Discurso De Despedida Escolar
Enviado por isa_berrueto • 27 de Junio de 2011 • 799 Palabras (4 Páginas) • 7.682 Visitas
Esto no es una despedida, aunque lo parezca. Es curiosa la contradicción que hoy se da en este salón de actos. Contradicción porque las despedidas suelen ser tristes, pero hoy aquí estamos celebrando que hemos terminado una etapa en nuestra vida, y las celebraciones suelen ser motivo de alegría. El mundo tiene estos engaños. Una cosa puede ser otra y al revés. Un abrecartas puede ser un puñal. Un beso puede ser una puñalada de amor, un amor de mentira. El mundo en el que nos movemos a diario oscila entre la realidad y la fantasía, la realidad que supone el día a día, con sus clases y sus exámenes, y la fantasía que supone soñar con el futuro que nos espera cuando abandonemos esta facultad. Y muchas veces es difícil decantarse por la realidad cuando la fantasía es mucho más llevadera.
Esto no es una despedida. Debería ser un hasta la vista: un hasta luego que se tradujese en una cita que nos obligase a volvernos a ver dentro de unos años. De ese modo, con una perspectiva distinta, la que ofrece el mercado laboral al que dentro de muy poco nos enfrentaremos, podríamos entrar a valorar con justicia lo que para nosotros han supuesto estos años. Han sido tres largos años en los que hemos aprendido muchísimos conceptos y teorías, pero que sobre todo, han contribuido a conformar en nosotros un espíritu crítico que acompañará todas nuestras acciones futuras, distinguiéndonos por encima de aquellos que han pisado otras aulas en otras facultades. Sólo así demostraremos que hemos pasado por la universidad y que la universidad no ha pasado por nosotros.
Dentro de muy poco nos separaremos: lo haremos sin traumas y sólo unos pocos seguiremos en contacto. Es ley de vida: resulta imposible congeniar con todo el mundo y también es imposible seguir en contacto cuando la distancia y las obligaciones profesionales o personales desunen a las personas para siempre.
Pero esta no será una despedida triste, al menos no debería serlo, porque
hoy también estamos de enhorabuena. De enhorabuena porque hoy celebramos
Hoy, después de nueve o seis años, decimos adiós, pero es un adiós que no significa un "hasta nunca", sino que va lleno de un eterno "hasta luego" que refleja esperanza, ilusiones, deseos, sueños, anhelos y por qué no, también miedos.
"¿A qué le temes?", me preguntó alguien hace unos días. Yo creo que le tengo miedo a lo mismo que la mayoría de mis compañeros: le temo a todo lo que viene. Que si son siete u ocho materias distintas con maestros nuevos; que si hago amigos o no; que si llego a reprobar; que si no comprendo mis cambios en esta etapa de la adolescencia; que si me llego a perder en el camión cuando vaya de regreso a casa después de la secundaria; que si los nuevos compañeros se llegan a burlar de mí si en clase contesto algo equivocado; que si esto, que si lo otro... Y podría continuar con la lista
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