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DENUNCIA PENAL


Enviado por   •  29 de Junio de 2015  •  1.163 Palabras (5 Páginas)  •  253 Visitas

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Una de las cuestiones que más preocupa a muchos padres actualmente son los valores que tienen los jóvenes. Por todas partes se oye que la inmediatez, la incapacidad para esforzarse o la irresponsabilidad ocupan un lugar destacado entre los "valores" de una parte importante de la juventud. Sin embargo, cuando oímos hablar a padres, maestros y adultos en general, son pocos los que admiten tener esos valores. Entonces, ¿de dónde están saliendo los valores de la juventud actual? ¿Cuál es la fuente de la que beben? En esta reflexión en voz alta me gustaría desvelar algunas de esas fuentes. Lo más destacable es que no son verdaderas fuentes, grandes y bien visibles por todos, sino pequeños manantiales que aparecen aquí y allá sin apenas darnos cuenta...

Para iniciar esta búsqueda de manantiales, empezaremos por estudiar los valores de los adultos, ya que tan claros tenemos los de nuestros jóvenes. No obstante, si preguntamos a los jóvenes cuáles son sus valores, pocos mencionarán la inmediatez, la incapacidad para esforzarse o la irresponsabilidad. Esto es muy interesante, pues esta diferencia entre los valores que uno dice tener, y los que realmente muestra -los auténticos-, resulta que no es exclusiva de los jóvenes. Así que deberíamos hacernos el examen nosotros los adultos.

¡Examen de valores! ¿Eso como se hace? Pues muy fácil: basta con analizar las decisiones que tomamos durante el día, y elegir aquellos valores que son los que de verdad influyen al decidir. Te invito a hacer tu propio examen de valores, aunque te advierto que los resultados pueden ser sorprendentes, y no gustarte en absoluto. De hecho, tras una de estas pruebas, suelen colarse en los primeros puestos de nuestras listas de valores algunos bandidos que nunca esperaríamos encontrar ahí. He aquí tres de los más "habituales" de estas listas:

Cansancio o nivel de energía: sorprende saber la cantidad de cosas que dejamos de hacer por estar cansados. Este valor "destroza" la mayor parte de los valores tradicionales en sus enfrentamientos directos, pues cuando estamos cansados dejamos de lado el juego con los hijos, la comunicación en la pareja, las relaciones con los amigos, la fe... cosas que solo atendemos si nos sentimos llenos de energía. Decididamente, en muchas ocasiones el cansancio es el valor fundamental.

Impaciencia y prisas: nuevamente sorprende descubrir que cuando tenemos prisa, pasamos por encima de razones, verdades, familia, amigos, hijos, educación... ¿No hemos visto muchas veces cómo los padres nos ponemos como locos y exigimos el triple a los niños cuando tenemos prisa?¿o vamos tras ellos haciéndolo todo, aunque estén aprendiendo a valerse por sí mismos? Las prisas incluso nos enfrentan con otros vecinos y ciudadanos. Sin duda, porque para muchos de nosotros las prisas terminan siendo más importantes que la educación, el buen ambiente familiar o el respeto...

Inocencia o "culpa ninguna": este es otro valor increíblemente común entre los adultos. Para mostrar nuestra inocencia ante cualquier hecho que ocurra, podemos echar tierra sobre quien sea, o excusarnos de mil y una formas ¿No habéis visto nunca a un padre echar las culpas a los niños porque la familia llega tarde a alguna cita? está claro que para ese padre su inocencia es un valor más importante que la unidad familiar, por ejemplo. Y eso por no hablar de los muchos comentarios sobre "ese mal compañero", "el jefe" o "los políticos", culpables ellos de todos nuestros males.

Hay muchos

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