De Los Delitos y Las Penas (1764)

DE LOS DELITOS Y LAS PENAS

De Los Delitos y Las Penas (1764)

Julián David Pazos y Andrés Camilo Jojoa

Facultad de Derecho, Universidad Unicervantes

Introducción al Derecho

Alexander Argoti Lagos

15 de marzo de 2022

En el siguiente ensayo hablaremos de cómo se aplicaba la justicia en la antigüedad en comparación a la actualidad. Volviendo a la época de antes podemos relatar que era una época muy inhumana y cruel con sus castigos, ya que llegaban a niveles de tortura muy exagerados para el tiempo actual, como lo eran; mutilaciones, dislocaciones de huesos, decapitaciones, y muchos métodos de tortura más.

Cabe decir que la pena de muerte era algo normal en esos tiempos y sobre todo en Francia. El problema de la pena de muerte es el que había dado lugar a mas controversias y el que más había dividido las opiniones entre los moderadores y los radicales. Fue Robespierre el que se hizo portavoz de los más radicales. Clamando contra la pena capital y la barbarie de las leyes.

Debido a esto se vieron en la necesidad de unir voces para acabar con esta violenta aplicación de la ley, ya que al ser muy inhumanas las personas vivían con temor, el mismo temor que fue un pilar fundamental para acabar con la delincuencia y poder así reformar las leyes.

A partir de la revolución francesa fue cuando las doctrinas Beccaria se generalizaban en los países adelantados, aunque solo parcialmente, pues la pena de muerte continúa existiendo en la mayoría de las naciones, y la educación está muy lejos de haberse perfeccionado lo suficiente como para que puedan evitarse los delitos. Pero para esto era necesario una reforma en la sociedad más profunda.

La pena de muerte no es útil ni necesaria. El poder legislativo debe estar separado del poder judicial. Para la aplicación de la ley es necesario fijar plazos breves pero suficientes para la presentación de las pruebas, para la defensa del “reo” y para la aplicación de la pena. No se podría llamar justa, ya que es necesaria la pena de un delito cuando la ley no ha procurado con diligencia el mejor medio posible de evitarlo. Para ellos perfeccionar la educación constituye en el medio más seguro, y al mismo tiempo el más difícil para evitar los delitos.

Muchas de estas ideas habían sido expresadas con anterioridad en otros lugares. Como en el de “Pesprit des lois”, pero ninguno había logrado darle esa coherencia ni estructurar toda la argumentación sobre la convicción de que delito y pecado deben ser separados. De que la justicia es un asunto humano y que el daño del delito se mide por el daño hecho a la sociedad y no por razones religiosas o teológicas, a esto se reside de un intento de conseguir una justicia humanizada. Debido a esto, los legisladores se inspiraron para reformar las leyes penales.

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