Creatividad En Venezuela
Enviado por damarylcardenas • 8 de Febrero de 2015 • 4.197 Palabras (17 Páginas) • 268 Visitas
LA CREATIVIDAD EN VENEZUELA .
David A. Vivas.
La creatividad en Venezuela tiene su origen como innovación educativa promovida por el gobierno a partir de 1979 y basada en las ideas del Dr. Luis Alberto Machado; para ello fue creado un ministerio sin cartera denominado el Ministerio de la Inteligencia. Este despacho organizó una serie de programas que se incorporaron a la estructura curricular de la educación venezolana. La educación venezolana logró contar con la presencia de pensadores de calidad internacional en el desarrollo de la inteligencia, entre los cuales se pueden mencionar a: Edward De Bono, Robert Sternberg y Feurstein, al mismo tiempo se organizaron equipos con educadores venezolanos: Natalio Domínguez, Beatriz Manrique, Margarita de Sánchez, Carlos Ruiz Bolívar, David Vivas, entre otros. Para este momento histórico se vivió en el país una euforia con las posibilidades de desarrollo del pensamiento. Esta motivación generó varios programas que fueron ejecutados en diferentes regiones del país: Aprender a pensa", basado en las ideas de De Bono, el cual tenía cobertura nacional (los niños de 4º a 6º grado de la escuela básica aprendieron las herramientas del pensamiento formuladas en la extensa bibliografía de De Bono en su enfoque del pensamiento lateral); el Proyecto Inteligencia de la Universidad de Stanford; el proyecto Enriquecimiento Instrumental, orientado por Feuerstein; Estimulación Temprana de Beatriz Manrique; Creática de Domínguez; Operaciones del Pensamiento para Niños de Primer Grado, basado en las ideas de Louis Raths y desarrollado como proyecto de investigación en seis escuelas por David Vivas. Estos programas fueron evaluados y los resultados se consideraron promisorios. Entre sus logros se puede contar el entrenamiento de miles de maestros, la elaboración de material didáctico para los educandos, la generación de un nutrido grupo de investigadores que han permanecido trabajando en las ideas iniciales e incorporando todo un repertorio de nuevas tendencias en el desarrollo de la inteligencia, el talento y la creatividad, la promoción del desarrollo de la inteligencia y la creatividad a escala internacional.
Venezuela, a partir de 1979, se convirtió en la sede experimental del desarrollo del pensamiento y la creatividad. Esta se puede considerar como una primera etapa fructífera y luminosa liderada por Luis Alberto Machado (Ministro de la Inteligencia); Margarita de Sánchez (directora de los Proyectos del Desarrollo de la Inteligencia en el Ministerio de Educación) y Beatriz Manrique, directora del Programa de Estimulación Temprana. Los maestros analizaban y ponían en práctica las herramientas del pensamiento de De Bono.
Los estudiantes hacían demostraciones de cómo aplicar las técnicas aprendidas cada día en el salón de clase. El Ministerio de Educación preparó miles de docentes en herramientas y operaciones del pensamiento, el estímulo de la creatividad estaba a la orden del día; una parte del mundo académico señalaba las debilidades de los programas de la inteligencia: formación acelerada de los docentes para la utilización de estrategias para el desarrollo del pensamiento, falta de bases teóricas en los programas, muy poca investigación independiente sobre la efectividad de los proyectos y una relación muy débil con las escuelas de psicología y educación de las universidades. La principal debilidad de los programas fue la de no generar mecanismos para la continuación y profundización de la innovación. Al producirse el cambio de administración del país en 1984, los programas pierden apoyo político e inevitablemente decaen en su aplicación masiva. Algunas experiencias sobreviven casi al margen de la política educativa del estado. El liderazgo de la innovación se va al exterior, como el caso de Margarita de Sánchez quien desde allí origina una gran productividad en el Tecnológico de Monterrey (México); la mayoría de los interesados se dedicaron a cultivar su interés por el desarrollo de la inteligencia y la creatividad en las universidades.
Tal como lo señalan Vivas, Hernández, Sarquis y otros (1990), la falta de continuidad administrativa de los proyectos no permite plantear conclusiones definitivas; sin embargo, la masificación de "Aprender a pensar" dejó algunas experiencias, entre ellas la concepción del maestro como un eje fundamental que necesita un entrenamiento profundo que lo haga a él mismo un ser creativo y capaz de promover el pensamiento divergente en sus alumnos. Posiblemente la realidad es que nuestro sistema de formación de docentes no logra todavía un maestro capacitado con el perfil para dirigir su propio aprendizaje, abierto al cambio, solucionador de problemas en su escuela y comunidad, creativo y dotado de estrategias para la enseñanza afectiva, crítica y productiva.
Otro aspecto no menos impactante es la realidad de nuestras escuelas con fallas en su planta física y recursos materiales, con niños subalimentados, maestros desmotivados, comunidades no comprometidas con las metas educativas, carentes de un equipamiento mínimo para diseñar estrategias de enseñanza, sin equipo humano técnico para atender las dificultades de aprendizaje. La escuela de la disciplina aparente, del texto único, de la pregunta de respuestas esperadas, de la memorización, debe dar paso a una nueva escuela basada en la disciplina para crear, de fuentes de consulta variada, de motivaciones y estímulos encerrados en el diálogo auténtico, donde nadie educa a nadie sino que el educando y el educador entran en una relación de horizontalidad donde ambos se educan, en la que aceptar la pregunta es permitir la respuesta trabajada por cada uno, permitir la fantasía es facilitar el desarrollo de la imaginación, aplaudir la originalidad es evitar la formación de estereotipos.
Esta transformación necesita ser implantada de forma masiva, la resistencia al cambio de la escuela es un problema a escala mundial. Conociendo lo difícil que resulta el lograr cambios dentro de las instituciones escolares, se propone, como argumento fundamental, la necesidad de que la educación trabaje en función del desarrollo de las potencialidades creativas que tiene todo ser humano por cuanto las sociedades de los países latinoamericanos y del Caribe, hoy más que nunca necesitan estar a la vanguardia de sus propias soluciones y proyectar el futuro evitando estar a la cola de otros que tienen avances con ritmos diferentes.
La estrategia de intervención es muy importante, de allí que lo ideal sería que todas las actividades y asignaturas del currículum fuesen desarrolladas para el aprendizaje de la creatividad. Hacerlo así sería una tarea muy compleja; sin embargo, inicialmente podrá tratarse de implantar cursos sobre aprendizaje del pensamiento creativo, como una asignatura de
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