Conocimiento y preparación que tenemos los Mexicalenses ante un desastre en nuestra región
Enviado por Amor Avendaño • 9 de Febrero de 2020 • Ensayo • 1.731 Palabras (7 Páginas) • 139 Visitas
Universidad Autónoma de Baja California
Facultad de Enfermería
Campus Mexicali
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“Conocimiento y preparación que tenemos los Mexicalenses ante un desastre en nuestra región.”
Asignatura:
Primeros Auxilios.
Maestro:
Rodrigo Duran Diana
Mexicalenses ante un desastre en nuestra región.
Desastre es el producto de la convergencia de dos factores en un momento y lugar determinado: riesgo (probabilidad de que un peligro impacte sobre un sistema socioeconómico con cierto nivel de vulnerabilidad. En otras palabras la probabilidad de sufrir pérdidas o daños más allá de lo aceptable, en caso de que la amenaza se materialice en un evento real) y vulnerabilidad (factor de riesgo interno de un sujeto o un sistema expuesto a una amenaza específica, correspondiente a su predisposición intrínseca a ser afectado o de ser susceptible a sufrir una pérdida. Es el grado estimado de daño o pérdida en un elemento o grupo de elementos expuestos como resultado de la ocurrencia de un fenómeno de una magnitud o intensidad dada, donde el factor de vulnerabilidad asociado con la amenaza da como resultado un riesgo determinado que si no es manejado de forma adecuada puede llegar a convertirse en un desastre).
Los desastres ocurren cuando un fenómeno de tipo natural (o humano) se presenta repentinamente y la capacidad de respuesta de las autoridades y los habitantes de una región determinada es incapaz de soportar las fuerzas de ese fenómeno. Por lo tanto, los desastres son aquéllos donde un fenómeno natural (extremo) afecta a una población de manera que le ocasiona muchos daños, casi todos recuperables a diferentes plazos, excepto las vidas humanas, lesiones permanentes de las personas y ciertas formas de organización social.
El estado de Baja California está propenso a experimentar diferentes desastres naturales y humanos. De acuerdo con el Atlas nacional de riesgos (Secretaría de Gobernación, 1992), la entidad se encuentra en una zona de alto riesgo tanto por penetraciones ciclónicas como por la generación de productos petroquímicos, ya que está asentada sobre extensas redes de oleoductos, poliductos y gasoductos. Sin embargo, existe una zona en el estado donde se concentra un gran número de sismos de variable magnitud, que en algún momento han representado un riesgo para la población, especialmente la urbana. Tal es el caso de la ciudad de Mexicali. Existen dos fuentes potenciales para generar un desastre en Mexicali: lluvias intensas y sismos.
Al encontrarse próximo al Océano Pacífico, el estado de Baja California experimenta con cierta regularidad —cada tres o siete años— los efectos de ciclones o huracanes. La temporada oficial de ciclones es de mayo a octubre en el Océano Pacífico, aunque en Baja California, la influencia de los huracanes se deja sentir más profundamente entre agosto y septiembre. El ejemplo más reciente fue el huracán Nora, que en septiembre de 1997 se dejó sentir en el estado y en Mexicali produjo 45 mm de precipitación en un período de 24 horas. La ciudad de Mexicali se caracteriza por poseer un clima de tipo seco y subtipo muy seco semicálido, con lluvias de invierno cuya frecuencia es menor a 36%. Al observar el registro histórico de las precipitaciones anuales en Mexicali, podemos apreciar que el promedio anual de precipitación acumulada es de 73 mm en el período de 1948 a 2000. Estos datos históricos en la estación de Mexicali muestran una tendencia positiva, ya que esta cantidad se viene incrementando. De acuerdo con ésta, la precipitación anual acumulada mínima en esta estación fue de 8.9 mm en 1953, y la máxima fue de 236.9 mm en 1992. Al respecto, en 1975, la línea de crecimiento cruza el promedio anual histórico, lo que hace suponer que las oscilaciones máximas y mínimas de la precipitación durante todo el período encuentran su punto de equilibrio en ese año. La ciudad de Mexicali se ubica en una de las zonas de mayor actividad sísmica del país, lo que la hace vulnerable a los efectos de los sismos. Un temblor es la propagación de ondas a través de las rocas que constituyen nuestro planeta. Esta propagación es posible porque la Tierra se comporta como un cuerpo elástico. Por encontrarse en el sistema de fallas denominado falla de San Andrés, en Mexicali se han provocado sismos de diversa magnitud, ya que éste es uno de los sistemas más activos del mundo. De acuerdo con datos históricos sobre sismos en México, los epicentros de temblores de gran magnitud (mayores de 7º Richter), que ocasionan graves perjuicios a la población y sus bienes, se ubican en la costa del Pacífico, entre Jalisco y Oaxaca. Sin embargo, los grandes sismos también han ocurrido en Veracruz y Puebla, norte y centro de Oaxaca, Chiapas, Estado de México y la península de Baja California, especialmente en la zona fronteriza con Estados Unidos.
México se localiza en una región geográfica vulnerable a diversos fenómenos perturbadores con alto potencial destructivo, siendo una preocupación del Gobierno Federal, aminorar o limitar sus efectos en la población, que son de diversas magnitudes. Por la anterior y derivado de un mandato presidencial, en 1965, se elaboró e incluyó en la planeación estratégico-militar, el “Plan de auxilio a la población civil” recibiendo la denominación de “Plan DN-III-E” al integrarse como anexo “E” de la Tercera Edición del Plan Director de Defensa Nacional (DN-III) entonces vigente.
Con motivo del impacto del Huracán “Inés” en octubre de 1966, que provocó el desbordamiento del Río Pánuco afectando la porción sur de Tamaulipas y norte de Veracruz, se pone en ejecución por primera vez citado plan, con resultados positivos, propiciando una recuperación rápida de la zona de desastre.
El sismo de 1985, que dañó la zona centro-occidente y en especial a la ciudad de México, puso en evidencia la falta de coordinación de las dependencias gubernamentales. Éste fue el antecedente para la creación del Sistema Nacional de Protección Civil.
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