Contextualizaciones Eticas Humanas
Enviado por Zeint1 • 7 de Febrero de 2019 • Ensayo • 2.901 Palabras (12 Páginas) • 159 Visitas
CONTEXTUALIZACIONES ÉTICAS HUMANISTAS
… aproximaciones reflexivas sobre la ética humana en nuestro contexto histórico sociocultural
- una mirada integradora a los textos de Fernando Savater
Toda tarea formativa debe ser necesariamente un ejercicio de repensarnos cotidianamente la realidad en que vivimos; haciendo de la reflexión ética en su contexto sociocultural, parte esencial de una adecuada formación profesional, que no sólo busca ciudadanos bien pensantes, buenas – personas y pequeños – burgueses, sino igualmente librepensadores, comprometidos con la transformación social y la generación de un Hombre Nuevo. Es responsabilidad de la Etica Humanista y de su reflexionar filosófico, el hacerse permanente generador de cuestionamientos, de discernimientos personales y colectivizados en busca de la verdad, y en un afán vital por comprender y transformar la realidad, y sus dimensionamientos … profesionales, sociales y culturales. Es la propia responsabilidad que nos exige desvirtuar y generar ruptura frente al Status Quo (orden social establecido), de la misma forma, que revolcar al Hombre desde su propia interioridad y en función de su proyección social, y de su que – hacer cultural.
Como mínimo, la formación ética del individuo, coincidente con su formación ética profesional, debe garantizarnos la capacidad de “releer la realidad” que no es otra cosa, que la urgencia de conocer, comprender e interpretar la realidad problemática que vivimos, favoreciendo un salto cualitativo y transformador del pensamiento y de la propia realidad, mediante nuestra capacidad de pensamiento y argumentación propositiva; dado que no le cabe al profesional, la mera tarea de dominar conocimientos, conceptos, teorías y formulaciones, sino esencialmente, mediante el desarrollo de su inteligencia y creatividad humana y profesional, ser verdadero agente líder y protagonista fundamental del cambio social y cultural, dándole valor agregado y diferencial a su profesión y existencia humana.
Consecuentemente con ello, digamos que la Ética es sencillamente hablando, una reflexión cotidiana sobre el Ser y el Que – Hacer del Hombre, en su contexto sociocultural – lo que involucra su cotidianidad profesional; buscando resignificar su existencia humana; trascendiendo la confianza del hombre en si mismo a partir de su completo desnudamiento, produciendo eco de la apropiación de sus propias limitaciones y llenando de contenidos y de nuevas vivencias, el vacío existencial del ser humano. Para el reconocimiento del mundo exterior que le rodea, el hombre debe adentrarse en su interior, volviendo sobre todas las raíces de su identidad, en respuesta eterna a la pregunta por ¿quien soy yo?, que encuentra siempre respuesta en el descubrimiento de los otros, como reflejo – sentido de mi propio existir. Afirmación filosófica de “la otredad” – los otros, los demás como espejo obligado de reconocimiento – redescubrimiento de mi propia identidad, y consecuentemente, de “mi proyecto de vida”…. el viaje a nuestro interior, solo se hace posible a través de los Otros.
Hacer Etica, e igual responsabilidad le corresponde a la Formación Etica Profesional, es vitalmente hablando … repensar la vida, redescubriendo aquellas situaciones especiales y valores esenciales en los que nos jugamos la existencia, nuestro vivir colectivo y personal, partiendo de la conciencia de nuestra libertad y su consecuente y congruente práctica libertaria … la Ética es en esencia un juego de la Libertad Humana, en la que cada persona debe aprender a ganar, reflejando su partida en el corazón de los demás, y en el límite de sus programaciones socioculturales y de las determinaciones del pensamiento, mediante el ejercicio del lenguaje; contando con que la liberación del hombre esta dada por la conquista de nuevos paradigmas, que logren revolucionar la cosmovisión de una época determinada, identificados en el ejercicio de nuestra voluntad humana … voluntad de poder de todo hombre, aunado al querer ser vitalmente, que nace de las entrañas de todo ser humano … desde aquí, la Ética es mirada como el Arte de Saber Vivir, o sencillamente el Vivir Vitalmente, en el que la libertad se constituye en movimiento de la conciencia en medio de la dialéctica contradictoria de la naturaleza humana, en el mismo contexto en el que necesariamente tenemos que cuestionar nuestro automatismo, la falta de originalidad, el no ser auténticos, la incapacidad de ser genuinos y creativos en la búsqueda de equilibrio entre nuestro Ser y Que-hacer; lo que tanto se ve alimentado actualmente por el consumismo que destilan los medios de comunicación y este mundo globalizado que tanto nos esclaviza de modas, patrones de comportamiento, figuraciones sociales, “intereses creados”.
Aparece entonces la Ética como una tarea de inventar, repensar, resignificar la realidad, pasar liberadoramente de la rutina a la cotidianidad ... propiciando el arte de vivir verdadera y significativamente, por cuanto el Hombre es al mismo tiempo, el artista y el objeto de su arte, es el escultor y su mármol, es el médico y su paciente. En definitiva, el hombre se constituye en el referente esencial de la vida misma y de todas sus posibles significaciones; es la ética – la que da valor agregado y diferencial de lo que somos y hacemos, por cuanto el hombre es en su esencia filosófica … el Ser y Que-hacer de la Vida en el perímetro de los principios morales, filosóficos, religiosos, humanos, políticos, culturales y sociales en general. Pasar de la rutina a la cotidianidad, presupone mirar la vida misma de manera diferente, porqué en esencia las cosas y actividades, como responsabilidades y tareas, siguen siendo las mismas, pero es el cambio de Actitud, la disposición a vivir intensamente, la que llena de nuevo sentido cada una de las actuaciones, realidades y pensamientos del ser humano.
Por eso, la Ética en su contexto sociocultural, me tiene que convalidar o descalificar las actuaciones y actitudes personales y colectivas, aún luchando en el juego de la contrariedad humana, ya que para una Ética Humanista, el único definitivo criterio de valor ético es la búsqueda del bienestar del hombre en un ambiente de libertad humana y de desarrollo sociocultural natural, en donde el ejercicio equilibrado de la razón, mide la utilidad, la productividad vital de las cosas, de los hombres y las ideas, que en su conjunto constituyen el gran universo filosófico del Hombre, redescubierto como Ser Pensante y Hacedor de la transformación social y el desarrollo cultural, en una exigencia permanente de convivir con el mundo, en medio de la libertad, recordando que las cadenas más esclavizantes del hombre son las de la libertad … estamos condenados por ser verdaderamente hombres al juego de la libertad. Es urgente pues, tomarse en serio el problema de la libertad y hacer de ella, junto a los otros, una libertad creadora y transformadora; tomándose necesariamente la molestia de pensar y repensar, de analizar y criticar reflexivamente, bajo la perspectiva de una lógica argumentativa … posibilitando desde el ámbito de lo ético, la oportunidad vital de elegir la Buena Vida Humana, experimentada humanamente y equilibrada entre los seres humanos, por cuanto el hombre esencialmente debe ser redescubierto como Realidad Cultural y Social que se moviliza a través del desarrollo del lenguaje y su universo de simbolismos y multiplicidad de significaciones, tanto en la realidad real, como en la virtual, y especialmente en la Educación. Esa buena vida humana, debería traducirse mínimamente, en el compromiso diario e inalienable, de ser cada vez, Más y Mejor Persona.
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