Crónica Un viaje a través de mi peruanidad
Enviado por Stacy Flores • 20 de Enero de 2022 • Ensayo • 1.086 Palabras (5 Páginas) • 72 Visitas
Un viaje a través de mi peruanidad
Por: Stacy Huarote, Belén Rosales, José Luna, Carlos Gamarra, Ysabella Luque y Alondra Quiroz
Los peruanos tenemos el don de reírnos sobre nuestra condición económica, educativa, política y social; con los años hemos aprendido a cubrir aquello que nos avergüenza con el humor; no es entonces una sorpresa que el género que más impere en el cine nacional, aun cuando se trata de películas que retratan la realidad social, sea la comedia.
Sin embargo, y pese a que a veces el ser peruano pareciera tener más aspectos negativos que positivos, existen algunas razones para sentirnos, orgullosamente, peruanos como nuestra comida y cocina, la biodiversidad, Machu Picchu, nuestra cultura, historia, arte y arqueología, y por ahí, cada que ganamos, el fútbol, vóley y los deportes.
En general, nuestro orgullo nacional pareciera sostenerse sobre aquello que los turistas reconocen como atractivos, y nosotros también. Para los turistas visitar Machu Picchu es una experiencia exótica, es adentrarse en un espacio que pareciera fuera de este mundo.
Para nosotros, es traspasar las hojas de los libros de historia, es tocar, respirar nuestra cultura viva y reconocernos más peruanos que nunca. Y así fue, ese día mientras veía los ojos de mis compatriotas en aquel tren abarrotado de personas, nos reconocí desiguales, indiferentes, insensibles, injustos e ignorantes.
Nuestro viaje empezó un día de la primera semana de octubre del año 2018, se acercaba mi cumpleaños y que mayor regalo que visitar Machu Picchu, la majestuosa maravilla del mundo moderno.
Abordamos el tren por la mañana en Ollantaytambo, donde si no conseguiste tus boletos con anterioridad, puedes comprar tus pasajes el mismo día, eso sí, debes madrugar, pues las colas empiezan a formarse desde las 5 am; hora en que llegué a la estación. A mi alrededor habían estudiantes, mujeres, varones y niños de todas las edades, abrigados de los pies a la cabeza. Cuando llegó el tren todos empezamos a correr para abordarlo, pues solo se detendría por 15 minutos y luego marcharía en dirección a Machu Picchu.
Ya en el tren no alcancé a sentarme, pues todos los asientos y pasillos estaban topados, este era un riesgo del cual no estamos enterados, pero ya veíamos venir, fue 1 hora y media de viaje, hasta que por fin llegamos a Aguas Calientes. En todo el trayecto no había prestado atención a que iba de pie, pues la vista y los paisajes eran realmente encantadores.
Al descender nos advirtieron que debíamos hacer el recorrido turístico bastante rápido, ya que las colas para comprar los tickets de retorno se iban formando desde la 13:00 pm hasta las 2:55 pm, que era la hora en que el tren local llegaba a recoger a los turistas peruanos y pobladores.
La visita fue mágica, la emoción y la sensación de finalmente estar ahí es hasta este momento indescriptible. Aquella mañana el sol acompaño nuestro recorrido primero en bus, por 30 minutos, y luego durante el recorrido por la Ciudadela, ahí permanecimos durante unas horas, escuchando a nuestro guía, tomándonos fotos y tratando de entender como hicieron para construir tan complejas estructuras. Al cabo de unas horas, no las suficientes, descendimos para abordar nuestro tren.
Llegamos a la estación donde, efectivamente, ya estaban formadas unas 20 personas. Ya cansados nos sentamos sobre la acera, algunos sobre sus mochilas. Almorzamos así, no podíamos perder nuestro espacio en la cola. Al llegar las 3 pm, el tren aún no llegaba y las personas de la boletería de Perú Rail no daban razón. Pasaban las horas -el sol y la espera no son una buena combinación nunca- los ánimos se empezaban a caldear, entonces el clima vaticinando lo que sucedería después, se decidió por llover.
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