¿De qué manera influyen en la vejez los roles sociales desempeñados en otras etapas de la vida?
Enviado por Rodrigo Flores • 5 de Abril de 2024 • Ensayo • 4.087 Palabras (17 Páginas) • 46 Visitas
UNIVERSIDAD DE LA SALUD [pic 1][pic 2]
DEL ESTADO DE MÉXICO
Docente: Amaranta Hernández Herreros
Alumno: Rodrigo Flores Pérez
¿De qué manera influyen en la vejez los roles sociales desempeñados en otras etapas de la vida?
Licenciatura en Gerontología
Materia: Sociología y Envejecimiento
Primer parcial
Sexto semestre
Ciclo 2024A
¿DE QUÉ MANERA INFLUYEN EN LA VEJEZ LOS ROLES SOCIALES DESEMPEÑADOS EN OTRAS ETAPAS DE LA VIDA?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la prolongación de la esperanza de vida en México es un fenómeno notable, donde se ha observado un aumento significativo. La esperanza de vida hace referencia al número de años que en promedio se espera que viva una persona al nacer y refleja la calidad de vida de un país. A inicios del siglo pasado, la esperanza de vida en México era de 34 años (1930) y aumentó a 71 años en 1990. Actualmente (2024) el promedio de vida de una niña o niño al nacer es de 75 años; según la estimación del Consejo Nacional de Población (CONAPO) las mujeres viven en promedio más años que los hombres. En 1990 el indicador para la población femenina fue de 74 años y para los hombres, de 68 años; para 2020, la esperanza de vida aumentó a 78 y 72 años, respectivamente.
Conjunto con el “Informe sobre la Situación Mundial de la Población” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicado en el 2020, en la actualidad, el 9% de la población mundial tiene más de 65 años, y se espera que en 20 años este porcentaje aumente al 20. Otro ejemplo es lo que sucede en Latinoamérica y el Caribe pues de acuerdo con las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el porcentaje de personas mayores de 65 años podría aumentar desde alrededor del 7-8% en la actualidad hasta aproximadamente el 15-20% o incluso más en 2050.
Es incremento en la población adulta mayor es considerado un fenómeno global, e incluso se menciona el “envejecimiento de la población mayor”, es decir, no solo serán más ancianos, sino que aumentarán sustancialmente el número de adultos mayores con una edad más avanzada (Berrío, 2012).
Esto plantea una serie de preguntas sobre cómo los roles sociales desempeñados a lo largo del ciclo vital influyen en la experiencia de la vejez. En esta trayectoria, se destaca especialmente la diferencia de género. Las mujeres mexicanas tienen una esperanza de vida más larga en promedio que los hombres, lo que significa que tienen más probabilidades de vivir la vejez. Esto indica que es crucial comprender cómo los roles sociales y las experiencias a lo largo de la vida pueden afectar la calidad de vida en la vejez, especialmente en contextos culturales donde existen normas de género arraigadas.
La división tradicional de roles basados en el género en la sociedad mexicana ha tenido un impacto significativo en las responsabilidades y expectativas de hombres y mujeres. Históricamente, los hombres han sido los principales proveedores, mientras que las mujeres han sido cuidadoras del hogar, esposas y madres. Estos roles no solo afectan la distribución de tareas y responsabilidades en el hogar, sino que también pueden afectar la autonomía económica, el acceso a la educación y la participación en la fuerza laboral a lo largo de la vida.
En México, la igualdad de género y los derechos de las mujeres todavía enfrentan importantes desafíos en cuanto a la equidad de género y la inclusión social
En este contexto, es fundamental examinar cómo los roles sociales desempeñados en diferentes etapas de la vida, especialmente en términos de género, afectan la experiencia de la vejez. Estas dinámicas se examinarán en este ensayo analizando cómo los roles sociales, las normas culturales y las políticas públicas influyen en la calidad de vida en la vejez en México
Desarrollo de la identidad a lo largo de la vida: Impacto de los roles sociales en la vejez
El desarrollo de la identidad a lo largo de la vida es un proceso complejo influenciado por una variedad de factores tanto internos como externos. Según Vygotski (1996), el desarrollo humano implica una interacción continua entre el individuo y su entorno, un concepto que él describe como "perezhivanie", que se traduce como experiencia vivida. Esta experiencia no solo se refiere a la interacción física con el entorno, sino también al impacto psicológico, afectivo e intelectual que esta interacción tiene en la persona.
Bronfenbrenner (1979) amplía esta idea al considerar que el desarrollo humano implica un cambio perdurable en la forma en que una persona interpreta, percibe y experimenta su entorno. Para él, el desarrollo humano implica adquirir una concepción más amplia y diferenciada del ambiente ecológico, así como la capacidad de participar en actividades que revelen las propiedades de este ambiente.
La identidad, como la entendemos, es la vivencia que tenemos sobre nosotros mismos, una vivencia personal pero de origen sociocultural, que toma forma de definición, relato o narración sobre uno mismo. Estas narrativas permiten dar unidad, propósito, proyección y sentido a nuestra existencia (Esteban, 2009).
Nelson (2007) enfatiza que la experiencia es fundamental en el desarrollo humano, ya que afecta la forma en que percibimos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Por lo tanto, la manera en que interpretamos y experimentamos nuestro entorno está influenciada por nuestras experiencias pasadas y nuestras disposiciones psicológicas.
Es importante destacar que la identidad no es estática ni predeterminada, sino que está sujeta a cambios a lo largo del ciclo vital de la persona y en respuesta a su entorno sociocultural (Esteban, 2009, 2010).
Si bien existen teorías y modelos que describen el desarrollo de la identidad (Erikson, 1968; Harter, 1999; Karpov, 2006; McAdams, 2003; Nelson, 2007), es crucial reconocer que estas conceptualizaciones están influenciadas por contextos culturales específicos y pueden no ser universalmente aplicables (Rogoff, 2003).
Además, el concepto de edad cronológica, que tradicionalmente se ha utilizado para clasificar las etapas de la vida, es relativo y está sujeto a construcciones demográficas relativas y a un acuerdo social sobre lo que significa ser "joven", "adulto" o "anciano". Por lo tanto, la forma en que se percibe y se experimenta la vejez puede variar según el contexto cultural y las normas sociales que prevalecen en una sociedad determinada.
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