Cuento acerca de el abuso infantil
Enviado por guadafrogy • 17 de Febrero de 2019 • Tarea • 3.083 Palabras (13 Páginas) • 301 Visitas
INFIERNO DE VERANO
Mi nombre es Marcela tengo 22 años, y fui abusada de niña, así es, fui abusada de niña, como los 228 niños que son abusados cada hora; decidí contar mi historia debido a que en clase de sociales mi maestro nos explicaba las tendencias de los niños que son abusados sexualmente, esa cifra desgarradora, no puede ser posible que 228 niños sean abusados cada hora, comencé a hacer algunas operaciones y el resultado que obtuve me dejó helada ya que en un día son abusados 5472 niños. No sé cómo existen cerdos que puedan hacerles daño a niños indefensos, ellos no tienen la suficiente fuerza para poder defenderse.
Mi infierno comenzó, cuando yo tenía 6 años mi padre nos abandonó, no sé cuál fue su razón para hacerlo, pero un día fue “a comprar cigarros” y nunca regresó de comprarlos, mi madre desolada y con un sentimiento de vacío decide trabajar de secretaria, cabe recalcar que ella nunca había trabajado, porque mi papá era una persona muy machista que no se le hacía bien que las mujeres trabajaran. Mi madre no tardó mucho en conseguir trabajo ya que ella tenía un excelente currículum laboral, lo único que le faltaba era experiencia, pero un doctor la contrató como recepcionista, el caso, es que ella trabajaba de 9:00 am a 6:00 pm, cuando yo estaba en clase no le era muy difícil a mi mamá cuidarme porque yo entraba a las 8:00 am y salía a las 4:00 pm, y después de la escuela mi mamá decidió meterme a un taller en el cual me ayudaban a hacer tarea y me enseñaban los temas de mis libros duraba hasta las 6:30 pm.
Sin embargo mi verdadero infierno comenzó cuando empezaron las vacaciones de verano, mi mamá no tenía vacaciones y me dio a elegir entre quedarme en casa con una niñera o ir a cursos de verano, en ese momento tomé la peor decisión de mi vida, elegí la primera opción, elegí está ya que yo estaba chocada de ir a cursos y para mí la mejor opción era quedarme en mi casa jugando con muñecas mientras una niñera me cuidaba, pero si hubiera sabido lo que me pasaría hubiera elegido los cursos.
Recuerdo el primer día que llegó la señora a cuidarme, mi mamá me la presentó, era una señora llamada Julia, recuerdo que su cabello siempre lo traía recogido en una coleta, tenía unos 29 años, las palabras de mi mamá fueron “Honey ella te va a cuidar, se llama Julia, preséntale a tus muñecas. Espero y se hagan buenas amigas”, claro buenas amigas, hubiera deseado nunca haber conocido a ese monstruo.
La primera semana fue bastante normal, incluso podría decir que divertida, todo estaba programado: Julia llegaba 8:30 , ella ayudaba a mi mamá a hacer su almuerzo para el trabajo, mi mami se iba, Julia y yo empezábamos a jugar, jugábamos unas 2 horas, después me daba de desayunar, jugábamos 3 horas, Julia hacía la comida, me daba de comer, después Julia hacía la limpieza mientras yo veía la tele, por lo general ella se tardaba 3 horas en hacer limpieza, cuando acababa ya eran las 5:00 pm y como ya no quería que hiciéramos desorden, en esa hora veíamos una película, por último; llegaba mi mamá y le pagaba. Bastante normal verdad, hubiera deseado que está normalidad hubiera durado todas mis vacaciones, pero no fue así.
Ya era lunes otra vez y como siempre Julia llegó a las 8:30, yo estaba esperando que se fuera mi mamá para que nos pusiéramos a jugar, mamá se fue, y yo estaba esperando a jugar con mi muñeca nueva, pero ese día no fue así… ese día Julia me tomo de la mano y me llevo al cuarto de juego y me dijo “hoy jugaremos algo mucho más divertido, después de jugar esto serás una niña grande, vas a crecer y todos te querrán, pero no le tienes que decir a nadie que jugamos a esto porque si no ya no se cumplía la magia del juego y ya no te voy a querer”, me sentí confundida pero la curiosidad de descubrir esa magia me llevo al cuarto de juego. Yo muy feliz dije que si quería jugar, mi tonta mente de niña creyó que jugaríamos a ser hadas o a ser modelos, pero no, en el momento que llegamos a la habitación ella me bajó los pantalones comencé a sentir temor sin embargo la situación me dejo helada, después me quito la ropa interior, me sentó en la orilla de la cama con las piernas abiertas y comenzó a lamer mi vagina, si, una mujer de 29 años le estaba dando sexo oral a una niña de 6, no sabía que estaba pasando, no me estaba gustando para nada ese juego, ella me decía que la jalara de su estúpida coleta, yo no quería y le dije que no, así que ella me mordió, me dolió tanto que grite, ella se detuvo y me dijo que me callara porque si no la magia ya no iba a parecer, yo le dije que ya no quería magia, que quería que parara, y solo me respondió “No mi niña, no voy a parar porque tienes que ver que me vas a hacer mañana”.
El tiempo que regularmente usábamos para jugar se agotó en esa tortura, con mucho miedo me callé y ella volvió a hacerme eso, después de que acabo me dijo ve a bañarte, te voy a hacer el desayuno, y no quiero que le cuentes a tu mamá de lo que paso hoy, si te pregunta a qué jugamos dile que con tu muñeca nueva y a ser modelos, yo entre llanto le dije que sí, ella muy descarada me dijo “¿Por qué lloras mi niña?, yo simplemente le dije por nada Julia, me metí a bañar y no deje de llorar, me sentía como una cucaracha, no podía olvidar ese momento esa hora de tortura; termine de bañarme, así que me vestí y después fui a desayunar, como nunca Julia había hecho panqueques, ella sabía que era mi desayuno favorito, cuando le dije que ¿Por qué había hecho panqueques? me respondió “ves la magia se está cumpliendo, si eres una niña buena y haces lo que te digo y juegas conmigo sin decirle a nadie podrás hacer lo que quieras y comer lo que quieras, así que come mi niña, hoy fuiste muy buena”.
Después de desayunar me dijo ve a jugar, yo fui a jugar pero no paraba de llorar, seguía sintiéndome como una cucaracha, me sentía como una mala persona, pasaron las horas y ya eran las 3:00 pm así que Julia me dio de comer, recuerdo que me hizo hamburguesas, y Julia seguía diciendo “Las niñas buenas reciben cosas buenas”, claro las niñas buenas reciben cosas buenas, mejor dicho las niñas con miedo de decir lo que les pasa reciben cosas a cambio de su silencio, la rutina siguió como todos los días, me senté a ver la tele mientras Julia limpiaba , pero ese día tenía algo de diferente ya que yo no me podía quitar esa sensación de asco por lo que había pasado en la mañana, como siempre Julia acabo de limpiar a las 5:00, y me dijo que viéramos una película pero yo no quise, le dije que tenía sueño y me fui a mi cuarto hasta que llego mi mamá, cuando ella llego, yo la abrace y le dije te extrañe mucho, a mi mamá se le hizo muy tierno, ella le pagó a Julia y Julia cuando salió de la casa me hizo una señal que significaba
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