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Cómo desde la legalización de la marihuana se puede aportar al desarrollo económico de un país


Enviado por   •  16 de Abril de 2020  •  Ensayo  •  1.634 Palabras (7 Páginas)  •  253 Visitas

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Cómo desde la legalización de la marihuana se puede aportar al desarrollo económico de un país.

Autor: Santiago Candela Martin

El panorama general de la legalización de las drogas en Latinoamérica deja ver un pueblo desangrado gracias a una guerra promovida desde los años setenta por el presidente estadounidense de aquel entonces, Richard Nixon (Parra, 2013). El balance de esta guerra en contra del narcotráfico no ha marcado ningún avance significativo en contra del tráfico y consumo de drogas y a cambio ha traído un sinfín de consecuencias negativas, sobre todo en países productores como Colombia. Para abordar este tema se abarcará en este ensayo tres pilares fundamentales en torno a este: Un enfoque social-político, un enfoque médico y por supuesto, un enfoque económico.

Para comenzar el análisis social-político en torno a la marihuana en Colombia, se debe tocar un fenómeno social que es fuertemente evidenciado en toda América Latina e incluso en Estados Unidos y es el fenómeno de la estigmatización hacia los consumidores de marihuana (Gonzalez & Niño, 2018). La estigmatización, entendida como el señalamiento social hacia conductas inaceptables es una de las principales causas de que el consumo de la marihuana se lleve a cabo de una manera irresponsable y de que grupos armados al margen de la ley continúen cultivando y traficando de manera clandestina esta droga. Para entender mejor este punto, hay que hacer un pequeño repaso histórico de la estigmatización de la marihuana en Colombia, donde desde 1920 y en parte gracias a la iglesia católica, el cultivo y tráfico de opio, cannabis, coca y otras sustancias quedó prohibido y era fuertemente relacionado con comunidades indígenas y afroamericanas (Gonzalez & Niño, 2018). Mas tarde, en el año 1949 en la administración del presidente Mariano Ospina, salió un decreto en el que se condenaba el tráfico y consumo de la marihuana, acusándola de ser venenosa y crear hábito (Gonzalez & Niño, 2018). Tiempo después, en el año 60 cuando cultivos de marihuana se tomaban la región del Magdalena, el Tolima y parte de Antioquia y Caldas se empezó a señalar a la marihuana como la culpable de conductas violentas en sus consumidores; paralelamente en Estados Unidos, la estigmatización al consumo de Marihuana recaía a los mexicanos y afroamericanos quienes eran en su mayoría quienes trabajaban en los cultivos de cáñamo (Variedad de la planta de Cannabis), además, en ambos países existió la tendencia de señalar a los consumidores de marihuana con simpatizantes de partidos comunistas (Gonzalez & Niño, 2018) lo que hizo bastante peso en el estigma que hoy en día sigue existiendo.

El verdadero problema con la estigmatización de la marihuana y sus consumidores, defienden Gonzales y Niño, es que la población que es más propensa al consumo, es decir los jóvenes, tienden a ocultar este comportamiento de la sociedad y esto a su vez lleva a que el consumo en esta población se haga de manera irresponsable y desinformada, acabando en muchos casos en problemas más graves como la drogadicción, sumado a esto, obtienen la marihuana de grupos ilegales que cada vez se hacen más fuertes de combatir, dejando a su paso miles de muertes cada año. A su vez, defienden la idea, que sin el peso social de la estigmatización el consumo de marihuana en jóvenes podría ser una práctica mucho más llevadera e incluso con beneficios para quienes la consumen.

A pesar de el estigma social que cae sobre los consumidores de Marihuana, el congreso de Colombia en 2016 y en gran medida gracias al acuerdo de Paz con las FARC, promulgó la ley 1787 la cual tiene como objetivo “crear un marco regulatorio que permita el acceso seguro e informado al uso médico y científico del cannabis y sus derivados en el territorio nacional colombiano” (Gonzalez & Niño, 2018). Gracias a esta ley, hoy en día es posible sembrar la planta de Marihuana de manera totalmente legal con los permisos adecuados. A pesar de esto, la estigmatización hacia los consumidores sigue siendo un factor bastante importante que impide un consumo responsable de esta sustancia, sumado a esto, la guerra en contra de las drogas sigue en pie, sobre todo en contra de los cultivos de coca y amapola que cada año dejan miles de víctimas (Parra, 2013).

A pesar de las pésimas consecuencias que puede desencadenar un consumo de marihuana de manera irresponsable y desinformada, hay que decir que el consumo de esta sustancia en dosis específicas y previamente seleccionadas puede traer efectos bastante positivos en la salud de quienes lo consumen. Los dos componentes principales de la marihuana son el THC (Tetrahidrocannabinol) encargado del efecto psicoactivo y el CBD (Cannabidiol) el cual no es psicoactivo y tiene un gran potencial en el uso farmacéutico (Rivera & Parra, 2016). Estudios de estos dos componentes, han llegado a la conclusión de que el THC es efectivo controlando la náusea y vómito causado por la quimioterapia en pacientes con cáncer, además estimula el apetito en pacientes diagnosticados con SIDA o cáncer, además de aliviar el dolor que estas enfermedades generan (Rivera & Parra, 2016). Por otro lado, el CBD puede ser útil en el tratamiento de síntomas de espasticidad, dolor neuropático y espasmos además de epilepsia en edades tempranas. (Rivera & Parra, 2016).

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