Cuba Y La Seguridad Social
Enviado por mgoguzman • 15 de Agosto de 2013 • 4.026 Palabras (17 Páginas) • 366 Visitas
UN ENFOQUE DE LA SEGURIDAD SOCIAL DESDE LOS DERECHOS HUMANOS .
Cuba, un país subdesarrollado económicamente como el resto de la región, ha logrado impresionantes índices de desarrollo social al nivel de los países más desarrollados del mundo, producto del compromiso asumido por el gobierno como representante de la sociedad y que apoya a su pueblo como uno de los más culto, instruido y solidario del mundo.
Ha sido una preocupación constante del Gobierno la atención al hombre como el recurso más valioso, su capital fundamental, que requiere la satisfacción de sus necesidades esenciales mediante las soluciones apoyadas por todos los factores, tanto los económicos, los políticos y sociales. Es voluntad política de los órganos de poder priorizar las alternativas para dotar a la población cubana de una seguridad social abarcadora y universal con todos los servicios básicos y esenciales, en el sentido más amplio de la palabra, como integración de la salud, la alimentación, la vivienda, su electrificación, el consumo de agua potable, ropa y calzado, protección social ante ciertas coyunturas que puedan producir estado de indefensión, cuya solución debe contar con la participación del Estado.
La política económica y social cubana responde plenamente a los objetivos de equidad y justicia social para toda su población y sin ánimo de hacer historia por los hechos pasados y vividos en estos 45 años desde el Triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959, muchas veces el logro pleno de todas sus aspiraciones se ha visto afectado por la situación económica que sufre los mismos años de bloqueo injusto e inhumano, no de un embargo como se ha difundido en muchos lugares, ya que el embargo es una respuesta a medidas comerciales, justificada en ese entorno, no así el bloqueo financiero, económico, comercial, incluso marítimo con las leyes más agresivas tomadas jamás por un Estado contra otro Estado, como declaración de guerra en tiempos de paz.
A ello se sumaron los graves efectos de la desintegración de la URSS y del campo socialista como fuerza integracionista a la que Cuba pertenecía y colaboraba en su división internacional del trabajo. Los años de la década de los 90 del siglo pasado hasta el presente han sido de supervivencia, donde la iniciativa y coraje de los hombres y mujeres cubanos/as ha derrochado heroísmo incluso con el recrudecimiento de las acciones de bloqueo a partir de la adopción de la Ley Torricelli y posteriormente la Ley Helms / Burton reconocida por su carácter intervencionista e ingerencista en los asuntos internos de terceros países, con el interés de agravar las ya difíciles condiciones económicas del país en estos años.
Recordemos que el 85% del comercio exterior cubano se materializaba en el otrora campo socialista, debiendo adoptarse medidas de apertura al mercado, que conllevaron a modificaciones constitucionales para incentivar la inversión extranjera y el comercio exterior, aunque con medidas de control por parte del Estado. Entre 1990 y 1993 el Producto Interno bruto decreció dramáticamente, en más de un 35%, tocando fondo en 1994, donde se detiene, para iniciar la fase de recuperación económica en los años posteriores a 1995.
En la actualidad se observa un crecimiento sostenido de la economía cubana aunque sin espectacularidad, incrementándose las posibilidades de ampliación y perfeccionamiento de las políticas sociales de apoyo a la población en general y en particular las encaminadas a la participación de la mujer, la protección de los niños, los ancianos y capas vulnerables de la población. En la última década se han puesto en vigor medidas, regulaciones y programas de atención a las personas con limitados recursos, casos sociales, madres solteras y jefas de hogar, hogares con bajos ingresos, etc, a manera de contribuir a paliar las dificultades de estos sectores más afectados por la situación del país.
La desocupación de la población económicamente activa ha llegado a un 2.5%, que nos convierte en país de pleno empleo. Tenemos el estudio como parte del nuevo concepto de empleo. Las mujeres constituyen el 44% de la población trabajadora y el 70% casi de la fuerza de trabajo calificada, mayoritaria en la salud, la educación y las ciencias.
Los jóvenes gozan de garantía tanto en la continuidad de estudios como en el acceso al trabajo. El 100% de la población infantil tiene garantizado el estudio obligatorio hasta el 9no. Grado, con posibilidades de incorporar la educación artística, de idiomas e informática desde las edades más tempranas.
La mortalidad infantil actualmente es de 6 por mil nacidos vivos y la esperanza de vida de 77 años de edad contribuyendo ambos indicadores a que en 45 años se haya duplicado la población cubana que al triunfo de la Revolución en 1959 escasamente llegaba a sólo 6 millones de personas .
No hay informalidad en el empleo institucionalmente provocada ante la deficiente cantidad de puestos de trabajo en el sector formal, la seguridad social es universal y abarca a toda la población, tanto trabajadora como aquella que necesita cubrir sus necesidades esenciales con la ayuda del Estado y a base de la educación, la salud, la cultura, el deporte y el empleo todos como derecho del pueblo, hemos logrado reducir los índices de violencia en el país.
Por suerte el flagelo de la drogadicción al igual que el alcoholismo, que han significado un riesgo contra el que se ha librado un inteligente combate, no tienen un peso significativo en la juventud, que a través de otras opciones de entretenimiento en el tiempo libre aún insuficientes, para una capa poblacional tan exigente, logra escapar a las consecuencias que implican para la salud y la vida.
Igualmente el SIDA no es representativo de las relaciones sociales y el tratamiento que se ha dado a los enfermos ayuda a su reinserción social y laboral.
Nuestros niños no están necesitados de trabajar, pueden continuar sus estudios y estamos satisfechos de todos los esfuerzos que se hacen a favor de su desarrollo intelectual, sin diferencias para el niño de la capital, de las ciudades cabeceras de provincias, como de los campos más intrincados y lejanos a donde han llegado los médicos y maestros, incluso hay aulas, con todo el equipamiento que actualmente disponen en cualquier escuela del país , con un solo alumno en el entendido de que la educación debe llegar a todos los lugares.
Se están revisando las leyes laborales fundamentales, pero esta reforma no constituye ni disminución ni desconocimiento de derechos, sino que está realizada en el interés de modernizar conceptos y hacer concordar las leyes con las normas internacionales del trabajo y otros convenios ratificados
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