Despedida A Una Gran Maestra
Enviado por RoZim • 12 de Enero de 2014 • 560 Palabras (3 Páginas) • 1.486 Visitas
Su paciencia, su vocación, su sentido de responsabilidad, su valentía, su gran esfuerzo, su perseverancia, su dedicación, su compromiso, su prudencia, sus formas de trabajo, su constancia, su fuerza, su atinada decisión, su amor, pero sobre todo su sencillez, son las cualidades que día con día daban sentido a su vida y que describían el carácter de nuestra querida Directora. Insigne profesora, que nos regaló el lujo de su sabiduría y experiencia; su elevado sentido de la disciplina, el respeto y la puntualidad; del compañerismo y la ética profesional; con alto concepto de la amistad y la responsabilidad.
Una de sus tantas lecciones, fue hacer las cosas con amor. Cuando se ama se hace todo con dedicación y se obtiene la más pura esencia del ser humano. Ella amo de manera sobreabundante a esta benemérita institución, incluso me atrevo a decir que dedico los últimos años de su vida para transformarla por hacerla crecer y mejorarla todos los días; prueba de ello es el lugar en el que nos encontramos, este gimnasio que hoy sirve de escenario para rendir honor a quien honor merece. Hoy rendimos este homenaje a una mujer que con hechos y con palabras ha dejado por siempre grabado su nombre en nuestra escuela, la maestra Gloria Leticia Abrego Adame mi querida y hoy inmortal Directora.
Hay mujeres fuertes en este mundo y una de ellas es ella una mujer sensible especial, educadora genuina y de rigor infinito, de las primeras en llega y la ultima en irse, de las que disfrutaba enseñar y no dejaba rendirse, firme en la dificultad y segura en la incertidumbre, su sonrisa siempre en paz y con cariño al recibirte. La historia de esta escuela fue también su historia y con ella ha dejado una huella imborrable, que no podrá pasar desapercibida ante los ojos de muchos que aún seguimos escribiéndola. Su camino se ha terminado pero su legado apenas comienza y hoy puedo decir que el cariño y la dedicación que ella invirtió en esta escuela y en cada uno de nosotros tarde o temprano estarán dando fruto en la vida de un maestro humano.
La muerte es uno de esos temas que por nuestra cultura genera tristeza, nostalgia, amargura, desesperanza, desolación y la mayoría de las veces soledad. Sin embargo, aprendí que una persona muere solamente cuando la olvidan. Maestra Lety hoy descansa en paz pero el ejemplo que nos ha enseñado ya ha hecho mella en nuestra vida el valor de un gran ser humano.
Nos ha conmovido profundamente su pérdida; es difícil resignarse a ello, pero fue grandioso compartir parte de su vida, sus conocimientos y los valores éticos, morales, humanos y profesionales que tanto insistía en cultivar. Quienes tuvimos la oportunidad de conocerle, quererle, respetarle y admirarle, le aseguramos que su existencia trascenderá no solo a aquellas múltiples generaciones que contribuyó a formar, sino a las que seguirán surgiendo, porque como dijera José Martí: “La muerte no es verdad
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