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Diferencias entre la zona bananera del Magdalena y la del Urabá


Enviado por   •  10 de Octubre de 2022  •  Resumen  •  2.387 Palabras (10 Páginas)  •  60 Visitas

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Estudiante: Daniela Ester Diaz Parejo

Contraste entre las condiciones de explotación bananera en la zona del Magdalena y la de Urabá

1.Características de los empresarios bananeros de Urabá y los de la zona del Magdalena.

  •  Magdalena

En el capítulo 6 del libro “Después de la hojarasca. La United Fruit Company en Colombia 1899-2000”, Bucheli explica que los empresarios bananeros del Magdalena eran habitantes locales que tenían tierras, se dedicaban a la agricultura y habían intentado exportar bananos por su cuenta antes de la llegada de la UFC, pero no tuvieron éxito. “Los primeros intentos de los dueños de plantaciones locales de vender bananos en el mercado internacional no fueron exitosos porque carecían de capital, no tenían una flota grande ni una red de distribución en los mercados consumidores”. Antes de que la compañía llegara al Magdalena, los dueños de plantaciones no contaban con instituciones financieras que les hicieran préstamos. No había bancos en Santa Marta ni en Ciénaga y los más cercanos estaban en Barranquilla y en Santa Marta, pero estos bancos no ayudaron a los empresarios porque le daban préstamos a un círculo cerrado de la élite barranquillera y cartagenera, los dueños de plantaciones del Magdalena tuvieron muchos obstáculos y se puede decir que veían en la compañía una esperanza para empezar a realizar las exportaciones y poder conseguir préstamos que no conseguían en ningún otro lugar y esos préstamos se hacían bajo la condición de venderle la fruta exclusivamente a la Compañía.

Los dueños de plantaciones enfrentaron la plaga del Sigatoka a finales de los años 30 y comienzos de los 40 que afectó sus plantaciones por lo que sé convirtió en una emergencia, la región enfrentó una crisis por lo que los dueños de plantaciones y los trabajadores tuvieron que buscar otros trabajos. Una vez terminada la guerra algunos productores quedaban libres de contratos con la compañía por lo que la podían desafiar de manera directa.

Antes de la segunda guerra mundial, algunos eran despilfarradores, gastaban su dinero en actividades no productivas, en cuestiones placenteras en cambio otros usaron el dinero prestado por la compañía para obtener una buena educación en el área de negocios en universidades de Estados Unidos y en Europa. “La primera generación que presenció la llegada de United Fruit había vivido en una sociedad pobre y estancada. La segunda generación, que obtuvo su educación en el área de negocios en el exterior, desempeñó un papel importante en la década del cuarenta, después de la crisis exportadora de la Segunda Guerra Mundial”. Después de la segunda guerra mundial los habitantes locales acumularon experiencia y capital, algunos empezaron a cultivar bananos nuevamente, se convirtieron en compañías locales independientes que no estaban atados a contratos de compra firmados previamente, se asociaban a conglomerados y fueron exitosos en sus primeros años, pero después la región cayó en un deterioro ya que las compañías locales no pudieron prosperar por situaciones que las afectaron de manera negativa que les impedían competir con los mercados internacionales y mejorar su tecnología.

Cuando la UFC regresó al Magdalena después de la guerra, algunos dueños de plantaciones locales trabajaron para la compañía en lugar de hacerlo para compañías exportadoras locales porque consideraban que la UFC era más confiable,  enfrentaron dificultades en 1965 y 1966 por los problemas climáticos, la caída en el precio internacional del banano y la mayor productividad de la competencia, su única solución era la de hacer un cambio de Gros Michel a Valery, pero para eso necesitaban importar las semillas y justificar la importación al Gobierno central para adquirir la licencia de importación, se esforzaron para adquirirla, pero no pudieron adquirirla y tampoco adquirieron otros beneficios por lo que importaron las semillas de Valery de manera ilegal pero desafortunadamente el clima no ayudó. Cuando comenzaba el proceso de transformación de la variedad un huracán destruyó gran parte de los cultivos por lo que necesitaban apoyo del gobierno sin embargo no contaron con apoyo evidenciándose que en los años 60 la situación del Magdalena era precaria. En 1967 hubo un huracán que destruyó 4.000 hectáreas de la región por lo que los dueños de plantaciones continuaron rogando por apoyo al gobierno para la supervivencia de la región. En 1968 finalmente el Gobierno permitió la importación de las semillas de Valery y les otorgó algunos créditos subsidiados, sin los obstáculos del gobierno quizá se pensaba que mejoraría la situación de los dueños de plantaciones locales, el Consorcio bananero pudo comprar una finca nueva para producir la variedad Valery y con sus últimos recursos pudo adaptar las tierras de las nuevas fincas, construir canales y carreteras y hacer un control de plagas sin embargo cuando estuvo lista la primera finca, toda la producción fue destruida por otro huracán y el Consorcio ya había acabado todas sus por lo que el Consorcio quedó en bancarrota.

Se puede evidenciar que los dueños de plantaciones del Magdalena tuvieron muchas dificultades pues la falta de capital en la región les impedía empezar sus propios negocios, cuando llegó la UFC al Magdalena consiguieron préstamos con la condición de vender los bananos solo a la compañía pero quedaban atados a esos contratos por el poder que la UFC ejercía sobre ellos y fue cuando se libraron de la Compañía que pudieron empezar sus negocios con el capital y la experiencia que tenían pero las plantaciones fueron destruidas por los huracanes y la región cayó en una crisis tanto por el clima y la falta de un verdadero apoyo del gobierno.

  •  Urabá

A comienzos de los años 60 la UFC comenzó sus operaciones en el Urabá, los dueños de plantaciones del Urabá eran empresarios del sector industrial de Medellín. La compañía financió a sus proveedores del Urabá de forma diferente a la del Magdalena, los dueños de plantaciones del Urabá se endeudaron para desarrollar su relación de compra con la Compañía. La UFC financiaba a sus proveedores mediante una institución financiera intermediaria en lugar de darles los préstamos directamente como lo hacía con los productores del Magdalena, los dueños de plantaciones solicitaban los préstamos a la Corporación Financiera Colombiana de Desarrollo Industrial y los fondos de United Fruit  eran transferidos por el First National Bank de Boston y pagaban su totalidad después de los primeros seis años de operación a una tasa de interés del 9%. La compañía se comprometía a darles asistencia técnica, fertilizantes y controles contra la sigatoka cuyo costo se descontaba luego del precio de compra de los bananos.  Los productores del Urabá tenían lazos fuertes con la compañía y colaboraban con ella a mediados de los años 60 pero esa fuerte relación con la compañía se rompería por una razón, en 1968 los productores del Urabá rechazaron la propuesta de la UFC que consistía en bajar el precio de compra del banano por lo que los productores locales tomaron la decisión de continuar el negocio por si mismos sin la Compañía, fue así como establecieron la Unión de Bananeros del Urabá (Uniban) y la Asociación de Ganaderos y Productores del Urabá (Augura). Uniban se ocupaba de la producción y exportación y Augura ejercía presión por parte de los intereses de los productores bananeros ante el Gobierno nacional y a nivel internacional.

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