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DIFERENCIAS- DISCAPACIDAD- DERECHO A LA EDUCACIÒN


Enviado por   •  8 de Mayo de 2021  •  Documentos de Investigación  •  1.750 Palabras (7 Páginas)  •  84 Visitas

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Inclusión Educativa. Atención a la Diversidad. Adecuaciones Curriculares

DIFERENCIAS- DISCAPACIDAD- DERECHO A LA EDUCACIÒN

“Reconocernos diferentes y darnos la bienvenida”

Introducción:

Nace un niño, luego está la discapacidad.

Una persona con discapacidad, es ante todo una persona, que requiere la misma atención que cualquier otra persona.

 La discapacidad es una especificidad más dentro de otras (ser niño, mujer, lindo, indígena, anciano).

Es la sociedad quien concibe a la discapacidad con términos de carencia, enfatizando la variación del otro con respecto a nosotros. Destacando el defecto, la falta, dificultad del sujeto; sujetos considerados anormales por sus carencias, capacidades diferentes y el  déficit que nombra y anula las variaciones.

La organización social, implica un comportamiento estandarizado, concentrado en reglas explicitas e implícitas que conforman lo convencional y lo normal. Las variaciones presentadas por las personas son las que transgreden este orden y                                                                                    surge la necesidad de nombrarlas, nombrar lo distinto, lo que no es aceptado y de esta forma velar lo diverso.

Discapacidad, término genérico y abarcativo, debería considerarse un estado, no un ser. No es la esencia de la persona, sino una problemática social, es la sociedad la que define a la discapacidad como una anormalidad, catalogando a las personas por lo que les falta, esta no reside esencialmente en la persona sino en su entorno.

Concebir a la discapacidad como diferencia tiene un sentido de resta, desde la carencia, la falta, los límites  convierte al otro en un ser incompleto. Es el otro el que se distingue, se aleja, convirtiéndose en distinto.

El nosotros es la medida para establecer la diferencia.

“Las diferencias no pueden ser presentadas ni descriptas en términos de mejor o peor, bien o mal, superior o inferior, positivas o negativas, etc. Son simplemente diferencias”.[1]

Es necesario mirar las diferencias desde un nuevo paradigma o modelo  social sobre discapacidad, el mismo está construido desde la perspectiva de los derechos humanos, y se centra en la dignidad propia del ser humano. De esta forma las diferentes discapacidades (físicas, mentales, intelectuales y sensoriales) son consideradas como una característica más dentro de la diversidad de la población.[2]

Desarrollo: 

Es en la escuela donde se hace visible y concreto el derecho a la educación.

 Una escuela para todos, que comenzó en muchos países con la integración del alumnado con discapacidad, y que ahora se concibe dentro de un enfoque más amplio, el de la inclusión, y hace referencia a  más colectivos, principalmente a aquellos con mayor riesgo de exclusión por diferentes causas (origen, etnia, idioma, género, discapacidad), y todos han de tener lugar en la escuela, atendiendo que en muchos países las personas con discapacidad constituyen el colectivo más excluido.

La atención a las personas con discapacidad es, en principio, la misma atención que se debe a cualquier persona aunque, a partir de  su especificidad, deban pensarse algunas intervenciones específicas.

El niño conserva su infancia, primero es niño y luego está su discapacidad. Debemos permitirles ser niños, experimentar, aprender, compartir, pensar y sentir.[3]

 Por lo tanto debemos tener presente que todo  niño tiene derecho a la educación, a cumplir los objetivos más allá de sus dificultades, después se tendrán en cuenta las necesidades, que son las mismas que tiene una persona sin discapacidad. En todo caso serán atendidas  las dificultades específicas para satisfacer las necesidades.

Respetar y hacer  valer este derecho es posibilitar el acceso a una educación que abarque a todos, sin restricciones al conocimiento, las técnicas y los valores básicos de igualdad, libertad y justicia, atendiendo al reconocimiento de la individualidad y respetando la diversidad.

Construir una escuela inclusiva, pluralista, donde la diversidad sea concebida como un valor humano y reconocida como un valor educativo.[4]

 Valorar la discapacidad desde una mirada positiva es considerar las       variaciones como diferencias que abundan y enriquecen, todos los sujetos tenemos capacidades y carencias diferentes.

La educación es un bien público, no un servicio. Es un bien común fundamental del que nadie puede estar excluido.[5]

  Por medio de la educación las personas se desarrollan en la sociedad, adquieren una preparación para participar en  forma libre, promueve el entendimiento, el conocimiento y vivencia  de otros derechos,  la igualdad  de oportunidades y la no discriminación en una escuela inclusiva,  que  posibilita  el acceso sin restricciones al conocimiento, que debe atender y profundizar el respeto a la diversidad y el reconocimiento de la individualidad como factor imprescindible del proceso educativo.

  La inclusión relacionada al acceso, la participación y logros de todos los alumnos, con especial énfasis en aquellos que están en riesgo de ser marginados o excluidos.

Mediante esta educación los niños/as con o sin discapacidad acceden a la escuela común comparten un curriculum común, no consiste simplemente en ubicar alumnos en las aulas ordinarias, es dar respuestas al cómo, dónde y por qué, educamos a todos los alumnos.

En el campo de lo educativo, el sujeto es considerado como un aprendiente, ya no como un enfermo o paciente, no se pone énfasis en el problema de aprendizaje, sino en el problema de enseñanza, en lo que obstaculiza y acrecienta la problemática.[6]

La inclusión es un proceso que implica ir superando obstáculos, tales como: actitudes y valores, falta de comprensión, escasez de recursos, falta de organización y promover el respeto por el otro, la participación de alumnos y profesores y responder a las dificultades particulares de cada estudiante.

Conclusión:

Pensando en dar respuestas a la diversidad de necesidades educativas del alumnado, la inclusión propone un cambio de ética de la escuela, un compromiso de todos los actores y una valoración de la diferencia, como un distintivo propio de lo humano.

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