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Cuando se abra el paréntesis para el regreso a la escuela


Enviado por   •  11 de Junio de 2020  •  Informe  •  5.509 Palabras (23 Páginas)  •  150 Visitas

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(Cuando se abra el paréntesis para el regreso a la escuela)

(*) Sergio Benvenutto D[pic 1]

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Junio primera semana 2020

Una mirada de Contexto para la asociación Pandemia y Educación:

A modo de introducción:

Todo parece indicar que será en los brotes de la primavera del año en curso o bien en marzo del 2021, cuando vuelvan a sonar las campanas para el inicio de las clases presenciales de nuestros estudiantes.

Estamos iniciando el sexto mes del año, en medio de un alto nivel de contagio Coronavirus, con cierta incertidumbre sobre su evolución, viviendo medidas de una prolonga y estricta cuarentena, que por ignorancia o porfía se estima en aproximadamente un 70% de incumplimiento por parte de la población, a pesar que se ha pedido que solo puedan salir a la calle los trabajadores cuyos trabajos o servicios estén considerados como “esenciales” y que su continuidad operacional, permita asegurar la vida y salud de la población en el contexto de una pandemia.

Tratar de salir a la calle y no cumplir la cuarentena es no entender ni tener conciencia de la gravedad de esta pandemia, quizás este sea el fruto de una cultura individualista, egoísta y excluyente, que mientras no sea yo el que me esté ahogando sin aire y tirado en una camilla esperando horas para ser atendido o conectado a un ventilador mecánico, entonces no tengo de que preocuparme y son los demás los que no logran entender mi derecho a ser libre de hacer lo que quiera, sin importar el enfermarse o enfermar a otros para sumar a los más de cien mil contagios o a la lista de fallecidos que supera los dos mil a la fecha y que está en pleno ascenso.

Una encuesta del Colegio Médico y la Universidad de Chile, reportan que un número importante de personas que tienen síntomas sospechosos de covid-19, siguen saliendo a las calles o a sus trabajos a lo menos una vez por semana, de igual forma acontece con las personas que tienen un diagnóstico probable de covid -19 por parte de un médico , además un 15% de Los Pacientes confirmados con esta enfermedad reconoce que sale a trabajar más de una vez a la semana y un porcentaje de los mismos usa medios de locomoción colectiva para su desplazamiento

La cotidianeidad, el curso de la vida, ha sido profundamente trastocada respecto de la normalidad académica, laboral, económica, social. Cunde la angustia, el desasosiego y también el pánico respecto de este trance presente y por cierto de las consecuencias futuras, producto del atraso, el desempleo, el aumento de la pobreza, el hambre y todas aquellas dificultades que nos golpearán inevitablemente a todos, y como siempre, con más dureza a los más desprotegidos.

No cabe duda que el confinamiento para muchas familias vulnerables representa una lucha enorme por otra pandemia cual es la sobrevivencia respecto del flagelo del hambre y el abandono, agudizado por esta crisis que refleja una vez más el lado perverso de la enorme desigualdad social de nuestro país.

De muchos de esos hogares provienen parte importante de los estudiantes del sistema de educación municipal (nostálgica ex educación pública), así como estudiantes del sistema particular subvencionado sin cobro adicional, que termina siendo una opción para la población escolar de escasos recursos.

Es urgente reforzar durante este período, la protección social efectiva de las familias que padecen las mayores dificultades para sobrellevar esta pesada carga de cuarentena, al no contar con la alimentación, abrigo y medicina suficiente, es un imperativo ético del estado, de los gobernantes y autoridades con responsabilidad mandatada por la ciudadanía, proveer la asistencia integral que ayudará a ir superando este duro momento  de  tan complejas y dolorosas consecuencias.

El cierre de las escuelas y clases no presenciales, un experimento en el que no estamos solos.

Desde mediados de mes de marzo las clases han sido suspendidas presencialmente en nuestro país, una decisión en la que ciertamente no estamos solos  respecto del mundo ya  que según estimaciones de la UNESCO, en esta misma situación están “más de 190 países, afectando a 1,570 millones de niños y jóvenes, o sea, al 90% de los efectivos escolares a nivel mundial.” agrega el informe de este organismo que “los gobiernos llevaron a cabo medidas para garantizar la continuidad pedagógica mediante plataformas, la televisión y la radio, realizando el mayor experimento de la historia de la educación”.

Teniendo presente estos datos, que bien pudiesen quitar alguna sensación culposa de los motivos de fuerza mayor de interrupción del ejercicio docente, la escuela se ha visto constreñida a responder frente a esta realidad sin precedentes de distanciamiento presencial, que constituye uno de los pilares esenciales de su función educativa, dilucidando un primer principio que guarda relación con su rol de servicio social, ligada a una cierta “productividad de rutinas pedagógicas” para cumplir el compromiso laboral de enseñanza, o bien con una visión pedagógica en la que la escuela compromete un rol más reparador e integral poniendo énfasis en aspectos tan sustantivos como el diagnóstico y atención de las condiciones de salud mental de la población escolar, su situación social de necesidades básicas y naturalmente las condiciones sanitarias en las que se desenvolverán en el futuro

Cada uno de estos aspectos también es recogido con meridiana claridad por informes de la UNESCO, que en relación con la apertura de los centros educativos plantea algunas interrogantes:

“Se trata de una de las decisiones más difíciles y sensibles de la actualidad política. ¿Es seguro volver a abrir las escuelas o corremos el riesgo de reactivar las infecciones? ¿Cuáles son las consecuencias para la salud mental de los niños y para el desarrollo social de los más jóvenes de estos? ¿Los alumnos que siguen el aprendizaje a distancia aprenden realmente?

¿Cómo las escuelas garantizarán el regreso de los alumnos y ayudarán a quienes han quedado rezagados durante el cierre cuando llegue el momento de abrir?”

En los inicios de esta pandemia en Chile, mucho más que ahora, tuvimos la ventaja de nuestro país en el fin del mundo, de ver el avance y comportamiento del coronavirus y de esta forma nos enteramos de la decisión de algunos gobiernos en orden a cerrar escuelas y suspender las clases presenciales como parte de planes superiores de confinamientos que permitiesen un control o freno de los niveles de contagio, de igual forma las planificadas y graduales retornos  de los estudiantes a sus aulas , especialmente en aquellos lugares cuya  situación  ha sido particularmente compleja, hablamos de naciones europeas como España, Italia, Francia, Reino Unido, Alemania entre otros.

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