Democracias y democracias

Percy Agurto

La democracia participativa, según Llona (2017), en su texto Las formas de representación de la sociedad civil en los espacios de participación ciudadana: el caso del presupuesto participativo en Villa El Salvador es un proyecto que aparece como contestación a los limites de la democracia representativa y ante las demandas de justicia social e inclusión política. Puesto que, la experiencia de la democracia participativa cuestiona la forma de hacer política desde arriba e integran la posibilidad de innovación entendida como la participación amplia de los diversos actores sociales en las tomas de decisiones.

Desde la perspectiva más general, la democracia participativa tiene como componente principal el de profundizar la democracia, rompiendo con los canales de representación elitistas y abriendo el escenario a la participación de la sociedad civil en los procesos de toma de decisiones. Motivo por el cual, la democracia participativa se concibe como cogobierno del Estado y de la sociedad civil sobre los asuntos de interés público.

Cabe señalar que, la participación ciudadana es incorporada como un mecanismo para mejorar la calidad de las políticas públicas. Es decir, a través de la incorporación de la ciudadanía se busca hacer más eficientes la canalización de las demandas y de los servicios públicos, involucrando a la ciudadanía en la gestión de estos. Asimismo, se busca resolver el déficit de representación para evitar los conflictos sociales y para garantizar la gobernabilidad, buscando el fortalecimiento de la relación entre el Estado y la sociedad civil.

En el caso peruano los mecanismos de democracia participativa han permitido canalizar las demandas de la sociedad civil. Los procesos de participación ciudadana y los instrumentos participativos como los planes de desarrollo concertados, los presupuestos participativos y los consejos distritales de la juventud (CDJ), brindan elementos para la búsqueda de formas alternativas de representación social y política, para producir mecanismos de supervisión ciudadana que constituyan una forma efectiva.

No obstante, como menciona Romeo Grompone la generación de los espacios institucionalizados de participación ciudadana, como los existentes en nuestro país, son de carácter débil, es decir, no garantizan la inclusión permanente de los sectores en los espacios de toma de decisiones.  Asimismo, menciona que se requiere fortalecer las capacidades de las organizaciones de la sociedad civil y de sus lideres para lograr una mayor incidencia en los asuntos públicos y en las tomas de decisiones. Es importante subrayar que, para Llona (2017), el modelo de la democracia participativa en el Perú es limitada.

En otros términos, el presupuesto participativo, a pesar de ser un mecanismo institucionalizado de la participación ciudadana, ha contribuido a burocratizar las relaciones entre el Estado y los grupos privilegiados locales de la sociedad civil sin mejorar la representación de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre las políticas públicas a nivel local.

En el caso del Consejo Distrital de la Juventud de Mi Perú (CDJ-Mi Perú), uno de los factores que contribuyo a deslegitimar el espacio de participación ciudadana juvenil es que las decisiones que se tomaba en el espacio no eran vinculantes en los asuntos públicos locales de interés juvenil, más bien el espacio se convirtió en un espacio consultivo.

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