Consumo vs calidad de vida

Consumo V/s Calidad de Vida

En este breve ensayo se abordará la relación recíproca que hay entre el consumismo y la calidad de vida en un margen socioeconómico. Del consumo podemos decir que es la acción de consumir o gastar, ya sean productos, bienes o servicios satisfaciendo las necesidades primarias y secundarias. “Consumo es la utilización de bienes y servicios para nuestra satisfacción y la de otros.” (Cuartas, p.112). En cambio al hablar de calidad de vida se hace alusión a varios niveles de  generalidad, pero en general se refiere al bienestar, felicidad y satisfacción propia de cada persona influida por su entorno social y cultural es decir que la calidad de vida es subjetiva para los distintos individuos .

La importancia de la relación entre estos dos conceptos, está la satisfacción que sienten algunas personas al consumir impulsivamente, y con ese pensamiento creen que su calidad de vida es buena, pero esto no es del todo cierto, ya que al consumir de una forma que exceda el presupuesto que se tiene, afectará a la vida diaria de la persona ya sea por problemas monetarios hasta por la salud, un claro ejemplo de esto es lo que sucede con las personas que son adictas a la comida tanto así que produce que la calidad de vida en el ámbito de salud se deteriore como así también el dinero que se posee al perderlo por un excesivo consumo de comida. Lo que significa que su felicidad al consumir resulta satisfactoria, pero su salud, su calidad de vida, es menguada.

Otro claro ejemplo del valor que tiene tanto el consumo, como la calidad de vida en situaciones cotidianas, es el consumo por estatus social, que tiene que ver netamente con la adquisición de bienes para demostrar clase social. Sin embargo, esto resulta erróneo en algunos aspectos, por ejemplo, el tener un auto con un precio elevado, supondría gastos enormes que el individuo necesitaría durante las siguientes meses. El consumo está, la satisfacción también, pero la atención a sus necesidades en su calidad de vida igualmente se ve afectada. Sin importar la adquisición, el individuo ha de saber que el total de sus ingresos determina su clase social, no el ahorro para consumir, ya que desde el punto de vista social, se cumplirían ciertas características de la pobreza.

La calidad de vida no sólo implica la satisfacción de necesidades básicas, cumpliendo también con los servicios sustentables del hogar (agua, luz, etc), si no que el estado de salud física y mental del sujeto sean óptimamente sanas, con lo que podría decirse que es capaz de vivir por un largo tiempo, lo que no necesariamente signifique que una persona se enferme menos, sino que pueda extender su vida el mayor tiempo posible.

En conclusión de este análisis, la relación de estos dos conceptos tiene al interior del sentido humano, una valoración personal importante. La calidad de vida suele ser menos tomada en cuenta que el propio consumo. Si bien, la obtención de algo para satisfacer su sentido tanto social, como personal, implica que el sentirse feliz por ello aporta al consumismo. El estado de ánimo al fin y al cabo, da un golpe (para algunas personas) casi decisivo a la hora de autoevaluarse y describirse como una persona “feliz”, podría ser que al estar deprimido afecte su calidad de vida en el ámbito mental. Pues, esto es más que cierto cuando no estás satisfecho no solo de tus necesidades básicas, sino también de la adquisición de otros bienes, lo que produce un descontento en la interioridad, causando en sí mismo enfermedades psicosomáticas de mayor agudeza conforme el tiempo que transcurra sin tratar (producidas por el estrés, ansiedad, depresión, etc) y finalmente entender que desde el comienzo en este breve ensayo se dijo que existe una reciprocidad que es esencial al tratar dos conceptos que tienen mucho más en común de lo que se piensa.

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