Criminal de alta peligrosidad
Enviado por frankiii231 • 25 de Julio de 2021 • Resumen • 915 Palabras (4 Páginas) • 281 Visitas
INSTITUTO UNIVERSITARIO
DEL CENTRO DE MEXICO
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Licenciatura:
Criminología
Matricula:
O000006409
Actividad:
A.A. INTEGRADORA
Materia:
Psicología criminológica 3
Grupo:
721
Presenta:
Francisco Javier Olvera Ramírez
Catedrático:
Lic. Salvador Ramirez Borja
Silao, Gto.,”25 septiembre 2020”
RESUMEN:
En esta época, no resulta extraño escuchar a menudo en noticieros, radio y otros medios de comunicación el término de “peligrosidad”, sobre todo cuando hablan de temas relacionados con el ámbito penal.
“Criminal de alta peligrosidad”`, “prisión de media peligrosidad” y otros conceptos y términos son ejemplos de cómo escuchamos dicha terminología día a día, hasta el punto en que creemos estar familiarizados con ésta. Pese a ello, este concepto sigue siendo uno de los más incomprendidos dentro de la criminología ya que con frecuencia suele confundirse con otros como el de la agresividad y el de violencia.
Además, las nuevas formas de criminalidad que surgen con los nuevos tiempos nos obligan a darle un repaso y una revisión en profundidad. En este resumen nos proponemos a conceptualizar el concepto de peligrosidad, señalar cuáles son sus características y explicar su importancia.
Peligrosidad criminal: conociendo la historia del concepto
La idea de peligro no es ni mucho menos nueva, sin embargo el concepto de peligrosidad criminal es relativamente moderno.
Su más claro antecedente se remonta a las tesis del autor alemán Feuerbach, cuyo término pasaría a formar parte del Código Penal de Baviera en 1800 y quién la definió como la cualidad de una persona que hace presumir fundadamente que violará el derecho.
Componentes de la peligrosidad
Los estudiosos de la conducta criminal coinciden en que la peligrosidad tiene dos componentes esenciales: la capacidad criminal y la adaptabilidad social.
El primer concepto, la capacidad criminal, hace referencia a la tensión interna delictiva, la potencia delincuencial, lo que es capaz de dar de sí la personalidad criminal en el campo delictivo. Por su parte, la adaptabilidad social es la idoneidad del delincuente para la vida social, esto es, la posibilidad de adaptación de la actividad del criminal al medio en que se inserta.
A partir de dichos componentes podemos reconocer cuatro formas de estado peligroso.
Capacidad criminal muy fuerte y adaptabilidad muy elevada: aquí se presentan las manifestaciones más graves de conducta antisocial como son delitos de cuello blanco, delitos político-financieros, delincuencia organizada, psicópatas organizados, etcétera.
Capacidad criminal muy elevada y adaptabilidad incierta: menos graves pero de potencial criminógeno muy dañino. Su inadaptación los hace atraer la atención sobre ellos fácilmente. Criminales profesionales y especializados, marginados sociales, entre otros se encuentran en esta categoría.
Capacidad criminal poco elevada y adaptación débil: constituyen los delincuentes que habitualmente inundan las prisiones. Entre ellos se hallan inadaptados psíquicos, delincuentes caracterízales y tipologías similares.
Capacidad criminal débil y adaptabilidad elevada: formas ligeras de criminalidad. Su peligrosidad es baja o bien aguda (la peligrosidad puede ser crónica o aguda en atención a la duración; hablaremos de esto más adelante). Aquí se reconocen los delincuentes ocasionales y pasionales
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