Diplomacia Digital

Tema: Diplomacia Digital

     “Vivimos época de cambios (…). El Estado nacional se ha quedado pequeño y se adapta a las nuevas circunstancias” (Fraga y Ro-dríguez-Moñino, 1977). La tecnología ha traído consigo un modo de vida diferente al acostumbrado; ha evolucionado la forma de comunicarse con personas alrededor del mundo en muy poco tiempo y ha hecho que la información fluya de una manera impresionante. Ésta conecta personas, mercados, organizaciones, instituciones y gobiernos. El internet ha impactado en diferentes ámbitos, algunas veces de manera positiva, otras no tanto. Es lo que hoy en día llamamos la era digital.

      En el ámbito político se podría decir que existen principalmente tres fines: el primero es la captación de fondos. En la campaña de Obama en el 2008 consiguió la mayor recaudación de la historia. El segundo elemento es la movilización de los electores. Las redes sociales pueden llamar al voto, promover a un candidato o difundir información de resultados por nuevos canales. Por último, para organizar campañas de sensibilización o defensa de unos intereses en concreto. Un claro ejemplo es  cuando en la red social Twitter se comenzó a viralizar el hashtag #BringOurGirlsBack, consiguiendo que se coloque en la agenda mediática la situación de las niñas secuestradas en Nigeria; el tweet no liberará a las niñas, pero si obliga a los mandatarios a pronunciarse. (Manfredi, 2014)

     Paulatinamente se va dando el cambio en las relaciones internacionales. El más reciente es el de la diplomacia. Ésta tiene cuatro objetivos principales: representar, negociar, proteger y defender los intereses de un Estado ante terceros; los objetivos siguen vigentes, pero con el actual impacto del internet se tiene que pensar en cómo defender los intereses dentro del entorno digital. Por ejemplo, en la crisis de Crimea del 2014, Twitter fue instrumento clave para emitir mensajes entre políticos, periodistas y activistas.

     Este es el contexto en el que aparece la diplomacia digital y a consecuencia, el rediseño de las formas de ejercer la diplomacia, lo cual se ha denominado “hackear la diplomacia” (Manfredi, 2014). Aunque esto no significa que la diplomacia tradicional se haya quedado en el olvido, es solo que, gracias al internet y las redes sociales, ésta se ha expandido. La política solo se adapta; si los ciudadanos están compartiendo por las redes sus quejas, necesidades, etc. no es conveniente quedarse al margen. Twitter no va a sustituir a ningún diplomático, pero es un medio en donde se crean campañas, movimientos sociales y políticos, se dan opiniones (ya sea informada o no), entre otras cosas. 

     “La comunicación está en el centro de las estrategias de la diplomacia y, en el día de hoy, esa comunicación está íntimamente ligada a los canales digitales, sin olvidar los tradicionales de prensa, radio y televisión, pero tendiendo muy en cuenta los primeros, que son los utilizados de forma intensa por ciudadanos y políticos.” (Rodríguez Gómez, 2015).

     Problemática: Redes sociales como arma política

     Las redes sociales pueden llegar a ser un arma de doble filo. Son muy buenas cuando se utilizan de modo positivo, como fue en el caso de la catástrofe del terremoto de Haití, en donde todo el mundo pudo ver casi “en directo” lo que sucedía gracias a las redes sociales. Por éste medio mucha gente logro unirse y poner su granito de arena para ayudar. Pero también pueden llegar al extremo negativo, así como argumenta Morozov (2012): “Es verdad que Internet es utilizada por los disidentes, pero también por las autoridades para difundir la propaganda oficial y reforzar la vigilancia y el control de la población”. En el internet circulan una innumerable cantidad de noticias falsas, que en ocasiones son utilizadas para manipular a los usuarios de éstos medios a que hagan ciertas cosas, sin las personas darse cuenta que están siendo manipuladas. Pareciera que hoy en día las redes sociales son utilizadas como arma política. Un ejemplo podría ser las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en la cual Donald Trump asciende al poder con la ayuda de propagación de noticias falsas en la plataforma de Facebook.

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