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Cristianismo Y Filosofía


Enviado por   •  18 de Febrero de 2014  •  1.473 Palabras (6 Páginas)  •  350 Visitas

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CRISTIANISMO Y FILOSOFIA

Durante el mundo antiguo, en la época antes de Cristo ofreció lo que podría llamarse la oposición de las sabidurías. Donde encontramos 3 tipos de sabiduría.

En primer lugar encontramos la sabiduría de la india: sabiduría de liberación y salvación. Aquí el hombre se esforzaba en alcanzarla por determinados impulsos desde el fondo del alma, encontrándose toda la energía del universo en el hombre. En segundo lugar se encuentra la sabiduría griega. Sabiduría del hombre, de la razón, que estaba enfocada hacia las cosas creadas y el conocimiento del cosmos y no hacia la salvación, la santidad o la liberación eterna, no ignorando que esta sabiduría puede llamarse racional. En tercer lugar se encuentra la sabiduría hebrea, que se muestra en el antiguo testamento, esta no es una sabiduría humana como la griega, sino de salvación, santidad, rescate y de libertad, de vida eterna, pero a diferencia de la sabiduría hindú, donde el hombre asciende a ella, sino que esta tiene que descender ella misma y romper las puertas del cielo.

Esto quiere decir que a lo largo del tiempo el hombre ha luchado incansablemente por encontrar la sabiduría, pasando por la transformación o mejor dicho por la búsqueda desesperada de obtener el conocimiento, pasando por largas transformaciones que han marcado la historia de la humanidad, y que grandes culturas como la griega ha tenido la dicha de ser participe de este gran episodio histórico.

LA LEY DE LA ENCARNACION

El mundo antiguo nos ofrece el espectáculo de la oposición de las tres sabidurías antes mencionadas, sobretodo del conflicto entre la sabiduría judío-cristiana o hebrea y la griega, donde la búsqueda en vano por un sincretismo sin raíz existencial marca parte de la historia. Después, en el curso del Medievo, se realiza un prolongado por articular la sabiduría divina y la humana, reconociendo y estableciendo el orden jerárquico que se mantendrá en varios siglos con el cristianismo. En este periodo permanece la cristiandad, la sabiduría teológica, y la sabiduría filosófica. Esta ley de la encarnación la formulo Tomas de Aquino en un texto con una trascendencia ilimitada, donde explica que el heroísmo moral no se consigue por el ejercicio de la concentración mística, sino que se consigue por medio de la fuerza de otro que desciende en el interior humano llenándolo de plenitud y un amor que rebasa las fronteras místicas.

LA IRRUPCIÓN DE LA REVELACIÓN JUDEO-CRISTIANA

Esta irrupción constituye un fenómeno único en la historia de la humanidad, lo cual trae como consecuencia la transformación profunda de las perspectivas de la filosofía moral. Esta transfiguración se debe a la influencia a un factor religioso exterior a la filosofía estricta, es decir, que lo considera en su formulación racional de un factor teológico sobre una disciplina filosófica.

EL FIN ÚLTIMO ABSOLUTO Y EL FIN ÚLTIMO SUBJETIVO

La bienaventuranza ha sido una extraña novedad para aprender que el fin ultimo de la vida humana, no solo como supremo valor bueno en si y por si, sino como supremo objeto cuya posesión constituye la felicidad del hombre. La noción de la felicidad ha sido transformada, la felicidad es ahora la beatitud, la felicidad absoluta. El que sea posible al hombre alcanzar la felicidad absoluta no incumbe a la razón o a la filosofía, sino a la fe cristiana. Se dice que el hombre busca la felicidad en toda cosa pasajera, en el amor de una mujer o en la conquista del mando, y es casi imposible creer que se puede perfectamente o absolutamente dichoso. En la perspectiva de la ética cristiana, se tienen que distinguir tres cosas.

En primer lugar el fin ultimo absoluto. En donde Dios en su bondad y su amabilidad infinita es el fin ultimo absoluto, y es en la visión de Dios, o en la posesión del fin ultimo absoluto en lo que consiste la beatitud, o fin ultimo subjetivo del ser humano.

En segundo lugar, el fin ultimo subjetivo en su componente esencial, es decir, la visión de Dios, por la cual el ser humano sobrenaturalmente acabado entra en la plenitud divina conociendo a Dios por su esencia.

En tercer lugar, el fin ultimo en su expansión, es decir, la perfecta saturación de todas las aspiraciones del alma en el amor de Dios.

Estas tres cosas son distintas. El deseo de la segunda es inseparable del amor de la primera, y el

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