Comunicacion Y Cultura General
Enviado por marcos_verdugo • 8 de Abril de 2013 • 5.045 Palabras (21 Páginas) • 583 Visitas
CALANDRIA
En los 70 y los 80, la comunicación "alter-nativa", entendida como "la otra", llamada popular, educativa o comunitaria, tuvo su auge en Latinoamérica, comprometida con los movimientos sociales y la crítica frente a la sociedad imperante. Fue una época muy fructífera en experiencias, compromiso y reflexiones. Se conoció muy de cerca el mundo popular y su importancia en las sociedad. Y la apuesta por una organización popular y democrática articulada llenó y hasta suplió las utopías políticas de ese entonces. Los actores de sectores pobres se convirtieron en protagonistas y desde allí se les percibía como nuevos y auténticos gestores del cambio social.
Evidentemente el contexto real de la sociedad, muy complejizado, y de sus nociones de transformación cambiaron notablemente. La propuesta clasista desde la que se actuaba o que alimentó estas experiencias quedó trunca con la caída del socialismo restándole sustento. Los actores de la sociedad dejaron de percibirse como sujetos contradictorios u opuestos. Los límites de lo popular se oscurecieron. A la par siguieron emergiendo procesos más amplios de globalización y la tendencia económica hegemónica, por lo menos en el discurso, busca en primer lugar una integración social y no precisamente una oposición radical. Asistimos así a una época donde los sujetos son constreñidos a una gran reflexividad, replegándose hacia sí mismos y al proyecto propio en medio de un proceso de desterritorialización (sin fronteras) y de hibridación de las culturas. Todo lo cual nos convoca a pensar en la búsqueda de nuevas utopías comunicacionales que deben orientar nuestro trabajo y el compromiso con la sociedad.
Sin embargo, este proceso de búsqueda y redefinición no es posible sin antes realizar un balance exhaustivo de los procesos vividos. Es importante hacer memoria y rescatar aquellos aspectos que siguen siendo válidos para identificar las rutas del futuro. Igualmente, requerimos de puntualizar y analizar dónde estuvieron las fallas y los vacíos, todo aquello que hoy no tienen sustento teórico, ni ético, ni de viabilidad práctica. Finalmente, necesitamos repensar una comunicación nueva y liberadora, en profundo diálogo con las utopías sociales y políticas que hoy empiezan a discutirse.
I.- BALANCE: RESCATE Y REDEFINICION HACIA EL FUTURO
Esta ponencia no nos permite hacer un análisis riguroso. Sólo expondremos algunas pistas evaluativas recurriendo a un esquema simplista pero justo sobre lo que vale ser rescatado y que sigue teniendo vigencia. Y todo aquello ubicado mas bien en el nivel de lo cuestionable y no válido. El marco teórico desde el que osamos mirar este conjunto de prácticas comunicativas con sentido social es el de los valores universales y éticos de una propuesta democrática radical que busca unir de manera profunda el desarrollo individual y colectivo de los pueblos, la interacción o fusionamiento entre la noción de justicia y libertad, el diálogo entre democracia y equidad como sentidos utópicos compatibles e inseparables en la nueva sociedad que queremos gestar.
1. APORTES ETICOS QUE RECUPERAR: CONTRA LA DESESPERANZA
Fueron años de experiencia y compromiso en todo el continente, unos apoyados por la cooperación internacional, otros sostenidos desde un trabajo voluntario. De esa experiencia se puede recuperar un capital ético construído que queremos destacar y cuyo eje central estaría en el compromiso con los sectores oprimidos y necesitados buscando su desarrollo social y político. Algunas de las enseñanzas aprendidas y que siguen vigentes serían:
1. La comunicación es una cuestión de sujetos en relación
Se puso el énfasis en la existencia de sujetos de la comunicación. Estos debían producir relaciones entre sí: los miembros de una población o de una comunidad determinada, de un sector social, inclusive entre los comunicadores y el pueblo. No sólo se logró señalar su importancia en el proceso comunicativo sino que se pudo ver en ellos sus problemas y conflictos, el lado inconforme, la debilidad de los sujetos como víctimas de un orden social injusto. Y a pesar de concepciones simplistas en el nivel cultural se consiguió destacar que eran sujetos culturales más o menos complejos y no sólo revolucionarios políticos. Frente a comprensiones más estructurales de la sociedad, esta comunicación puso el lado humano aunque también político desde sus prácticas, reinvindicando inclusive los aspectos recreativos del quehacer comunicacional y el contacto entre la gente, tanto desde los medios como en la relación directa.
2. Participación es protagonismo y democracia
Se valoró y sobrevaloró la participación comunicativa. En muchos casos, se sobrevaloró de manera excesiva y frondosa produciendo estancamientos en el nivel de los formatos: muchas entrevistas, testimonios y hasta historias. Pero en otros casos, se apostaba a la promoción de una sociedad democrática y dialogante entre los pares, en una época donde aún no se valoraba la democracia como valor político societal porque sólo se le apreciaba como un sistema incompleto y poco satisfactorio. Ello significó una valoración de los sujetos populares en sus capacidades para comunicar. Y la gestación de un modelo dialógico de asumir los medios apostando a construir dentro de la comunicación a un pueblo que a la vez es emisor y receptor, en tanto ejercicio democrático alternativo.
3. La importancia de la comunidad y la acción colectiva.
Un cuestionamiento constante y de fondo a los modelos individualistas, llevó a realizar prácticas mas bien tendientes a resaltar la importancia de la acción colectiva. La existencia de una comunidad organizada era muy respetada. En muchos casos y momentos se trabajaba para y por la organización, o con los movimientos sociales. La cohesión valórica que sostenía a la comunicación popular se situaba en el campo de la solidaridad humana entre sujetos de una misma clase o sector social. Se trataba siempre de crear vínculos y compromisos. Fueron las épocas de "darle voz al que no tiene voz", permitiéndole que pudiese expresarse y ser protagonista.
Esto hoy día es rescatable pues no tendría que haber oposición entre individuo y comunidad. Podemos comprender que más allá de las organizaciones representativas y de carácter territorial, vale la experiencia de solidaridad aplicable a nuevas comunidades flexibles. No es posible pensar la socialidad humana sólo desde el individuo.
4. Derecho a la comunicación: relevancia de la radio
La comunicación popular y alternativa sustentada en la crítica a los medios masivos y comerciales optó por una formulación aún vigente sobre el derecho a la comunicación que todo receptor tiene, especialmente formulada en el
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