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César Rengifo (1915-1980)


Enviado por   •  6 de Octubre de 2013  •  Biografía  •  2.136 Palabras (9 Páginas)  •  458 Visitas

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César Rengifo (1915-1980), poeta, dramaturgo, pintor y muralista venezolano.

Nació en Caracas, donde comenzó sus estudios en la Academia de Bellas Artes. Más tarde se trasladó a Chile (1936-1937), y luego a México, donde se adentró en el muralismo. Entre sus obras destacan dos importantes murales: El mito de Amalivaca (1955) y Creadores de la Nacionalidad (1973).

En 1953 ganó el Premio Andrés Pérez Mujica, del Ateneo de Valencia, en 1954 el Premio Nacional de Pintura, el Antonio Esteban Frías y el Arturo Michelena (1954), y años después el Premio Nacional de Teatro (1980). Como dramaturgo publicó unas 20 obras, entre las que cabe reseñar: Manuelote (1950), La esquina del miedo y La sonata del alba (1974). César Rengifo murió en Caracas el 2 de noviembre de 1980. El teatro de Petare lleva su nombre.

Muralismo

1 INTRODUCCIÓN

Diego Rivera

La pintura mural moderna alcanza su cénit con la obra de Diego Rivera, el más prolífico y conocido de los muralistas mexicanos. Este fresco, La civilización tarasca, muestra algunas de las costumbres de este pueblo indígena de México, en este caso el teñido y dibujado de tejidos.

National Institute of Bellas Artes/Bridgeman Art Library, London/New York

Muralismo, movimiento artístico de carácter indigenista, que surge tras la Revolución Mexicana de 1910 de acuerdo con un programa destinado a socializar el arte, y que rechaza la pintura tradicional de caballete, así como cualquier otra obra procedente de los círculos intelectuales. Propone la producción de obras monumentales para el pueblo en las que se retrata la realidad mexicana, las luchas sociales y otros aspectos de su historia. El muralismo mexicano fue uno de los fenómenos más decisivos de la plástica contemporánea iberoamericana y sus principales protagonistas fueron Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. A partir de 1930 el movimiento se internacionalizó y se extendió a otros países de América.

El impulsor de este movimiento fue José Vasconcelos, filósofo y primer secretario de Educación Pública de México quien, tras la Revolución, pidió a un grupo de artistas jóvenes revolucionarios que plasmaran en los muros de la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México la imagen de la voluntad nacional. Los artistas tenían total libertad para elegir los temas y mostrar un mundo nuevo sobre las ruinas, la enfermedad y la crisis política surgida tras la Revolución. Influenciados por el rico pasado precolombino y colonial, los muralistas desarrollaron un arte monumental y público, de inspiración tradicional y popular, que ponía fin al academicismo reinante, exaltando su cultura y origen precortesiano.

2 MANIFIESTO A FAVOR DEL INDIGENISMO

David Alfaro Siqueiros

El pintor mexicano David Alfaro Siqueiros fue uno de los principales promotores del renacimiento de la pintura mural en su país.

Bettmann/Corbis

La pintura mural fue declarada el arte oficial de la Revolución. El manifiesto en el que se hacen públicos los principios del movimiento, Manifiesto del Sindicato de Pintores y Escultores, fue dedicado a “la raza indígena, humillada durante siglos, a los soldados que lucharon en pro de las reivindicaciones populares; a los obreros y los campesinos, y los intelectuales no pertenecientes a la burguesía” y parte de nuevas ideas y conceptos: “repudiamos la pintura llamada de caballete y todo arte de cenáculo ultraintelectual por aristocrático, y exaltamos las manifestaciones de arte monumental por ser de utilidad pública. Proclamamos que toda manifestación estética ajena o contraria al sentimiento popular es burguesa y debe desaparecer porque contribuye a pervertir el gusto de nuestra raza, ya casi completamente pervertida en las ciudades. Proclamamos que los creadores de belleza deben esforzarse porque su labor presente un aspecto claro de propaganda ideológica en bien del pueblo, haciendo del arte una finalidad de belleza para todos, de educación y combate”. Reivindican el arte indígena como arte en sí mismo y como modelo social, “el arte del pueblo de México es la manifestación espiritual más grande y más sana del mundo y su tradición indígena es la mejor de todas”.

3 EVOLUCIÓN DEL MURALISMO

Diego Rivera

Considerado uno de los mejores pintores mexicanos de todos los tiempos, Diego Rivera luchó toda su vida por hacer un arte más cercano al pueblo. Realizó grandes murales en los que representaba temas sociales y decoró un gran número de edificios gubernamentales de México. En 1935 acabó una de sus obras más ambiciosas, el fresco de la escalera del Palacio Nacional de la ciudad de México.

Huynh Cong/AP/Wide World Photos

En la práctica el indigenismo tomó varios cauces. Por un lado está la concepción histórica de Diego Rivera: descripción minuciosa de una idílica vida cotidiana antes de la llegada de los españoles. Por otro, la de José Clemente Orozco, que integra las culturas indígenas en el contexto de una religiosidad violenta; su obra épica la realizó con suficiente ironía, amargura y agresividad como para encarnar una imagen verdadera y convincente del mundo moderno, con su despiadada lucha de clases, teniendo como tema obsesionante el del hombre explotado, engañado y envilecido por el hombre. Sólo David Alfaro Siqueiros se interesó por acercar a la pintura moderna los valores plásticos de los objetos prehispánicos.

Manuel Felguérez

El artista mexicano Manuel Felguérez fue uno de los principales impulsores de la renovación del movimiento muralista en la década de 1960. Esta fotografía fue tomada en su estudio en la ciudad de México.

Sergio Dorantes/Corbis

El muralismo se desarrolló e integró fundamentalmente en los edificios públicos y en la arquitectura virreinal. Los muralistas se convirtieron en cronistas de la historia mexicana y del sentimiento nacionalista, desde la antigüedad hasta el momento actual. La figura humana y el color se convierten en los verdaderos protagonistas de la pintura. En cuanto a la técnica, redescubrieron el empleo del fresco y de la encáustica, y utilizaron nuevos materiales y procedimientos que aseguraban larga vida a las obras realizadas en el exterior. El introductor de nuevas técnicas y materiales fue Siqueiros, que empleó como pigmento pintura de automóviles (piroxilina) y cemento coloreado con pistola de aire; Rivera, Orozco y Juan O’Gorman emplearon también mosaicos en losas precoladas, mientras que Pablo O’Higgins utilizó losetas quemadas a temperaturas muy altas. Las investigaciones técnicas llevaron también al empleo de bastidores de acero revestidos de alambre y metal desplegado, capaces de sostener varias capas de cemento, cal y arena o polvo de mármol,

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