Cultura popular o culturas subalternas

,CULTURA POPULAR

0 CULTURAS

SUBALTERNAS?

Amparo Sevilla

L

La cultura

a cultura popular coma 16rrnino conceptual irrtimpe en la csccna dc las preocupaciones academicas y political de los

ititirnos altos. Esta aparici6n no significa, sin embargo, que los estudios sobre las culturas de los sectores ambiguamente llama-dos populares sea reciente, sino el que ist as surgen acufiadas bajo dicho t&mino.

Muy porn se ha retlexionado sobrc las causal del actual inters de lo que algunos ban clenominado folklore, y otros, tradiciones populares, culturas populares o culturas su bal ternas _ Un estudio al respecto sacaria a la !us los hilos sociales que motivan dicho inters, cuyos resultados visibles sow la organi-zaciOn de encuentros (cerrados y abiertos) de especialistas, inte-lectuales de diversos tipos, diletantes y hasta de funcionarios; la promocion dc fcstivales; la publicackin de libros sobre el tema y la creacion de organismos oficialcs especialmente abocados a su atencion

Un fen6meno paralelo a la multiplicacian de discursos y acciones references a la comcinmenle Hamada cultura popular es la diversificacitin de su significado. Es pm' ello que al hablar sobre esta, en Codas los casom surge u na pregunta initial, cm ya reSpUest a es min tema de debate: ..qu6 es la cultura popular?

La euestien planteada tiene irnplicaciones metodologicas y politicas_ Su cualidad, aglutinante dc multiples aspectos, es

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lo que nos conduce a tomarla como cje central dcl desarrollo de esta primers parte, la cual pretende explicar el mart° teOrico utilizado.

La prtmera inceignita por despejar para dar respuesta a la interrogante plan teada radica, sin lugar a dudas, en la definic kin que se otorgue al concept° de cultura, pues del sentido que cobre este dependcr.i cn gran rnedida el tipo de respuesta que se obtenga. El camino propuesto no consiste cn elegir fclizmcntc una u otra de los cientos de dermiciones existentcs sabre la cultura, ya quc cada una de ellas forma parte de una teoria y. por lo tan to, la problemkica sobre dicho concept❑ no puede ger roducida a una dc         ion  Consciences de que dila a operaci6n cs cornpleja, es ncccsario plantcar las siguientes considera-clones.

En primer lugar, se debe terser en cuenta quo no sc trata dc un concept° SI encillo de dclimitar, ya quc a ello sc han abocado c lentos de investigadores pertenecientes a diversas c orrien Les de/ pensam ien to an tropol6 gico,

La adopci6n dc una u otra deftnicion y por lo tanto teoria sobre la cultura, depende de los objetivos tiltimos que se persi-gu en en un ensayo a cn una investigaciOn, los cuales a su yea responden a los in tereses del autor a investigador; in tereses que por supucsto no son individuates. sino de clase, Esta cs una dc

as causal; por las cuales se han dada, a trav6s de la hisroria y en el presente, diversos enfoqu ES y rnctodalagias en torn❑ al estu di o de la cultura.

Este ensayo no pretende ap❑rtar mss eltmentos al ya corn-plcjo y ramificado dcsarrollo de las teotias sabre la cultura, sino piwoner un concept° quc permita abordar los aspectos di recta-mente relacionados con nuestra principal 'Act° de estudio: las for m s do apropiation y destru cci On de una de las msnifcstacio-nes culturales de las clams subalternas, esto es, las damns y los balks tradicionales.

Site embargo, para adoptar una idea general sobre la cultura es necesario ulaicar los cicmentos funciarnentales de su problem--

tica, haciendo asi explicitas las bases que se tomaron en cuenta para is cleccian

El primer paso por dar en ese sentido es Ia delimitation del lugar en que dicho concept❑ ha sido pensado, pars lo cual nos remitiremas a las relaciones entre con ciencia y existencia, sena-lando los siguientes principios planteados por el marxisino.

Los contenidos de la conciencia humana, si bien son la &prehension mental de un objeto, sc encuentran deterrninados por las condiciones concretas de +Ada y de trabajo del sujeto, rnism as quc cA3rresponden a su condicion y situacidn de clase, En la relaci6n conciencia-existencia se cstablcce una prioridad cau-sal fundamental, lo cual no implica clue los procesos de la con-cicada no tengan un ambito de relativa autonornfa, ya que no se trata de una causalidad directs. El negar a la conciencia un carActer autonomo no implica asignarlc un papel pasivo coma rnero reikjo de In existencia, como si Ia conciencia no tuviera ninguna intervencien signiticativa en is existencia. Entre estos dos ni❑eles existe unidad y distincion; ambos constituyen la total idad

Debernas destacar entonces el hecho de que las diversas formal de prActica social se encuentran dialkticarnentc rclacio-nadas y son indisociables. Tat coma scfiala Godelier, el pensa-rniento no refleja pasivamente lo real, sino que lo interpreta act ivatrtente . El pensami e n to organiza las practicas sociales ypor lo tanto tontribuye a la production de nucvas realidades socialcs.

Esta vision sobre la relacion entre conciencia y existencia destruye el enfoque mecanicista de la determinacion de la base economica sobre   conciencia, setialando de transformaci6n de la realidad denim° del prciceso continuo de produccion-repro-ducciOn.

Los principios bisicos !lasts aqui enunciados son aplicables with al concept❑ de cultura como al de ideologia, ya que al ubicarse am bos en un misnar, lu gar dent rode la total idad

tienen ci mismo marco de referencia general. Este sciialamicnto no pretende introducir la discusi6n sabre si ambos terminus son

equivalentes o si se complernentan (la cultura como parte de la ideologia o vicevcrsa). Tan solo habrfa que advertir quc la forma en la quc estas puedcn relacionarse depende en gran medida de Ia extension. y por lo tanto dc Ia acepcion, que se le de a cada uno.

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