Discurso De Álvaro Enrigue XIV FILZ
Enviado por raquel.medina • 23 de Noviembre de 2014 • 525 Palabras (3 Páginas) • 160 Visitas
Discurso de Álvaro Enrigue XIV FILZ
Es mi encargo esta mañana agradecer en nombre de todos los premiados. No soy nadie para agradecer por ellos, pero sí quien puede agradecer. A Mayco Osiris Ruiz a pesar de que México está de luto, por seguir siendo poeta porque todavía hay gente que cree que puede silenciarnos a balazos. No pueden. No nos van a callar, nos van a tener que matar a todos si quieren que se nos olvide Ayotzinapa, y a Delia Hernández Pastor y Luis Arévalo Villegas, porque han entendido, dentro de ese interminable luto nacional que no deja de agobiarnos, que lo único que nos puede salvar son las redes, que el arte y la lectura y el de junto, el del otro lado, y el de enfrente, son la red que nos cacha y junta. Gracias Delia, Mayco, Luis.
Llegué a la ciudad de México antes de cumplir un año, eso quiere decir que aquí aprendí a caminar y a hablar. Todavía recuerdo la mañana luminosa en que aprendí a leer. Aquí fui a la escuela, aquí me curaron de un mal de las vías respiratorias que me había hecho la vida entre difícil e imposible. Aquí aprendí que si suficiente gente lo reclama el gobierno se dobla y que lo mejor de las desgracias es que también pasan. Que pasen nuestras desgracias, madre DF, que pasen ya y que México vuelva a ser de los mexicanos.
En la universidad aprendí que los amigos no se van ni cuando se mueren, aquí están mis amigos. Aquí descubrí a los 15 o 16 años esa concesión del paraíso que son las librerías. Aquí escribí mi primer reclamo literario, un poema infecto, y la ciudad es tan generosa que me lo publicaron; aquí tejí mi primer artículo de periódico, aquí publiqué mi primera reseña, aquí levanté mi primera novela, aquí murieron mis abuelos y aquí nacieron mis hijos. Lo de siempre, en el DF todo es historia y todo es simultáneo
Esta feria debe ''simbolizar la paz que estamos clamando todos y por la que todos vamos a trabajar''. La paz con los premios entregados el día de hoy, la paz con toda la cantidad de libros aquí reunidos, la paz con toda la creación que tenemos, la paz representada en la ciudad de México con la Feria'
La capital es un lugar en donde el castellano se renueva y rebela, ya que lo mejor de la ciudad es su pasmosa resistencia a apegarse a la ortodoxia de la letra, “no importa que otros defiendan la pureza del castellano en los mausoleos numerados de la academia, siempre estaremos los chilangos y somos un resto para resucitarla cuando haga falta. El que no se rifa, se aplatana y que chin chin el que le saca, que el que aguanta vara la rompe y a quien cortinas el que no le chinga no raja madres, que hay que amachinar la voluntad y la verba.
Para la auténtica cosmópolis americana, una lengua dúctil que se revuelve y muta, una lengua venenosa, muscular, eléctrica y desaforada. Le debo completo a la ciudad de México lo que quiera que yo sea, es el único personaje
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