¿Corrupción Inevitable en Costa Rica?

¿Corrupción inevitable en Costa Rica?

Parte de la vida cotidiana de las personas en la gestión pública o simplemente en el quehacer diario, lleva actos de corrupción que a simple vista muchas veces no son tan notables o considerables como “malos”, como por ejemplo sacar una copia extra de un documento no propio de la administración, o simplemente colarse en la fila de la cafetería para evitar “pérdida de tiempo” pero que por su impacto no son considerados muchos de ellos como delitos, siendo esto parte de una cultura que se acostumbra a ver conductas no debidas como normales, pero que pueden ocasionar a largo plazo una cultura tóxica en materia de corrupción.

Como bien se sabe nuestro país en los últimos años ha presentado un gran nivel de corrupción, ya sea de diferentes formas, por distracción de recursos públicos para fines políticos electorales o aceptación de dinero o recompensas por adjudicaciones de contratos que no tenía que darse. Todo esto a pesar de que existen una cantidad considerable de leyes y reglamentos para regular este tipo de actividades, donde desde el Código penal costarricense (1880) se encuentran títulos como: “De los crímenes y simples delitos cometidos por empleados públicos en el desempeño de sus cargos” que marcan de inmediato como delito penal actos de corrupción, pero  que al fin de cuentas indiferentemente de los distintas legislaciones solo logra un poco más una burocratización de los procesos y no un control de verdad.

Como un ejemplo claro de corrupción desde el mando más alto en Costa Rica, es el caso del Expresidente Miguel Ángel Rodríguez, donde se le condenó solo a cinco años de cárcel por un delito de corrupción en la adjudicación de un contrato con la firma Alcatel, y a pesar de todo la sentencia fue anulada por distintas apelaciones donde se sigue cuestionando su inocencia, ya que ha sido absuelto aproximadamente de otros cuatro delitos por enriquecimiento ilícito y donde solo se le ha penalizado la participación en la función pública, he ahí un reflejo el tráfico de influencias y de cómo en un país donde existen muchos controles a través de leyes y reglamentos estos a veces no funcionan o se les pasa por encima cuando se tiene cierto grado de poder.

Sin embargo a pesar de esto el país no se encuentra en niveles muy altos de corrupción según el índice de percepción de la Corrupción que publica la Organización para la transparencia Internacional, donde posiciona a Costa Rica en el puesto número 40 formado por 167 países. Claro está que esa cifra simplemente a pesar de ser baja no debería de siquiera estar, ya que es bien sabido que la corrupción y el enriquecimiento ilícito genera impactos muy negativos para la sociedad, no solo políticos como la pérdida de credibilidad, sino que afecta principalmente el ámbito económico y social, reduciendo niveles de productividad y de inversión, agravando a su vez la inequidad en la distribución de ingreso y la riqueza.

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