Cultura Y Democracia

CULTURA Y DEMOCRACIA

Considero que la definición de cultura que hace el profesor Mockus cuando dice “la cultura es la memoria no genética del ser humano”, está en concordancia con lo que expone Diana Uribe respecto a la gravedad que supone el vacío de identidad que tenemos los latinoamericanos, derivado del genocidio que conllevó la conquista. Esta no sólo acabó con la existencia humana sino también con la cultura originaria de nuestros pueblos, dejándonos, como diría Antanas Mockus, “desprotegidos”, sin raíces, sin puntos de partida que hoy se hacen tan necesarios como referentes para nosotros, de las maneras o las formas propias que ellos tenían de conducirse, entenderse, organizarse, relacionarse, expresarse y gobernarse.

Difiero entonces de lo que dice Diana Uribe, en cuanto a que “no tenemos un determinismo histórico”. Creo que precisamente es este, del que estamos hablando. Es el nacimiento de una cultura tejida con relaciones violentas, de poder, de dominio sobre el más débil, de desigualdad, de usurpación del derecho a la vida, a la tierra, a la expresión, a la diferencia.

Creo que una de las causas de la desigualdad histórica de la que habla Fabián Sanabria entre ley, moral y cultura que en Colombia, según sus palabras, “es abismal”, tiene mucho que ver con esta misma realidad histórica. El profesor Mockus dice que en Colombia es muy propia “la cultura del atajo”, “ de buscar el camino rápido”, “el atajo de la violencia que se ejerce en contra de las personas, los periodistas…” ¿no es acaso la cultura del atajo “la limpieza social” que se realiza todo los días en las calles de los barrios periféricos de nuestras grandes ciudades y que es aceptada solapadamente por todos los estamentos sociales, culturales, políticos y religiosos, mientras nuestra Constitución Política se basa en el derecho a la igualdad y la libertad ?, ¿ acaso no nos ufanamos de ser una de las democracias más sólidas de América Latina , cuando, como muy bien lo que dice Juan Carlos Flores, en realidad lo que tenemos es “una simulación de democracia a través de las elecciones” y “las personas no participan en la toma de decisiones”? Esta es una realidad que conocen muy de cerca nuestras familias, amigos y conocidos en los pueblos del Cauca, Antioquia, y Santander, entre otros, que han visto su vida amenazada al ser obligarlos a votar, ¿no nos llaman a “Vivir y a celebrar la Fiesta de la Democracia” el día de las elecciones, cuando en realidad, como lo expresa Salomón Kalmanoviz, tenemos “una estructura política cerrada, que está basada en el clientelismo político y en la corrupción del sistema electoral ”? Parece legítimo comprar el voto de la gente con mercados, pequeñas sumas de dinero, la promesa de un puesto de trabajo, la solución de un problema vecinal, el apoyo en una necesidad de una institución educativa, etc.

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