Discurso 17 De Agosto

Quizás el proyecto de San Martín fue el más amplio que tuvo nuestra historia. No le interesaban las luchas políticas de los porteños y él tampoco se sentía parte de una sociedad que no lo aceptaba a pesar de su casamiento con Remedios, la hija adolescente de los muy respetados Escalada. Pretendía concertar todas sus energías en la lucha contra el poder español. Concibió entonces el audaz y singular plan de atacar a los realistas por Chile, cruzando luego a Perú por mar.

Tal como lo dice el filósofo italiano Norberto Bobbio: “el tiempo de la memoria avanza al contrario que el real: los recuerdos que afloran en la reminiscencia son tanto más vivos cuanto más alejados en el tiempo estén aquellos sucesos”. Pero sabemos también lo que ha quedado. Y nos cabe a todos emular virtudes tan pasadas de moda en nuestros días que, en una parte infinitesimal, San Martín nos parece alertar: la combinación de perfeccionismo y planificación estratégica y el conocimiento del objetivo querido. Éste es el camino que condujo, ¿o conducirá? A la victoria definitiva.

Nos preguntamos entonces:¿Qué victoria definitiva? Aquella que todos juntos lograremos con esfuerzo, con el reencuentro del lugar perdido, con la unión de todos los argentinos. Sólo así la victoria definitiva será nuestra.

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