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Enviado por   •  9 de Diciembre de 2011  •  1.357 Palabras (6 Páginas)  •  603 Visitas

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Educación y conformismo social

La crítica a los mitos de la historia de bronce dio paso a la historia de mierda. Ninguna es inocente. Pero si la primera cantaba a la patria, el historiador oficial de Televisa rescribe la segunda.

José Steinsleger

En el nombre del invisible y omnipresente dios de la globalización y del mercado, las instituciones mutan para adaptarse a “los nuevos tiempos”: tiempos de culto a la realidad virtual, a la historia de mierda escrita por Televisa, ofreciendo en sacrificio los cuerpos y espíritus de millones de seres. Lejos de la metáfora, la realidad del poder omnímodo del dinero se impone con toda crudeza. En México, ante la inminente crisis del proyecto de dominación de la extrema derecha, encabezado por Felipe Calderón, se aceleran las medidas para entregar al país, con todo y sus habitantes, a los designios del voraz imperio del dólar. Para que esto sea posible, es necesario –además de mantener al Ejército en las calles y solapar la rijosidad oscurantista de la jerarquía católica– someter o aniquilar las conciencias, matar el espíritu, cancelar el pensamiento crítico, instaurando a como de lugar el pensamiento único: las formas ideológicas del conformismo social.

“El conformismo social –afirma Marcos Roitman– es un tipo de comportamiento cuyo rasgo más característico es la adopción de conductas inhibitorias de la conciencia en el proceso de construcción de la realidad. Se presenta como un rechazo hacia cualquier tipo de actitud que conlleve enfrentamiento o contradicción con el poder legalmente constituido. Su articulación social está determinada por la creación de valores y símbolos que tienden a justificar dicha inhibición a favor de un mejor proceso de adaptación al sistema-entorno al que se pertenece” (El pensamiento sistémico: los orígenes del social conformismo; Siglo XXI, 2003).

La educación pública, con todo y las grotescas reformas de que ha sido objeto en las últimas décadas, es fruto de una revolución social y, en tal virtud, la forma y contenidos de los programas educativos se orientan –u orientaban– por principios libertarios, emancipatorios, enfocados hacia la consecución de la democracia y la justicia social. Esta orientación de la educación ha sido un estorbo para los intereses de las clases dominantes, por lo que éstas, en cuanto aglutinaron fuerzas y se reagruparon, han hecho lo necesario para rediseñar los objetivos de la educación pública en México. Las escuelas públicas han sido en distintos momentos centros progresistas de crítica y resistencia ante el poder, por lo que en la etapa presente de reconstitución del esquema de dominación mundial son un obstáculo para la imposición generalizada del social-conformismo.

La implantación del conformismo social en escala masiva requiere de la aniquilación de la conciencia. Si el hombre, según señalaba Carlos Marx, es un ser que se apropia de la realidad omnímodamente, ahora de lo que se trata –según los esquemas del social conformismo– es mutilarlo, reduciendo su ser a una sola dimensión: aquella que convirtiéndolo en un individuo obediente y adaptado, resulte funcional para su inserción y operación dentro del sistema y para el sistema; se trata, en síntesis, de transformarlo en un operador eficiente que no cuestione las premisas de funcionamiento del sistema y que acepte pasivamente cuanto se le demande en esta dimensión, aun a costa de su propia integridad física y espiritual.

En los últimos años se ha trabajado minuciosa y concienzudamente en la transformación del aparato educativo. Bajo la denominación de nuevo modelo educativo, o de paradigma alternativo, en las universidades públicas se busca suprimir la formación de profesionistas, científicos y artistas con espíritu crítico, que ejerzan el pensamiento reflexivo y que basen su trabajo profesional en normas éticas derivadas del compromiso social. Por el contrario, bajo la consigna de que se deben desarrollar competencias y habilidades (en lugar de conocimiento, solidaridad y conciencia) se modifican a toda velocidad los planes y programas de estudio, así como los elementos de la práctica docente, la investigación científica y la creación artística, teniendo como fin último formar, como producto de los procesos educativos, operadores eficientes que resulten a la vez promotores y difusores eficaces del conformismo social.

Pues debe comprenderse que el conformismo social intenta acompañarse de justificaciones teóricas y filosóficas –en verdad chatarra

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