Costumbres Coloniales en Economías Modernas
Enviado por vanuchita1983 • 10 de Mayo de 2017 • Apuntes • 1.740 Palabras (7 Páginas) • 306 Visitas
Costumbres Coloniales en Economías Modernas
Por: Santiago Seoane*[1]
Resumen: los avances tecnológicos de los últimos 40 años llevaron a las sociedades a reestructuras sus economías locales a un nuevo mundo rodeados de fluidez y bancarización, de producción intensiva, de industrias dedicadas a la explotación de recursos naturales y sobre todo se plantea un esquema donde las producciones agrícolas dejaron de ser de los productores para ser negocio de corporaciones de capital extranjero y de terratenientes locales. En este marco, nuevos emergentes sociales han desandado el camino y llevan adelante una lucha donde los valores de la producción se sustentan en las raíces.; con este paradigma en marcha surge entonces una nueva estructura y un nuevo motor productivo. Su desarrollo, sus luchas, sus derrotas y sus triunfos son parte de un movimiento emancipatorio que lucha contra la imposición de una economía moderna y cuyo futuro es interesante intentar dilucidar ¿Es posible imponerse o son pequeñas glorias?
Clasificador JEL:
Introducción: La historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido sino la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y siervos, maestros jurados y compañeros; en una palabra, opresores y oprimidos.
Esta realidad resulta innegable estemos o no de acuerdo con el pensamiento de Marx, esa sociedad que el vislumbraba hacía finales del 1800 era una sociedad obrera, de fábrica, de explotación y de un reducido campesinado, pero esa sociedad fuera de eclosionar tal se imaginaba por medio del antagonismo de clase y el germen de la autodestrucción, ha crecido en los últimos tiempos a niveles impensados y ha dejado fantasmas de lado.
Sin embargo, aún en pleno siglo XXI encontramos rasgos característicos de ese antaño, rasgos de la era colonial que se instalan en os genes sociales y se reproducen de un modo constante; esto en parte por un componente cíclico de la propia historia y por otro lado por la sanguínea puja de derechos individuales y sociales y colectivos propios de los actores.
Las luchas sociales en su mayoría ya no son por las armas, por la revolución “tradicional”; hoy la sociedad plantea diariamente nuevas necesidades y va por sus derechos ya que así los entiende, no necesita la dádiva sino que exige lo suyo.
En este marco, coexisten una diversidad de actores que de un modo complejo ponen sus intereses dentro de un juego de poder y de seguro, quien se corone ganador del mismo deberá contar con capacidades[2] suficientes que le permitan validar su triunfo, de lo contrario ese éxito pasado será un recuerdo en el olvido.
No se trata de analizar los juegos y triunfos sino delimitar una serie de particularidades sociales ya que hoy en día se observa como las costumbres de producción tomaron un camino de retorno en sociedades de industrias precarias y con economías bancarizadas. Este paradigma no es casual sino causal y está ligado a la reivindicación de derechos ancestrales que es la que le da un respaldo importante a las “Nuevas Economías Coloniales”.
Debe en un principio considerarse que estas economías no son negativas y no es intención estigmatizarlas y verlas como un retroceso, sino que su característica colonial va de la mano con dos factores; en primer lugar los actores sociales que las impulsan y en segundo lugar, las propiedades de su modo de producción de manufactura que son típicas de las colonias españolas en América Lanita.
Cuando el pueblo tiene o utiliza la capacidad de articular sus propósitos y oponer alternativas a las ciudades dominantes las transformaciones se encuentran aseguradas (M. Seoane: 1995). En definitiva esta conquista social arraigada a las costumbres del pueblo con su tierra existen y tienen en muchos países una fuerza superior a los modelos acumulativos de las ciudades y esto es un hecho que es para muchos difícil de comprender y que sin embargo debieron asumir por la potencialidad y el alcance que estas formas asociativas generaron.
Esta nueva estructura de resistencia de grupos sociales a la explotación de recursos por parte de capitales extranjeros es una lucha de actores sociales de poder sobre sus recursos naturales y del modo en lo que estos deben ser utilizados.
Lo que se viene proyectando es un gran avance de los movimientos y las experiencias por la democracia directa donde los productores están creciendo en número y diversidad
La tierra explotada y la tierra productora
La idea de explotación de la tierra, como cualquier otro tipo de explotación impone un significado histórico de utilización desmedida de una fuerza productiva, en este caso particular, un recurso natural se explota por su excesivo uso en un tiempo corto y con utilidades grandísimas, esto si bien a simple vista resulta común y hasta parece implicar ganancias importante para las sociedades y en particular para las naciones productoras de América Latina, no es de tal modo, por el contrario basta repasar las grandes explotaciones de productos agrícolas de la región para darse cuenta de la intensiva participación de capitales transnacionales.
Sin dudas estos procesos de usurpación de las tierras y explotación de los medios sociales de producción han transformado las dinámicas de los actores sociales y llevó a que la lucha por la tierra, inscripta en la historia profunda del continente, se transformara de manera creciente en la defensa y ocupación del territorio. A este desplazamiento le ha cabido un papel notable a la concepción sostenida por los pueblos originarios de que “la tierra significa como la madre, no solamente como fuente de trabajo sino como fuente de vida” (Chancoso, 2003).
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