¿Cuál es la percepción de los habitantes de Lampedusa respecto de la situación de lucha y sobrevivencia de los migrantes?

  ¿Cuál es la percepción de los habitantes de Lampedusa respecto de la situación de lucha y sobrevivencia de los migrantes? ¿Dimensionan realmente la odisea que implica para sus vidas emprender un camino que no garantice, ni siquiera, la vida?

   Al comienzo del documental, se aprecia el día a día de algunos habitantes de Lampedusa sin mayor sobresalto: un inquieto Samuele, ganoso de vivir su infancia experimentando a su alrededor, un locutor de radio encargado de atender las peticiones musicales de los oyentes y una anciana que mientras prepara lo que sería su alimento, sin dejar de hacer lo que ejecuta, emite un ligero suspiro cuando desde la estación radial informan sobre las cifras de ahogamiento a orillas del mar, tras el naufragio de una embarcación llena de migrantes. Posteriormente, el ritmo habitual de vida continúa.

   Podemos ver en estas actitudes una leve impresión por parte de quienes se informa de esta situación, sin embargo también vemos cómo la atención se desvía a lo trivial, sin dar mayor profundización a lo que ocurre en el otro extremo de la isla. También hay personajes como el médico, quienes a diario viven impactados con lo que ocurre a su alrededor, y que no restan más que contribuir a la causa mediantes sus servicios de control e intentos de mantener la salud de quienes logren tener una segunda oportunidad de esta intrigante aventura.

   Estos personajes nos muestran una división en la forma de percepción de los lampedusianos. Por una parte el director nos distrae con las aventuras de un joven inquieto; por otro somos testigos del sufrimiento y la decadencia de los migrantes (en su mayoría africanos). Como espectadores es imposible no juzgar cierta insensibilidad por parte de la comunidad de la isla, pues si bien, se puede humanizar con la situación de los arriesgados viajeros, no disponen de mayor poder político como para legislar sobre, siquiera, su supervivencia. Esta isla en medio del mar es además una zona de escasa comunicación con el continente sino es por vía aérea o férrea, nula tecnología y pocos habitantes (5500 aproximadamente); da la impresión de, por un golpe de suerte, figurar en los mapas, y por tanto quedar excluida del alcance territorial de las leyes de lugares limítrofes. Además de llevar un estilo de vida no necesariamente acomodado, más bien, contar con lo básico para el diario vivir. Teniendo en cuenta esto, si bien el director nos intensifica ese sentimiento contra la insensibilidad e indiferencia de la comunidad de la isla, que alimenta con imágenes explícitas de muerte y miseria, no podemos negar que es algo de lo que somos parte también nosotros, siendo parte de un país con un considerable porcentaje de inmigrantes que sufren condiciones tal vez menos trágicas, pero igualmente denigrantes.

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