Desarrollo Económico Y Democrático
Enviado por jsbach103 • 13 de Agosto de 2014 • 2.500 Palabras (10 Páginas) • 303 Visitas
Desarrollo económico como factor influyente en el progreso democrático.
En esta monografía presentaré un análisis de la influencia del desarrollo económico sobre el desarrollo democrático. Me centraré en desarrollar las ideas de distintos autores al respecto de cuan sustancial es el desarrollo económico en la democracia de cada país, partiendo primeramente en la posible relación existente entre economía y desarrollo, deduciendo si realmente es vinculante un buen desarrollo económico con una mejor calidad de democracia, para posteriormente centrarme en Latinoamérica con la llegada de los regímenes militares y la introducción del modelo neoliberal en Chile demostrando así que aún en un régimen no democrático es posible obtener un desarrollo económico y que no se relaciona necesariamente con el desarrollo de políticas más o menos democráticas.
Palabras clave: Economía, Democracia, Desarrollo, Neoliberalismo
Introducción
La importancia del examen de este tema radica en definir desde el análisis de los distintos autores, si realmente existe una relación directa entre el desarrollo económico y democrático, es decir, si un mejor proceso económico nos llevaría hacia una mayor progreso democrático y viceversa.
Analizando la línea de Cardoso (2004) se puede sostener que la idea de que democracia y desarrollo construyen valores destacados, pero esto no significaría que fueran valores inseparables. Una democracia le da un valor legítimo a políticas públicas basadas en una deliberación y equilibrio de intereses de manera transparente. Esto vinculado a los efectos dispares que nos lleva la globalización, solo nos queda la búsqueda de una inclusión internacional, tanto de políticas sociales como de mercado que nos conduzca a una participación amplia, ya que si no existe una retribución adecuada en la calidad de vida, no solo está en peligro la democracia, también la economía sana.
También es cierto que un correcto desarrollo relaciona o exige una gobernabilidad democrática, pero en su sentido contrario no significaría que una buena gobernabilidad democrática produzca desarrollo. Es más, en un estado democrático un mismo nivel de libertades puede convivir normalmente con niveles diferentes de ingreso per cápita. De hecho, al tomar un concepto de desarrollo enlazado al crecimiento, cualquier tipo de crecimiento incluso si este incluye cierto “goteo” social, hay que reconocer que no ha estado ligado desde siempre a un régimen democrático, esto se encuentra respaldado por estudios, históricos-empíricos en casos como Corea del Sur durante el régimen de Park Chung Hee, del Chile de Pinochet y de China en los últimos veinte años. (Moncayo, 2004)
Lipset, uno de los principales originadores de este tema, llegó a concluir que en la medida que un país tuviera mayor riqueza, existían mayores probabilidades de conservar un gobierno democrático, de manera que las clases altas y bajas reducirían la brecha que los separa ampliándose de esta manera la clase media para formar así una especie de punto minino para la permanencia y sustentación de un gobierno democrático. Esto coincide para Lipset con lo sucedido en Occidente, y sirve de pie para la formación de las teorías de la modernización las cuales fueron desacreditadas durante los años 70 y 80 debido a las investigaciones de la época y el propio curso histórico. (Prats. 2004)
Por otro lado Hannan y Carroll (1981) haciendo uso de datos cuantitativos de distintos países concluyen que el crecimiento económico serviría para mantener y sostener cualquier especie de régimen político, llegando a la misma conclusión los autores Przeworski y limongi en 1997.
Análisis de la relación entre democracia y desarrollo económico.
Para comenzar con la primera de las posturas, hay que plantear la pregunta ¿No sería más fácil vivir en democracia si todos fuéramos ricos?, Lipset por su parte, apoyado por una infinidad de estudios empíricos apoya la tesis de que un país rico suele ser democrático, mientras que los más pobres son autoritarios. Por lo que para muchos estos estudios empíricos nos dan una respuesta a la problemática, ya que si nos esforzamos como país en aumentar nuestras riquezas, construiremos como consecuencia directa un estado democrático permanente y de esta forma solucionaremos dos problemas de manera paralela (Traversa 2010)
Lipset (1960) en su libro “El Hombre Político” realiza un vínculo el cual consiste en la relación de una eficacia y legitimidad democrática junto al desarrollo económico de un país, postulando que entre mayor desarrollo económico hay mayor posibilidad de una democracia estable. Para esto, realiza un estudio dentro del cual se comparan países europeos y latinoamericanos, clasificando en un comienzo a los países por su estabilidad económica, tomando en cuenta los países europeos que tenían periodos más prolongados de estabilidad democrática, (Australia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Suiza, etc.) y democracias poco duraderas y dictaduras (Grecia, Alemania, Albania, Austria, Francia, etc). Para Latinoamérica, tomo en cuenta, Democracias y regímenes militares inestables (Chile, Argentina, Mexico, etc). De aquí clasifica los países en grupos, primero según su grado educacional, puesto que esto determina el nivel racional del elector, posteriormente el grado de urbanización y riqueza, puesto que para Lipset una democracia estable goza de un ingreso Per Cápita mayor que las democracias débiles, y en último lugar el nivel de industrialización, determinando de esta forma que los países que tengan un mejor desarrollo en estas áreas, más democráticos o menos dictatoriales serán los grupos. Como resultado obtenemos la determinación de las condicionantes sociales directamente dependientes del desarrollo económico, las cuales son vitales para una estabilidad democrática (Valdez, 2011)
Diamond (1993) plantea estar de acuerdo con esta tesis, ya que en primer lugar el progreso económico social le da legitimidad y estabilidad a la democracia, además el progreso socioeconómico no tiene los mismos efectos en regímenes autoritarios que en democracia, entre otros argumentos. En definitiva Lipset para Diamond comprueba que, dentro de cada listado regional, los países más democráticos exhibían, de manera consistente y a menudo dramática, niveles medios de desarrollo más elevados que los menos democráticos.
Prats (2004) en este sentido analiza
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