Contingencia ambiental: ¿Problema: ambiental, económico o político?

Contingencia ambiental: ¿Problema: ambiental, económico o político?

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Aunque el problema de las contingencias ambientales, hoy en día es palpable, existe evidencia que los gobiernos lo utilizan como palanca para afianzar su gobernabilidad y buscar un beneficio económico y político, dejando en segundo término el tema ecológico y de salud.

La peor contingencia ambiental en los últimos veinte años

En días pasados, estuvimos muy cerca de igualar la peor contingencia ambiental en los últimos 21 años en la CDMX, desde que se tienen registros de este fenómeno. Hablamos del año 1998, cuando Cuauhtémoc Cárdenas era jefe de gobierno.

En esos días, el gobierno en funciones tuvo que tomar severas medidas, para reducir la contaminación, entre ellas; los vehículos automotores dejaron de circular dos días de la semana, las industrias redujeron su producción en 40% en las más de 30 mil fábricas que existían en ese momento, se suspendieron obras en vía pública y se cerraron muchas gasolineras. Hasta la fecha ha sido la peor crisis en lo que se tiene registrado en la historia. Al día de hoy, después de 21 años la situación se mostró muy similar, ya que los incendios forestales, la emisión de contaminantes automotores y la contaminación de las industrias, empezaron a afectar el ambiente y la salud de los habitantes del Valle de México; lo que provoco la declaración de la contingencia ambiental extraordinaria activada por ozono y nano partículas. Dejaron de circular los autos con holograma dos y holograma uno terminación non. Aunque sí pudieron circular los vehículos con holograma cero, y hasta los que los han obtenido en este 2019, gracias al programa de verificación de los verificentros del nuevo gobierno: Se estima que estos representan alrededor de doscientos mil, y deducimos que, si esa cantidad de autos siguió circulando, entonces entendemos que las medidas de emergencia ambiental aplicadas, no son tan efectivas como lo pregona el gobierno capitalino. A palabras expresas por la jefa de gobierno de la CDMX, una contingencia ambiental “produce pocos cambios porque realmente son muy pocos coches los que dejan de circular” ^[1]. Sin duda, que a cualquiera de los que vivimos en la CDMX y en la zona metropolitana, nos hubiera sentado muy bien a nuestros pulmones que por lo menos el 50% de esos doscientos mil automóviles hubieran dejado de contaminar. Estos hechos demuestran, de forma palpable que los intereses económicos y políticos, están por encima de la salud de los ciudadanos, y que el gobierno sirve y obedece a otros “medios”, menos a quien debería de proporcionarle salud y bienestar.

Por otro lado, los intereses económicos y la corrupción, se ven reflejados, en los verificentros , ya que aunque en vehículo no cumpla con las condiciones para que la verificación sea satisfactoria, se realizan negociaciones “por debajo del agua”,  hay testimonios que me han dicho que se han prestado a tal hecho, asimismo dicen que también cambiando las placas pueden circular, o también dando la “tradicional mordida” a los agentes de tránsito

Rezago en la política ambiental

Me cuesta trabajo entender y a la vez tratar de explicar, como es que, en un país lleno de recursos de todos tipos, la política ambiental revele un rezago tan fuerte. Es un hecho que los problemas de calidad en el aire (sobre todo en el Valle de México) no son nuevos, llevamos por lo menos viviendo esta situación por lo menos treinta años, y a pesar de ello, a decir de los expertos, los gobiernos no han hecho lo suficiente para tener acciones que verdaderamente ayuden a resolver o por lo menos a que el problema sea considerado grave.

Cada vez que vivimos esta situación, los encabezados en los periódicos, las noticias en TV, y ahora la comunicación en redes sociales, anuncian con espectaculares encabezados el problema: “Contaminación mata a las aves”, “Capa mortal invade la ciudad”. Indudablemente, los habitantes del Valle de México, han aprendido a vivir con esta situación, ya que los niveles que se viven están muy por encima de los estándares que marca la Organización Mundial de la Salud.

Una ONG, ha revelado a través de su vocero Pablo Ramírez "Llevamos más de 30 años con mala calidad del aire, y esto se traduce en que los gobiernos no hacen lo suficiente para evitarlo"^[2]

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