De Esto Si Se Debe Hablar Rosa Windelr
Enviado por ana.r.mtz • 3 de Octubre de 2013 • 10.831 Palabras (44 Páginas) • 2.354 Visitas
DE ESTO SI SE DEBE HABLAR
Rosa Windler
En… Recorridos didácticos en la educación inicial.
Ana Malajovich (compiladora)
No hay nada nuevo bajo el sol.
SALOMÓN (ECLESIASTÉS)
...y.sin embargo cada nuevo sol nos alumbra diferente.
DIEGO GONZÁLEZ
1. INTRODUCCION
Los docentes del nivel inicial se enfrentan en la actualidad a una serie de sucesos que afectan y conmueven profundamente a la infancia. La situación social de creciente desocupación y consecuente pobreza es un motivo de preocupación y angustia para gran parte de las familias de nuestros alumnos. Los niños sufren las consecuencias de esta crisis, que se traduce en expresiones de discriminación y de violencia en sus variadas formas, dejándolos inermes frente a actitudes injustas que no alcanzan a comprender. La escuela se ha convertido en caja de resonancia de estos problemas sociales y los espacios institucionales también se ven atravesados por una serie compleja de fenómenos, que generan incertidumbre y reclaman de la docencia respuestas que habitualmente eran asumidas por otras instituciones sociales.
Las reflexiones volcadas en este artículo se proponen describir un estado de situación acerca de algunos de los problemas que afligen a nuestros alumnos, procurando' brindar información sobre temas que hasta hace poco tiempo eran considerados tabúes, y de los que "es mejor no hablar".
Sabemos que los docentes del nivel suelen aceptar los desafíos que la tarea les presenta, conocen las necesidades de la infancia y encontrarán modos para reafirmar los valores que la humanidad aún considera vigentes: integridad, honestidad, solidaridad, confianza, paz, justicia... educando a nuestros niños conforme a ellos.
2. NUESTRA REALIDAD SOCIAL HOY
La composición poblacional de nuestro país ha variado sustancialmente en los últimos años. Por un lado, parte de la sociedad está fonnada por sectores sociales que van desde las elites económicas, políticas y sociales hasta trabajadores y asalariados con un empleo de relativa estabilidad. En el extremo opuesto, cada vez más, junto a los sectores de pobreza estructural históricamente marginados y excluidos, se consolidan nuevos bolsones de pobreza, resultado de la creciente desocupación y subocupación que afecta a nuestro país y al resto de América Latina.
Hasta hace relativamente poco tiempo algunos de estos sectores disponían de ingresos seguros aunque fueran modestos. Repentinamente y a raíz de cierres de fuentes laborales, reconversiones empresarias, recapacitaciones falsas, flexibilizaciones en ciernes, se ven envueltos casi sin darse cuenta en un proceso que ha generado problemas de salud~ degradación en las condiciones de la vivienda, quiebras personales, disgregación familiar, retroceso en el status social. Se suma a estas consecuencias la pérdida de toda esperanza para escapar de la nueva situación.
Esta configuración incluye a los jóvenes sin trabajo, hogares uniparentales, trabajadores temporarios en constante rotación, profesionales autónomos a quienes se les han cerrado las puertas del mercado de trabajo,
madres adolescentes solteras, jubilados con pensiones mínimas, personas adultas sin subsidio de desempleo, etcétera.
Unido a estos problemas socioeconómicos, el mapa de la diversidad cultural -que ya presentaba heterogeneidad, producto de la fuerte corriente inmigratoria europea y árabe de la primera mitad del siglo- se ha visto incrementado en los últimos años con el arribo de familias completas que llegan desde los países limítrofes, como Bolivia, Chile, Paraguay, Perú, y de otros más lejanos como China, Taiwán y Corea, buscando nuevas y mejores condiciones de vida.
3. EL DOCENTE FRENTE A ESTA REALIDAD
En este estado de situación social, someramente descrito, el colectivo docente -también afectado por las mismas causas- es percibido por los otros y se percibe a sí mismo doblemente involucrado. Desde cierto lugar, es asignado socialmente a cumplir el rol de trabajador de la educación en condiciones laborales cada vez más difíciles: bajos salarios, obligadas rotaciones en el cargo, reducción de horas, desocupación, desprestigio social. Simultáneamente, la misma sociedad lo reclama como profesional demandando sus conocimientos, su experiencia y esencialmente su capacidad de sacrificio para resolver los problemas de la población infantil y adolescente, descuidada y eclipsada socialmente.
Estas contradicciones se ven agravadas según la jurisdicción, el nivel de escolaridad y la institución en la cual el docente desarrolla su tarea y no son de simple ni fácil resolución, por cuanto se inscriben en un marco macropolítico que no le otorga valor a la educación salvo desde las palabras y algunos emprendimient¡ aislados.
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3.1. ¿Cómo reacciona la institución escolar frente a las variaciones
sociales? ¿Se abre a nuevos desafíos? ¿Los desestima o ignora?
Las opiniones que se escuchan desde diversos sectores son disímiles. Algunos docentes defienden, con buenas intenciones, la preservación de la tarea pedagógica del nivel y argumentan que la escuela perderá su fun
)ción esencial y 'prioritaria -enseñar conocimientos- si se hace cargo de ciertas problemáticas no pertinentes al ámbito escolar.
Otros docentes continúan aferrándose al modelo tradicional tendiente a insertar a las nuevas generaciones en la cultura dominante; . con el pretexto de no alterar la función pedagógica se inclinan por preservar valores hegemónicos, cerrando los ojos a la cotidianidad que muestra la escuela.
Existe, no obstante, otro sector de la docencia que concibe la democracia como el derecho a la diferencia, y sostiene el reconocimiento social y legal de las culturas minoritarias y de las poblaciones marginadas y en riesgo. Estos docentes son los que se replantean modificar el perfil de las instituciones educativas del nivel inicial, sin resignar la función pedagógica conquistada a través de tantos años de tensión frente a lo asistencial, pero entendiendo que las situaciones sociales que afectan actualmente a IS alumnos y a sus familias, y de las cuales los propios maestros no están exentos, demandan resignificar el rol docente y ampliar la función formativa de la escuela.
El vacío detectado en la sociedad, en los medios de comunicación y en muchas familias, en relación con la transmisión de valores y actitudes que noy se delegan a la institución escolar, compromete a los docentes y los desafía a encontrar nuevos abordajes pedagógicos, incluyendo fenómenos sociales tales como la discriminación negativa, la violencia
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