parece ser cierto entonces que actualmente “entre la realidad y su persona se establece una muralla”.  

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