Del Autoritarismo Agotado A La Democracia Frágil
Enviado por Jorgiux • 25 de Febrero de 2013 • 1.365 Palabras (6 Páginas) • 2.271 Visitas
DEL AUTORITARISMO AGOTADO A LA DEMOCRACIA FRÁGIL
GRACIELA MÁRQUEZ Y LORENZO MEYER
En este texto, los autores nos plasman la evolución histórica, política, económica y cultural del México contemporáneo, principalmente el que resulta de las crisis políticas y económicas de los setentas y ochentas, hasta las etapas de transición política, llegando hasta el año 2010. A lo largo de estas líneas, se nos plasma que México abandona el patrón de crecimiento centrado en el proteccionismo y en el mercado interno para transformarse en el intercambio con el mercado externo. Estos cambios fueron acompañados y propiciados por el fin de la guerra fría y el fortalecimiento del po¬der hegemónico de Estados Unidos.
Como resultado de la implosión de la URSS, los Estados Unidos pasaron a ser la única potencia, aunque encontraría sus límites políticos y económicos en Irak y Afganistán, y en la gran crisis económica mundial que se inició en 2008.
Durante los últimos años de la guerra fría, hubo influencia de dicho conflicto en América Latina. La política exterior de un México que tenía que hacer frente a sus pro¬fundos problemas económicos, quedó a la defensi¬va y su intento de mediación en Centroamérica no llegó a funcionar. El llamado “nacionalismo revo¬lucionario” se convirtió entonces en cosa del pasa¬do.
La llamada “tercera ola democrática” mundial tuvo un impacto notable en América Latina y fi¬nalmente en México. Esto conllevó a la par una explosión demográfica, fenómeno que se pretendía favorable si se elevaban las tasas de empleo, pero el ritmo mediocre o de plano negativo del crecimiento económico lo impidió. La llamada “década perdida” dejó una gran huella en México. A las enormes dificulta¬des económicas y financieras entre 1982 y 1992 se dio salida con la reestructuración de la deuda en 1989 y la reducción de la inflación.
En el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), se intentó administrar las crecientes tensiones ori¬ginadas por la catástrofe económica previa a su toma de posesión. La añosa estructura política de partido “casi único”, con un presidencialismo sin contrapesos y montada en una gran alianza cor¬porativa, se vio sometida a las presiones combi¬nadas de depresión económica con inflación. El descontento social se agudizó al final de 1985 ante la incapacidad de las autoridades para reaccionar de manera eficaz ante el desastre que provocó el terremoto del 19 de septiembre en la ciudad de México. En 1987 surgieron nuevos problemas que acrecentaron la sensación en la opinión pública de una incapacidad estructural de la autoridad para responder a las demandas de actores que se movían ya de manera independiente del partido oficial.
El norte tomó cada vez más distancia del PRI y se identificaba con la derecha democrática, con el empresariado neopanista que se decía dispues¬to a poner un alto a las arbitrariedades, corrup¬ción e ineficacias de la clase política tradicional. En julio de 1988, y por primera vez en su exis¬tencia, el PRI debió admitir que su victoria no co¬rrespondió a lo esperado, pues oficialmente apenas logró 51.7% de los sufragios. Sin embargo, la oposición en su conjunto no acep¬tó siquiera esa cifra y la denunció como producto de un fraude
Ante la existencia de una oposición dividida, Salinas buscó un entendimiento con la derecha y un endurecimiento frente a la izquierda. En 1989, por primera vez en la historia posrevolucionaria de México, el gobierno reconoció un triunfo de la oposición en un estado con la llegada de un panista a la gubernatura de Baja California.
El TLCAN y la continuación de las reformas estructurales en materia de liberalización comercial y financiera, inversión extranjera, privatización y tenencia de la tierra, delinearon un nuevo modelo económico que consolidó la imagen internacional del presi¬dente Salinas como gran reformador y modernizador, como “revolucionario pacífico” y modelo a seguir en los países del mundo periférico. El presidencialismo mexicano pareció recupe¬rar su fuerza y, por ende, también el régimen. No obstante, el último año del sexenio salinista so¬metió a una dura prueba al sistema político mexi¬cano de la cual ya no salió indemne.
Al inicio de 1994, aparece en los medios la existencia del EXLN, y en marzo del mismo año, el panorama político
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