Cultura y espectáculo: crisis en el Teatro Municipal de Santiago

             Cultura y espectáculo: crisis en el Teatro Municipal de Santiago

                                  Por: María Jesús Troncozo Malbrán

Después de 162 años y luego de haber enfrentado varias crisis, sigue ahí. Ubicado en el centro de Santiago se encuentra el teatro más antiguo de Chile, y monumento nacional: el Municipal de Santiago, que hoy muestra los muros de su fachada con grafitis de protesta en torno a la crisis social que estalló en el país a partir del 18 de octubre. Pero el municipal ya estaba tratando de superar su crisis mucho antes de octubre. Hoy en día, el teatro enfrenta una deuda cercana a los $ 7 mil millones de pesos, la mayor que ha enfrentado en décadas. A esto se suma una caída de las audiencias y actualmente tiene que hacer frente a estas circunstancias acentuadas por la crisis económica general del país y las malas gestiones efectuadas durante los últimos años.

Dentro del ámbito económico, el déficit se explica por diversos motivos, que van desde la deuda acumulada durante años en el Teatro, las reparaciones tras el incendio de 2013, la millonaria indemnización al exdirector Andrés Rodríguez en 2015 y la pérdida de patrocinadores. Sin embargo, el mayor problema de esta crisis económica se ve en manos de una persona: Frederic Chambert (exdirector del Teatro Municipal)

El paso Chambert como director, no solo se vio afectado en el ámbito económico, sino que también en el área del espectáculo. Producciones operáticas como Don Giovanni y Tosca con un muy bajo nivel de producción y se podía notar la falta de recursos, ensayo y rendimiento escénico, además varias de las óperas y ballets pasados no estuvieron a la altura del establecimiento. Estos problemas que se asocian aún más a la nebulosa gestión de Frédéric Chambert.

De esta situación no es ajeno el alcalde Felipe Alessandri quien poco y nada hace para mitigar este problema. Es más, Alessandri gasta millones en represión y cámaras de vigilancia y no invierte nada en cultura. Asimismo, suspendió tres veces una reunión con los representantes de los sindicatos afectados, mostrando el poco interés que tiene hacia este dilema.

En este sentido todo sería más fácil si el gobierno diera el apoyo adecuado a la cultura para así llevar a cabo una nueva política cultural y democrática al servicio del pueblo trabajador. Una solución sería que los trabajadores de la cultura administren las instituciones, con financiamiento estatal directo y permanente, para que así la cultura sea un espacio de desarrollo y esparcimiento para toda la población.

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